Santa Cruz de Tenerife ya ha vivido tres de sus noches carnavaleras más importantes de las grandes fiestas: el primer fin de semana y el reciente lunes de Carnaval. Noches de purpurina, peluca, disfraces, música, bebida… Y mucho plástico.
Un plástico que acaba siendo el vía crucis como imagen del Carnaval cada mañana, que el servicio de limpieza municipal recoge de manera eficiente y puntual al alba, pero que cuenta además con un equipo de concienciación durante la madrugada: la patrulla medioambiental.
Zonas de actuación
Este grupo de personas actúa directamente en los focos más problemáticos del Carnaval donde se producen botellón, que suelen ser la zona Weyler-Orche y Coral, la zona de San Francisco-Plaza del Príncipe y El Águila y la zona de La Alameda-Avenida de Anaga y Plaza de la Candelaria.
“Nos aproximamos a los lugares y lo que hacemos es un canjeo de todos los envases de plástico que tienen por el vaso reutilizable”, señala Carlos García Medina, uno de los responsables de la patrulla medioambiental, en una entrevista concedida a Atlántico Hoy. “Les recomendamos que bajen el vaso cada día de los carnavales que faltan porque lleva un cordel y un clip para que se lo cuelguen y así no lo tiran al suelo”, agrega antes de mostrar satisfacción confesando que “hasta el momento no hemos encontrado ningún vaso en el suelo y esta es la tercera edición”.
Más residuos recogidos
Y es que este proyecto de concienciación se fraguó en 2018, año de su estreno, entre la Fundación Santa Cruz Sostenible y Servicios Públicos del ayuntamiento y tras el Carnaval de 2019 no habían podido retomar esta acción medioambiental en las Carnestolendas.
“Desde que empezamos la iniciativa, mejoramos la separación selectiva de residuos del Carnaval en 86 toneladas en 2019 y a ver si este año la mejoramos”, desea García.
Nuevo vaso
Para intentar lograr el objetivo, este año el vaso que están repartiendo a los carnavaleros es de 38 centilitros para que lo acepten las barras del carnaval. “La primera vez lo hicieron de 50 centilitros y el empresario no lo quería porque perdía dinero con él. Ahora tiene las medidas reglamentarias y, si no, se fomentaría el uso de más plástico”, explica.
La patrulla medioambiental que se pasa las noches del Carnaval luchando por una ciudad más sostenible consta de 19 personas: nueve por las zonas de ‘conflicto’ anteriormente mencionadas, a razón de tres grupos de tres, y otras diez de inspección de barra, que se reparten también los espacios y que “van a las barras y reparten bolsas de 10 litros amarillas para favorecer la separación selectiva e inspeccionar que se esta haciendo una buena separación del plástico y del vidrio”.
Más integrantes
En este sentido, Carlos García enfatiza que en la primera edición solo eran cinco voluntarios, en la segunda nueve y, como indicó anteriormente, ahora suman hasta 19 integrantes.
Asimismo, ayudan a hacer el traslado de la basura desde los kioskos hasta las islas de contenedores y reparten un decálogo o normas en el que les recuerdan a los encargados de los kioskos “algo que ya saben”, que no pueden dispensar envases que no sean retornables, una separación correcta de las basuras, uso del vaso reutilizable del Carnaval…
Sobre el terreno
Ya durante el ‘campo de batalla’ que son las noches de jolgorio Carlos cuenta que las patrullas van disfrazadas de materiales reutilizados. “Son todos residuos plásticos o envases y van vestidos de criaturas marinas, de chicharros mensajeros, por el rollo de los chicharreros. Son criaturas del mar llenas de plástico. Un poco concienciando de que el mar está sucio y lo estamos ensuciando y cómo podemos cambiar con iniciativas como esta”, expone.
Durante este primer fin de semana del Carnaval santacrucero, el representante de Fundación Santa Cruz Sostenible valora muy positivamente la actitud de los carnavaleros. “Desde la gente más joven a la más adulta. Se veía más concienciación”, expresa. “Una cosa que me llamó un montón la atención es que ya mucha gente sale con su vaso de casa, de otra edición de la iniciativa o de otros festivales. Y esto lo que significa es que son más consciente del problema tan grande que hay de envases en los eventos”, añade.
Noches locas
Además, cree que cuando acaba la fiesta “no hay tanta basura en el suelo como otras veces” y reconoce que la noche viernes había mucha gente, pero que la del sábado “fue una locura bestial” y que la del lunes -por la de la reciente madrugada, ya que la entrevista fue realizada horas antes- “será otra locura”.
En este contexto, alarga su visión hasta la Piñata. “El Carnaval de día va a ser un rollo que poder actuar ante un volumen de gente como ese es complicado”, avanza.
Tope horario
En un ecosistema tan festivo y con el añadido de la bebida, Carlos García señala que estas patrullas medioambientales están activas “hasta las tres de la mañana” porque “la gente ya va bastante animada y no hacen mucho caso”. Tal es así que, asumiendo la situación, comparte que les “vacilan y marean poquito”, pero destacando que “el comportamiento es muy bueno. Se ve muy poco mal rollo y se notan ganas de fiesta y desde las 23:30 ya están llenas las calles”.
Sobre los residuos que recogen en los botellones, García indica que muchos de ellos las dejan en un contenedor amarillo donde “lo recogen las compañeras y se los llevan a los talleres diurnos que tenemos situados este año en la plaza de La Madera, al lado del Teatro Guimerá, donde se hacen instrumentos musicales, caretas, photocall y otros enseres carnavaleros”.
Malestar desde el taller diurno
Sin embargo, en este aspecto el representante de la Fundación Santa Cruz Sostenible muestra un pequeño malestar con una decisión del ayuntamiento para este carnaval 2023. “No entendemos mucho por qué pasaron ese taller a la plaza de la Madera. Antes lo teníamos en la plaza Bulevar, donde tuvo un éxito increíble”, esgrime. En la ubicación de este año “casi no pasa gente y vamos a ver si el año que viene volvemos otra vez al Bulevar porque era brutal la actividad que teníamos”.
Solo en Carnaval
Por último, Carlos García comenta que la patrulla medioambiental se creó específicamente para el Carnaval porque es una fiesta multitudinaria de carácter público. “Donde haya que pagar una entrada no se hace. El promotor de turno ya se encarga de ello”, aclara.
Paralelamente, y en el contexto del Carnaval, Carlos subraya que también “se tomaron medidas” y se han dado charlas formativas a los alumnos de secundaria y a las agrupaciones del Carnaval, con las cuales conversaron “para ver si podían meter alguna letra relacionada con concienciación medioambiental”, pero no llegaron a tiempo. “A ver si el próximo año conseguimos el visto bueno antes para poder llegar a más gente”, finaliza.