El Carnaval de Santa Cruz de Tenerife está a la vuelta de la esquina. Y con él, previos concursos, la gran fiesta en la calle.
Una fiesta que históricamente se ha ido modulando y ha ido creando sus propias zonas. Una de ellas, la popularmente conocida como Zona Orche debido a la cafetería que ahí reside desde 1997.
Nueva plaza
Su dueño, Orlando, atiende a Atlántico Hoy a poco más de mes de que la Zona Orche vuelva a latir, aunque con un corazón disfrazado de forma diferente.
Y es que desde abril de 2024 el Ayuntamiento de Santa Cruz trabaja en la nueva plaza diáfana que sustituye los aparcamientos que hasta entonces descansaban ahí.
A tiempo de Carnaval
Sin embargo, con las Carnestolendas tan cerca empiezan a surgir dudas de que la nueva plaza llegue a tiempo para los carnavaleros, aunque Orlando no tiene dudas. “Yo creo que sí, en los carnavales estará”, afirma.
Unas obras que superan ya los ocho meses, pero que entran dentro de los nueve programados por el Consistorio, con la mirada siempre en el Carnaval. Meses que, además de otros negocios de la zona, ha sufrido el único de hostelería, como es la cafetería Orche.
Cambio a mejor
“El cambio siempre será para mejor. Yo siempre lo veo como si entregaras un coche viejo al taller. Te quedas tres o cuatro meses sin él, pero después vas a tener un coche nuevo, restaurado y mejor que el de antes”, compara Orlando con el transcurso de la obra.
En este sentido, el hostelero afirma que “las obras hay que afrontarlas” y valora positivamente que desde un principio la dividieron en dos fases.
Más de un mes cerrado
“Cuando fue la primera fase, que era lo más grande, yo tenía todo el acceso libre y por lo menos pude defenderme. Cuando terminaba la primera fase me dijeron que tenía que quitar la terraza y, más o menos, había calculado, aproveché y cerré cinco semanas y le di vacaciones a los trabajadores”, detalla sobre los tiempos de los trabajos y la afección a su negocio.
No obstante, reconoce que “ahora es la parte más complicada” porque los accesos están cortados y solo hay uno que sí se puede, por Méndez Núñez, pegados a las fachadas de los edificios.
En este contexto, Orlando agradece al ayuntamiento que le hayan dado una pequeña parcela de la obra para poder trasladar la terraza, a la altura de Méndez Núñez, “aunque tengo que subir y bajar, pero bueno, vamos escapando”.
Agradecido a la clientela
Como todo negocio anexo a una obra de este calado, el dueño del Orche, que lleva 27 años en el lugar, asume como “normal” que la facturación haya bajado. “Por suerte, mucha gente viene porque conoce el Orche, pero yo también te reconozco que a nadie le gusta comer al lado de un sitio donde todo el tiempo hay polvo y ruido”, valora Orlando. “Bastante bien se han portado. No me puedo quejar”, añade sobre la clientela.
Por ello, expresa que “ahí se notan los años que llevo, que mucha gente ha intentado ayudarme y se los agradezco”.
Mirando a lo inmediato
En el futuro a muy corto plazo, con la finalización de las obras, Orlando señala que para la nueva disposición de permiso de la terraza lo más seguro es que cuando lo vaya a pedir les permitan adelantar más las mesas.
Pero antes, si todo va bien, la zona Orche del Carnaval. “Ahora en carnavales echaré la llorada a Fiestas a ver si me colaboran con la barra”, afirma entre risas. “Vamos a intentarlo. ¿Se puede? Se puede. ¿Que no se puede? Pues no voy a hacer nada. Voy a intentar a ver si me pueden hacer una pequeña ayuda”, agrega sobre la segura instalación de su famosa barra. “Ya hasta los kioskos sé dónde van”, finaliza.