El pasado mes de agosto el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife sacaba la Consulta Pública Previa a la Elaboración del Proyecto de Ordenanza de Movilidad y Seguridad Vial de Santa Cruz de Tenerife, impulsada por la concejal del área, Evelyn Alonso. Centrada en el uso de los vehículos de movilidad personal y la convivencia de los ciudadanos con ella -una polémica que ya arrastra más de un año en la capital y en los plenos del ayuntamiento-, ahora es el momento para que los propios vecinos del municipio expresen su opinión en el debate público abierto hasta el 30 de septiembre sobre cuatro puntos interés para la elaboración de la nueva ordenanza: Los problemas que se pretenden solucionar con la iniciativa; la necesidad y oportunidad de su aprobación; los objetivos de la norma ;y las posibles soluciones alternativas regulatorias y no regulatorias.
Problemas que se pretenden solucionar con la iniciativa
La primera, “pretende regular los nuevos fenómenos de movilidad urbana, haciéndolos compatibles con el uso y disfrute de la ciudad por parte de sus peatones y con los derechos de las personas con capacidades diversas; todo ello bajo la premisa de la configuración de los diferentes entornos urbanos del Municipio como espacios sostenibles, seguros y saludables desde la óptica de la movilidad”, como expone el borrador.
Algunos son ya los ciudadanos que han mostrado su opinión al respecto de este apartado. “En general, se debería reducir la velocidad de los vehículos en toda la ciudad. En la rambla y en Benito Pérez Armas, por poner dos ejemplos, los vehículos van lanzados a más de 50 km/h”, expresa un santacrucero. Además, molesto porque no se respeten las señales, cree que “se pueden implementar muchas medidas urbanísticas para garantizar una pacificación del tráfico real”
Otro vecino reitera la alta velocidad de los vehículos por la Rambla de Santa Cruz y hace hincapié en la zona donde convergen varios colegios. “Los vehículos circulan a más de 50 km/h y hay una acera de un metro de anchura. La modificación del límite de velocidad en estas zonas aumentaría la seguridad incrementando sólo en algunos segundos el trayecto”, expone.
Además del denominador común de la petición de controlar la velocidad de los vehículos en general, otro vecino de Santa Cruz critica la estrechez de algunas calles de la ciudad. “Cada día se ven espejos retrovisores rotos. Este año ha habido dos incendios y los camiones de bomberos no pueden acceder a las calles, teniendo que parar en la calle Salamanca y extender tramos de manguera para poder llevar el agua”.
Necesidad y Oportunidad de su aprobación
Tras la anulación de la Ordenanza de Circulación y Movilidad anterior en marzo de este año, el ayuntamiento cree necesario una nueva Ordenanza adaptada a la nueva forma de movilidad sostenible y el uso de espacios públicos.
Por ello, un usuario gira el debate entorno a cuatro aristas. Primero, limitar el aparcamiento libre e indiscriminado en el espacio público, como “creación de zonas azules” o la “limitación de entrada de vehículos a la ciudad”. La segunda propuesta es la pacificación real del tráfico en la ciudad, con la “creación de más zonas 20 y 30 km/h y ensanche de aceras”.
La tercera es la histórica demanda de los ciudadanos de la creación de una red de carriles bici “que permita a estos nuevos fenómenos de movilidad urbana su desplazamiento de manera segura por la ciudad”. Por último, la cuarta arista sería una “reforma normativa en la que los nuevos fenómenos de movilidad urbana no tengan la misma consideración que los coches o motos, de modo que se potencie y se promueva su utilización como medio de transporte”.
Objetivos de la norma
Este punto de debate estriba sobre lo que se quiere conseguir con la ordenanza. En este sentido, se expone que dichos objetivos son “la regulación de la circulación de vehículos, bicicletas, otros vehículos de movilidad personal y peatones, compatibilizando la necesaria fluidez del tráfico con el uso peatonal de las calles; la realización de otros usos y actividades que afecten a la circulación viaria; preservar y fomentar la seguridad vial y la prevención de accidentes; compatibilizar la equitativa distribución de los estacionamientos entre todos los usuarios, estableciendo medidas de duración limitada con el fin de garantizar la rotación de los mismos; regular y limitar el acceso a la ciudad de vehículos que, por sus características, puedan suponer un riesgo para las personas y espacios públicos; preservar el uso peatonal de determinadas zonas de especial importancia patrimonial, urbanística o comercial; fomentar la movilidad sostenible, accesible y segura de los barrios y del resto de los entornos urbanos; y favorecer la movilidad de las personas con capacidades diversas”.
En este punto, el debate público de los ciudadanos gira en torno a los VMP, aspecto central de la Ordenanza. “No parece legal que un patinete o una bicicleta pueda circular por las mismas vías de circulación que los coches y motos”, reflexiona un santacrucero que, además, comparte sus razonamientos. “Pueden causar colas por velocidad inferior a la permitida para los coches y motos”, las obligaciones inherentes a los conductores como el “carnet vigente de conducir por puntos, seguro de accidentes, Impuesto de circulación”, además del sometimiento “a normas de tráfico y sanciones económicas y de puntos”.
Todo ello, generando la posibilidad, según el vecino de la ciudad, de la “creación de posibles accidentes con consecuencias impredecibles para la seguridad física y jurídica de los conductores de coches y motos”.
Por su parte, otra persona valora que los patinetes, bicicletas y otro tipo de vehículos de movilidad alternativa “serán el futuro de la descongestión circulatoria de las grandes ciudades”, agregando que “solo hay que mirar a las principales ciudades europeas para entender la nueva dinámica”. Asimismo, apunta que “hay que compaginar estas realidades para compartir el cada vez más escaso espacio de una forma "SEGURA" carriles específicos para ese tipo de movilidad tal y como ya se hace en otros lugares”, finaliza.
Posibles soluciones alternativas regulatorias y no regulatorias
Esta cuarta pata de la Consulta Pública “se dicta, por un lado, con el objetivo de contar con una norma reglamentaria acorde a la denominada “nueva movilidad urbana” que venga a reemplazar la anterior Ordenanza anulada por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias; y, por otro, con el fin de aprobar un cuerpo normativo ajustado a las últimas modificaciones operadas en el Real Decreto Legislativo 6/2015, de 30 de octubre”.
En este aspecto, ciudadanos insisten en aumentar el ancho de la acera para reducir la velocidad de los vehículos en las zonas escolares junto a la rambla, o en la zona de Simón Bolívar, donde recuerdan que “se concentran 3 institutos, un centro de FP y, al final de la calle, la escuela municipal de música y toda la ciudad de las artes”.
Otro participante del debate valoró “la erradicación y vigilancia de actividades paralelas” de los aparcacoches callejeros “que invaden los espacios de aparcamiento y se otorgan poderes sobre los mismos sin que hasta la fecha exista una solución visible a esta situación”.
Por otro lado, este mismo ciudadano esgrime que “sería deseable mejorar las zonas de aparcamiento que existen para las motos añadiendo arcos para poder anclarlas y evitar el elevadísimo e imparable número de robos de estos vehículos”. Asimismo, ve positivo “poder aparcar en aceras donde el espacio útil peatonal lo permita, sin interferir en el tránsito”, debido al auge en ventas de las motocicletas.
Cronograma para el proceso de elaboración de la norma
Tras la publicación de la Consulta Pública del Proyecto de la Ordenanza, que estará abierta hasta el 30 de septiembre, el siguiente paso será la redacción del proyecto durante el mes de octubre. En noviembre se dará la aprobación inicial y ya en diciembre se sacará a Información Pública hasta mediados de febrero, cuando se proceda a la Contestación de Alegaciones, que finalizará su fecha el mes de marzo, hasta lograr la aprobación final de la nueva Ordenanza a finales de mayo.