La coordinadora del catálogo de vestigios ve "una ofensa" resignificar el monumento a Franco

María Isabel Navarro aclara que en el catálogo de vestigios franquistas aprobado en la pasada legislatura y derogado por el actual ejecutivo canario de CC y PP "nunca se planteó la demolición del monumento"

AtlanticoHoy / EFE

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Monumento dedicado a Franco en Santa Cruz de Tenerife. / ATLÁNTICO HOY
Monumento dedicado a Franco en Santa Cruz de Tenerife. / ATLÁNTICO HOY

La catedrática de Historia del Arte de la Universidad de La Laguna María Isabel Navarro, coordinadora del catálogo de vestigios franquistas cuya derogación ha impulsado el Gobierno de Canarias, juzga "una ofensa" la pretensión del Cabildo de Tenerife de resignificar el monumento a Franco en Santa Cruz como "monumento para la Concordia".

Coalición Canaria y PP anunciaron este domingo que llevarán al próximo pleno del Cabildo de Tenerife, institución donde cogobiernan, una moción en tal sentido, para que este conjunto escultórico ubicado en la confluencia de la Rambla de Santa Cruz con la avenida Francisco La Roche sea "un espacio de memoria que promueva la paz y el entendimiento entre los ciudadanos".

En declaraciones a EFE, Navarro indica que desde el punto de vista de las víctimas del Franquismo y del trabajo desarrollado en las leyes de Memoria Histórica y Memoria Democrática, "estas declaraciones en el sentido de utilizar la palabra concordia son una ofensa más".

"Humillación a las víctimas"

Abunda en que algunos representantes políticos, "a través de las palabras, se alzan como si fueran representantes de las víctimas. ¿Por qué pueden estar en condiciones de sentenciar que la manera de resolver la significación es llamarlo monumento a la concordia?", se pregunta.

Además de "una humillación a las víctimas", asegura la catedrática de Historia del Arte, es un intento de "hacer cómplice a la sociedad civil de acciones irregulares" mediante el incumplimiento de la legalidad vigente.

Y también constituye, a su parecer, un ejercicio de amnesia colectiva, "olvidando que -en este conjunto escultórico- se representa a Franco como un héroe religioso" o que las metopas que corona el frente del conjunto representan a los nueve partidos judiciales de la provincia "como respaldo a la sublevación militar".

Nunca se planteó la demolición

María Isabel Navarro aclara que en el catálogo de vestigios franquistas aprobado en la pasada legislatura y derogado por el actual ejecutivo canario de CC y PP "nunca se planteó la demolición del monumento sino la retirada de los elementos que representan una burla de la historia real" de aquella sublevación y de la Guerra Civil.

Estos elementos son la representación de la isla de Tenerife, que es la montaña sobre la descansa la figura del ángel, que también se debería retirar como representación del 'Dragon Rapide', el avión en el que Franco voló desde Canarias a Marruecos; la figura de Franco "como cruzado medieval", ataviado con capa y espada, y los nueve escudos de los partidos judiciales provinciales como representación de un "apoyo legal a la Guerra Civil como justa y legal".

La catedrática de Historia del Arte se pregunta también por qué el Cabildo de Tenerife ha incoado el expediente de declaración del monumento como bien de interés cultural (BIC) cuando la sentencia judicial en la que se basa "solo obliga" a iniciar los trámites que conduzcan a ello si los informes "pudieran acreditar que hay elementos para llegar a esta conclusión".

Críticas al ayuntamiento

Navarro aprecia "una conjugación entre acciones de la judicatura y determinadas pretensiones que hallan eco en ciertas instituciones".

En particular, el Ayuntamiento de Santa Cruz, que "a toda costa se plantea mantener" el monumento "como si una muestra tan ostentosa y perenne del apoyo al honor a Franco como promotor de la sublevación, como si fuera una bendición para nuestro país, fuera un timbre de honor de la ciudad".

Sobre la reclamación del alcalde de la capital, José Manuel Bermúdez, de que es al ayuntamiento a quien compete cambiar el nombre o resignificar el monumento, le exhorta a una "gestión responsable" de este "patrimonio incómodo", y a que cumpla con la ley.

Lo que sucede en Santa Cruz de Tenerife con el monumento a Franco es, según Navarro, "una anomalía democrática", donde "los herederos de quienes promovieron la guerra y la sublevación militar continúan atrincherados, nuca mejor dicho, en una convivencia de trinchera, de grupos, de enfrentamiento".

"La única concordia posible es afrontar de cara la responsabilidad" que le toca a cada cual, zanja.

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