El Cabildo de Tenerife, a través de la Dirección Insular de Hacienda, ha aprobado inicialmente el proyecto básico y de ejecución de mejora del edificio situado en la calle Horacio Nelson 34, en Santa Cruz, cuyo presupuesto asciende a 591.624,23 euros (IGIC 7% no incluido) y un plazo de 10 meses.
El edificio data del año 1928 y está catalogado como Bien Cultural en el Gestor del Patrimonio Cultural y registrado en el Catálogo de Protección Patrimonio Arquitectónico y Urbano aprobado en el PGO de Santa Cruz.
Aunque el suelo es Urbano Consolidado (SUCO) y su uso característico es Residencial, el uso real del edificio es administrativo con atención sanitaria por tratarse de un edificio de ayuda a la atención a las drogodependencias dirigido por la Asociación San Miguel. El inmueble sigue un lenguaje ecléctico de principios de siglo.
Ralentizado por la burocracia
La redacción del proyecto comenzó en 2018, pero una serie de trabas burocráticas con el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife lo han ido postergando hasta ahora.
El 11 de octubre de 2018, el Cabildo de Tenerife mantuvo una reunión con técnicos del Servicio de Licencias de la Gerencia Municipal de Urbanismo de Santa Cruz en la que se solicitaba su aprobación a la intervención propuesta en el proyecto de mejora, ya que es un edificio catalogado con protección Ambiental Urbana 01 dentro del área de ordenación AOU 2.14 Salamanca.
No fue hasta el 17 de octubre de 2023, más de cinco años después, que se recibió la contestación con la resolución a todas las cuestiones planteadas ante el órgano administrativo mencionado anteriormente y se dejaron claras las intervenciones que se podían realizar.
San Miguel Adicciones
Actualmente, como se ha mencionado, este edificio de principios de siglo alberga San Miguel Adicciones, una entidad que fue fundada en 1977 por Dácil Vilar Borges como organización no gubernamental con el fin de cubrir una necesidad hasta entonces carente de respuesta por parte de las instituciones públicas: “La prevención, asistencia e incorporación social del drogodependiente”.
En 1980 fue declarada entidad de utilidad pública y un año después inauguró el primer Centro de Atención a las Drogodependencias en Santa Cruz de Tenerife, un centro pionero en Canarias y dotado con un laboratorio de análisis clínicos y de detección de drogas en orina.