Las inmediaciones de la Parroquia de Santa Bárbara, situada entre los barrios de García Escámez y Somosierra de la capital tinerfeña, lleva mucho tiempo sufriendo un problema de acumulación de basuras. Latas, botellines de cerveza, bricks de batidos y jugos, papeles, bidones de plástico, ropa y hasta excrementos humanos se concentran en torno a este templo.
Los residuos, según explica un vecino de la zona a Atlántico Hoy, aparecen de noche y en dos zonas muy concretas. La que más basura acumula es la parte más alta del parque donde se sitúa la iglesia, a la altura de la calle Los Sauces. Allí hay un pequeño apartadero con varios aparcamientos cubiertos por los árboles donde se ven habitualmente furgonetas y caravanas pernoctando. Alrededor se produce la mayor acumulación de residuos, especialmente de latas de cerveza y botellines. Hace aproximadamente una semana, esparcidas sobre los arbustos, podían contarse hasta seis botellas de la marca especial de Estrella Galicia, 1906. El pack completo. A unos metros, acumuladas también entre los arbustos, varias latas de la marca de cerveza Heineken.
Excrementos humanos junto a la parroquia
Bajando unas escaleras se llega a la Parroquia de Santa Bárbara, que está rodeada de gravilla. Sobre esa tierra también se acumulan latas, pero lo que más destaca de ese lugar es la cantidad de excrementos humanos, además de caninos. Es fácil diferenciarlos: los perros no envuelven sus heces en papel higiénico.
Un vecino de la zona cuenta que, en la trasera de la iglesia, a veces encuentra a gente durmiendo. "También aparecen a veces maletas o bolsas llenas de ropa vieja", añade. Esta situación no es nueva. La presidenta de una de las comunidades de vecinos cercana cuenta que hace años se veían hasta jeringuillas. "Muchos viven en el albergue -refiriéndose al Centro Municipal de Acogida, unas calles por debajo de la parroquia- y duermen aquí cuando no quieren quedarse allí", explica.
La zona se limpia
El pasado 25 de julio, Atlántico Hoy visitó el parque donde se encuentra la iglesia. Además de las latas, botellines, papeles, bricks y excrementos, las papeleras de la zona también estaban a rebosar de bolsas con excrementos de perros. Ese mismo día, la concejal de distrito de Ofra-Costa Sur, Gladis de León, anunció que se habían realizado más de 300 actuaciones en los últimos tres meses, principalmente de trabajos de limpieza, jardinería y alumbrado.
Lo cierto es que los alrededores de la parroquia no son una zona olvidada por el ayuntamiento. El día 26 de julio, el parque amaneció limpio: los servicios municipales habían retirado todos los residuos y vaciado las papeleras. Además, es habitual ver a los jardineros del consistorio cuidando el parque. De hecho, fuentes del ayuntamiento detallan a este medio que no tienen constancia expresa de quejas de los vecinos por acumulación de residuos en esta zona y explican que la limpieza se realiza periódicamente.
La basura vuelve cada semana
Pero, como un reloj, la basura regresa a la Parroquia de Santa Bárbara cada semana. En los primeros días de agosto, Atlántico Hoy ha vuelto a visitar el área y ha podido comprobar que vuelve a estar en las mismas condiciones que antes de limpiarse. Esta vez, las latas y botellines han llegado acompañadas de residuos más voluminosos: alfombrillas y otras piezas de interior de vehículos, bidones de limpiaparabrisas y prendas de ropa vieja y sucia. Todos repartidos, como es habitual, por la parte alta del parque, en la calle Los Sauces.
Una vecina de la zona apunta a que, por las noches, grupos de jóvenes se sientan en los bancos del parque a beber y no respetan las zonas verdes. Además, añade que, desde comenzaron las obras de rehabilitación de las 96 viviendas de García Escámez, los servicios de limpieza se han reducido considerablemente.
