El pasado 3 de julio de 2021, familias afectadas por los deshaucios en Tenerife decidieron tomar una medida drástica y acampar frente al edificio de Presidencia de Gobierno para protestar, a la vez que, para solicitar auxilio, por una situación límite en busca de una vivienda digna.
Casi un año después, apenas ha cambiado nada y las personas afectadas sufren las consecuencias. “A día de hoy seguimos en la misma situación”, confirma Lolo Dorta, portavoz de los afectados de la acampada por una vivienda digna. “Visocan se ha burlado de nosotros. El Gobierno se ha burlado de nosotros y el presidente Ángel Víctor Torres se ríe, no solo de las familias vulnerables, sino de todos los canarios”, añade sin dudar.
"Casi ignorados" por el Gobierno
En este sentido, Dorta explica que el presidente regional les ha recibido “dos veces” y lo que le presentaron “casi que lo ha ignorado”, y eso después de también haber presentado firmas en el Parlamento de Canarias. “Lo único que están intentando es, otra vez, empezar la precampaña y hacer política de las necesidades de las familias canarias”, espeta el portavoz de los acampados.
En estos casi 365 días de acampada, que los llevó también a la plaza de la Candelaria en diciembre de 2021 antes de regresar a la calle José Manuel Guimerá, lo único que han conseguido, según expresa Lolo Dorta, son pequeñas soluciones para familias y casos concretos sobre que les vencía el desahucio, porque les venía de alquiler. “Los desahucios de casas de bancos están aguantados hasta septiembre y esperamos que la moratoria se pueda volver a alargar. Lo que se ha conseguido ahora son pequeños triunfos a base de presión”, resalta.
Viviendas de El Tablero
Respecto a las viviendas de El Tablero, el portavoz vuelve a señalar a Visocan. “Están llevando el asunto con una asociación nueva que les va gestionar el tema de los alquileres sociales”, expone. “Le han hecho visitas a los vecinos y demás, pero al final, a día de hoy, ni se ha ejecutado la compra que se debería haber ejecutado a finales de año o principios de 2022”, añade, indicando que fue la información que recibieron en una reunión con Visocan y el alcalde de Santa Cruz, José Manuel Bermúdez. “La cosa sigue igual y el miedo que tienen las familias es que los bancos vuelvan a activar los levantamientos de desahucios por vía judicial”, sentencia.
Ante esta situación, Dorta reconoce que intenta ir animando a las personas afectadas, sobre todo a los que peor están, pero es “complicado” porque ven que llega el verano, llega septiembre y tienen la duda, “igual que todos”, de conseguir que la moratoria se pueda volver a alargar. “Una vez se pueda levantar esa moratoria, irán a la calle, una tras otra, miles de familias canarias”.
Propuestas sin respuesta
En este contexto, señala que ahora mismo “no hay soluciones”, pero que ellos ya propusieron opciones. “Están las dos leyes que hemos pedido que se aprueben en Canarias”, sñala, antes de explicar la primera. “La ley de expropiación a bancos y entidades financieras que tienen viviendas cerradas más de cinco años sin alquilar. Que la administración les pueda expropiar esas viviendas durante cinco años y ponerlas en alquiler social”.
Por otro lado, habla del derecho de tanteo y retracto, “que obliga a todos los bancos y fondos extranjeros que trabajan en este país, pero que no contribuyen ni dejan dinero, a que antes de vender viviendas a grandes tenedores americanos y extranjeros, estén obligados a presentarlas a la administración al mismo precio que se la venden a fondos buitre extranjeros, como está pasando en Valencia, que se están quedando con viviendas de bancos por un euro y por 30 euros y las ponen en alquiler social”.
Apoyo social
Respecto a la valoración del apoyo social a lo largo de todo este tiempo de la acampada por una vivienda digna, el portavoz de la misma siente que lo siguen teniendo. “Nos ha costado lo suyo”. A parte de concienciar a la propia ciudadanía, indica que mantienen el apoyo a nivel regional y también por colectivos de Tenerife y de otras islas.
“Tristemente, no todo lo que nos gustaría, porque la aporofobia está ahí y es algo que hemos vivido en la acampada, como lo que pasó hace meses, que intentaron quemar casetas. Pero es más el nivel del apoyo que el odio hacia esta lucha”, confiesa. “Sí es verdad que, en Canarias, al movimiento social y al de los derechos de nuestra gente y nuestra tierra, hace falta un poco más de humildad y unión y dejar a un lado las diferencias de ideologías políticas, porque, al final, dentro el activismo y del movimiento también se hace política. Hay que dejar a un lado las ideologías y, si fuéramos capaces de unir todas las luchas a una y que el pueblo se uniera, las soluciones vendrían mucho mejores y muchísimo más rápido para todas y cada una de las personas que lo están pasando mal en esta tierra”, relata en un claro mensaje a la sociedad canaria.
Sin embargo, resalta para finalizar que detrás del movimiento “siempre hay algún partido que quiere absorberlos y la gente está consintiendo que la propia política esté acabando con el movimiento y no seamos capaces de unirnos para llevar una lucha conjunta”.