La Moderna-Mirabal, más fuerte que un roble

Desde 1902 incontables clientes han avalado el trabajo artesanal en madera de Muebles La Moderna, un negocio familiar que lucha contra la crisis que vive la ebanistería en Canarias

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La Moderna-Mirabal es el ejemplo de que el trabajo bien hecho y el mimo al producto y al cliente pueden convertir a un negocio familiar en una empresa centenaria que ha conseguido superar todos los obstáculos que se le han puesto en su camino. Sin embargo, la pérdida de ebanistas en Canarias y la tendencia de los clientes a adquirir muebles baratos, aunque carezcan de calidad, han hecho tambalear los cimientos de uno de los pocos reductos de mobiliario artesanal que perviven en Tenerife.

A pesar de la continua lucha, que las diferentes generaciones de consumidores la hayan avalado con su confianza a través de los años es la muestra de que Muebles La Moderna-Mirabal se mantiene más fuerte que un roble. Su secreto: el mimo al producto, el trato personalizado, el trabajo bien hecho y ser fieles a la elevada calidad del producto, empleando las maderas más resistentes del mercado que sobreviven, incluso, a las principales clases de polillas.

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Antiguo escudo de la empresa | La MODERNA-MIRABAL

José Antonio (gerente de tienda) y Juan Carlos Mirabal (gerente de carpintería) son los dos hermanos que llevan ya más de 30 años al frente de este negocio familiar que ha resistido al paso del tiempo. Esta empresa de carpintería, ebanistería y restauración fundada en 1902 ha visto crecer Santa Cruz de Tenerife a su alrededor mientras su interior se mantiene con las mínimas modificaciones posibles aunque adaptada a los nuevos tiempos.

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Juan Carlos Mirabal (izq.) y José Antonio Mirabal (dcha.) | CEDIDA
Pese a ser una empresa familiar con más de cien años de vida, su continuidad ha sido fruto de la elección personal y el amor por el negocio más que por mera tradición familiar. De hecho, aunque estos empresarios se criaron entre maderas y muebles, "lo menos en que pensaba era en estar aquí dentro cuando creciera", reconoce José Antonio, quien estaba más interesado en sus estudios de Náutica. Sin embargo, tras acabar el servicio militar, entró a echar una mano a su padre en la tienda "y hasta la fecha". "Son casualidades de la vida", afirma para resumir más de tres décadas de servicio ininterrumpido al sueño de su abuelo, que se convirtió en propio.

Al contrario que en otros muchos negocios familiares que acaban cerrando por falta de continuidad, tras esta tercera generación sí que hay una cuarta prevista. "Tengo una hija que está bastante ilusionada con este mundo y puede que continue con ella", explica. Aunque relevo no les falte, eso no les ha garantizado tampoco su existencia pues en más de cien años han vivido momentos muy duros.

"La calidad de su producto sobrevive, incluso, a la polilla que hay en Canarias. "No los pica. Ahora la termita nueva no sé, aunque no creo que sea capaz de comerse este tipo de maderas nobles porque el amargor no le gusta mucho"
"Cuando salí del servicio militar en el año 80 aproximadamente la empresa se estaba tambaleando, pero logró recuperarse tras un periodo muy difícil. La peor fue la crisis última, un gran tortazo. Se aguantó a duras penas, pero fue bastante complicada de superar. De hecho, todavía, hoy por hoy, aún se está intentando superar. Ha dejado huella", lamenta el copropietario.

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Entrega Medalla de Oro a empresas centenarias de Tenerife | TWITTER MUEBLES MIRABAL

Esos más de cien años de lucha y buen servicio al cliente han sido premiados recientemente por el Cabildo Insular con la medalla de Oro de la Isla de Tenerife como empresa decana de la Isla, al ser un referente empresarial de pasado, presente y futuro.

Con este galardón, la Corporación hace un reconocimiento a aquellas empresas más antiguas y también a los valores que las han hecho perdurar en el tiempo. Entre otros aspectos, para su concesión se ha tenido en cuenta la contribución al empleo y a la economía familiar, el sector al que se dirige, el número de generaciones implicadas y su compromiso social y medioambiental.



La importancia de la formación
Después del largo camino recorrido a través de tres generaciones de artesanos de la ebanistería, muebles La Moderna-Mirabal cuenta con grandes proyectos de futuro para intentar que no se pierda de belleza de este oficio. Para ello han apostado por la creación de una academia-taller comn el objetivo de formar a futuros artesanos.

"En Canarias no se valora. Hay familias que sí lo hacen, pero hoy la juventud no va por ahí, sino por comprar y cambiar al año. En países más desarrollados que nosotros el mueble clásico reconvertido, dándole una nueva vida, tiene una gran utilidad. Personalizas más las casas mientras disfrutas de la calidad que se hacía antaño"

"Hay personas a las que les gusta este mundo por afición, no solo como búsqueda de empleo", opina Mirabal, quien destaca que, entre el alumnado, hay bastantes mujeres interesadas. "Las chicas suelen ser más responsables a la hora de ir a clase y aprender. A la larga son más efectivas, no pierden el tiempo", comenta. Sin embargo, matiza que, aparte de la información, es necesaria mucha práctica y dedicación. "En un año no nace un ebanista", resume.



Otra vida para el mueble antiguo
Sobre si los canarios sabemos apreciar el valor de los muebles antiguos, el propietario de esta empresa familiar centenaria se muestra rotundo: "En Canarias no se valora. Hay familias que sí lo hacen, pero hoy la juventud no va por ahí, sino por comprar y cambiar al año. En países más desarrollados que nosotros el mueble clásico reconvertido, dándole una nueva vida, tiene una gran utilidad. Personalizas más las casas mientras disfrutas de la calidad que se hacía antaño", expone.

Asimismo, el experto diferencia entre el mueble fabricado en Canarias del hecho en serie en la Península. "Los de aquí han sido realizados por muy buenos ebanistas, con maderas nobles, con una calidad de producto bastante buena. Es un mueble que dura siglos", garantiza. Además, resalta que en Canarias "hay muchísimo patrimonio en madera: iglesias, Parlamento, balconadas en La Orotava, La Laguna, Santa Cruz,etc.". Sin embargo, este patrimonio "no se restaura mucho que digamos. Encuentras iglesias que han tenido problemas porque los materiales usados para fabricar no han sido la madera ideal, sino unas que a lo mejor se están picando", lamenta.

José Antonio Mirabal enumera, entre otras, maderas nobles como la caoba, morera, ukola, abebay o el cedro para evidenciar la calidad del producto, que sobrevive, incluso, a la polilla que hay en Canarias. "No los pica. Ahora la termita nueva no sé, aunque no creo que sea capaz de comerse este tipo de maderas nobles porque el amargor no le gusta mucho", opina.


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Algunos de los primeros muebles realizados por la empresa | FACEBOOK MUEBLES MIRABAL


Futuro de la ebanistería
El oficio de ebanistería en Canarias se está perdiendo. "De hecho, diría que ya se ha perdido", matiza el empresario, quien recuerda que, en las Islas, las grandes empresas de ebanistería "ya han cerrado". "Cada día te encuentras con el problema de que hay menos ebanistas. Carpinteros de puertas y ventanas, sí, pero ebanistas, no".

Ellos, sin embargo, mantienen sus instalaciones para "formar, fabricar, restaurar y continuar dando el servicio que nuestra clientela se merece", tanto para aquellos productos de nueva fabricación como muebles fabricados por artesanos, que por el paso del tiempo necesitan ser restaurados y vuelvan a relucir como si se acabaran de fabricar. De esta manera "podemos conservar este patrimonio que nuestros antepasados nos han dejado, para poderlo legar a generaciones venideras".

De hecho, el propietario resalta cómo se mantiene la tendencia de restaurar un buen mueble y de confeccionar uno a medida. "Ahora mismo, los clientes suelen solicitarlo con frecuencia y cuando te encargan un mueble, haces lo que el cliente te pide, te adaptas a él", expone.

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Primer anuncio publicado del negocio | AH

Creciendo junto a Santa Cruz

José Mirabal Correa y Manuel Espinosa Quintero, dos grandes amigos y socios a la vez, comenzaron en la calle del Castillo, hasta que terminaraon sus nuevas instalaciones ubicadas en la calle Méndez Núñez con esquina a la calle El Pilar. Las obras terminaron sobre el año 1926 y en ellas se ubicaron dos actividades: la fabricación de muebles finos en maderas nobles y la  marmolería,que se abandona desde el momento que Manuel Espinosa, por motivos de enfermedad, vende a José Mirabal Correa su parte.

A partir de ese momento, José Mirabal continua solo con la actividad de fabricación de muebles, conociéndose también como carpintería Mirabal, donde se realizaron grandes trabajos como las puertas del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, entre otros muchos.

En los talleres llegaron a trabajar un total de 52 personas entre oficiales de primera, segunda, tercera y pinches, creándose una auténtica escuela de ebanistas, tapiceros, tallistas, barnizadores. Muchos comenzaban como pinches y terminaban como maestros.

En el año 1963 fallece José Mirabal Correa y prosigue su labor su hijo Antonio Mirabal Rodríguez, quien trabajaba con su padre desde los 12 años. Así comenzaba la segunda generación. Introdujo productos de importación, pero sin dejar de continuar con la labor de fabricación y restauración de muebles.

Tras su fallecimiento en 1996, continúan con la labor sus dos hijos José Antonio y Juan Carlos Mirabal Méndez, para así comenzar con la tercera generación.