Durante décadas, el balneario de Santa Cruz de Tenerife fue el punto de encuentro y veraneo de miles de tinerfeños. Este inmueble permanece intacto únicamente en la memoria de todos aquellos que disfrutaron de sus instalaciones hasta que, con la ampliación del Puerto, el balneario perdió su cercanía con el mar y, finalmente, cerró sus puertas en 1992. Ahora, su imagen es la del abandono total.
Su estado de deterioro no refleja la importancia que tuvo para muchos de aquellos que lo recuerdan con nostalgia y que se han unido en numerosos grupos en redes sociales para intercambiar imágenes de los veranos que pasaron en sus piscinas, playa o en la residencia José Miguel Delgado Ruiz, una de las muestras más características de la arquitectura racionalista de los años 30. Sus defensores han llegado, incluso, a solicitar formalmente su declaración como BIC para tratar de otorgarle una protección de la que carece actualmente ante la "desidia de los responsables".
Ahora, al balneario se le agota el tiempo. Así opina la historiadora y periodista Dolores Hernández, autora del libro ‘El balneario de Santa Cruz y sus aledaños’, quien analiza en esta entrevista para el medio digital canario AtlánticoHoy el abandono al que se ha visto sometido este antiguo centro de ocio y veraneo de Santa Cruz, cuya piscina fue la primera que se abrió en la isla con carácter público, además de la única que existía de este tipo entre los años 34 y 65.
-Su libro es un homenaje a este lugar. ¿Qué le llevó a dedicarle esta publicación?
Realmente eso se remonta al año 1992, cuando yo estaba estaba haciendo mis primeros pinitos en La Gaceta de Canarias, antes de iniciar la carrera de Periodismo, mi vocación. Ofrecí la información de que se cerraban las instalaciones porque mi familia estuvo vinculada al lugar. Mi padre fue el último concesionario del restaurante. Yo aprendí a caminar y a nadar allí dentro. Como yo era amateur en todo esto enviaron a una redactora. Pero yo, a partir de ahí comencé a investigar sin pensar ni tan siquiera que esto iba a desembocar en un libro.
Dolores Hernández y su libro | AH
- Marcó la infancia, adolescencia y los recuerdos de los veranos de miles de ciudadanos desde hace décadas. El balneario y la nostalgia van unidos. ¿Por qué cree que los chicharreros recordamos tanto este enclave capitalino?
Lo recuerdan porque, sin lugar a dudas, ha sido el lugar por antonomasia de baño de los santacruceros, el lugar de veraneo de varias generaciones desde los años 30 del siglo pasado hasta 1992, que cerró sus puertas.
Piscina principal | FOTO BENÍTEZ
- Aparte del hilo familiar que le une a usted con el balneario, ¿qué historias le han marcado más de las que han sucedido aquí y que han compartido con usted?
No creo que ninguna historia tenga mayor validez que otra. El verdadero protagonista, en este caso, ha sido el pueblo. Si nos vamos a los inicios, tenemos que remontarnos a los años 30, momento en el que Santiago García Sanabria era el alcalde de Santa Cruz de Tenerife, y a él se le debe esta gran obra turística. Sin lugar a dudas, no tiene parangón porque, si bien es cierto que posteriormente se habilitó el parque marítimo o Las Teresitas, fue un lugar único. Donde más cabida tenía era en la clase proletaria, con las familias numerosas de los años 50, 60, 70 propias del régimen franquista. Su mayor auge tuvo lugar precisamente en la época de la Dictadura. A veces el pueblo no ha entendido a sus políticos porque, realmente, sus representantes son los que tienen que velar por el bien común. El alcalde García Sanabria tenía otro talante y la verdad es que fue una gran obra social para Santa Cruz.
Fotografías originales de Emiliano Conrado Rguez. Yanes | FACEBOOK
- La nostalgia de lo que fue contrasta dolorosamente con su estado actual. ¿Por qué no se ha rehabilitado este edificio? ¿Que interés hubo para dejar este inmueble en la ruina?
A ciencia cierta, lo desconozco, pero sí hay que poner el punto de mira en el único responsable, el Gobierno de Canarias. Es su propietario y es un bien público, que se ha intentado que se catalogue como BIC pero ha sido misión imposible. Ahí ha habido una desidia institucional y habría que preguntarle a los distintos gobiernos que han pasado por las distintas legislaturas.
- ¿Al balnerario se le agota el tiempo?
Sí. Creo que, honestamente lo están dejando derruir para declararlo en estado ruinoso y entonces tendrán un terreno que, codiciadamente, lo utilizarán. Hay varias versiones. Hay una que dice que haya una ampliación de una carretera, que allí pasaría una vía... No solo el inmueble del balneario, sino que el edificio anexo, de arquitectura militar, el de la batería del Bufadero, es el único que no aparece catalogado en todos los bienes sobre fortificaciones que existen en el litoral de Santa Cruz. Ahí habría que preguntar tanto a la Autoridad Portuario como a los Amigos del 25 de Julio y al Ayuntamiento, porque está en su término municipal, por qué no está catalogada esa batería.
La residencia en los 70 frente a su estado actual| ANTONIO BRITO CORREA, publicado en el Facebook de @ADORADO BALNEARIO
- ¿La arquitectura racionalista no merece mayor protección?
La arquitectura racionalista es la de la residencia José Miguel Delgado, que lleva su nombre en honor de uno de los nadadores del club de natación Balneario. Como ocurría en aquella época, muchos jóvenes se alistaban. Fue a la Misión Azul y falleció en acto de servicio. Su padre fue uno de los encargados principales del balneario, y de ahí su nombre.
-¿Qué podemos hacer para que la protección al balneario se reactive de una vez?
Yo creo que la voz del pueblo no ha sido escuchada y realmente ha habido total desidia institucional. Por mucho que hagamos, creo que los distintos responsables públicos no han escuchado la voz del pueblo. Teniendo en cuenta la situación económica actual del país, y de Canarias en concreto, de las últimas décadas, quizás no tengamos las arcas públicas tan boyantes. Creo que tenían que haberse utilizado partidas presupuestarias provenientes de la Unión Europea y, quizás, aparte de hacer los edificios públicos que se hicieron tres décadas hacia atrás, mantener, conservar, preservar el patrimonio histórico de la capital de la isla. Es lamentable. Una ciudad sin pasado, sin historia, no tiene cabida.
- ¿Cree que la clave es que no lo quisieran declarar BIC?
Claro. Yo presenté la petición avalada por asociaciones vecinales, del Colegio de Arquitectos de Canarias, la Asociación en Defensa de la playa de Valleseco, el departamento de historia del Arte de la Universidad de La Laguna y se desestimó. El dictamen fue desfavorable a expensas de un informe. Desde 1980 que se cerró la residencia, han tenido tiempo de hacer informes y de preservar y conservar la estructura del inmueble. Sí está en el catálogo, dentro del Plan General de Ordenación Urbana de Santa Cruz. Sí contempla preservar su estado de conservación nivel 3, lo que es la fachada. Pero está ya es un estado muy, muy lamentable. Sinceramente, hay que hablar claro. Lo que no se puede es engañar a la ciudadanía constantemente por lo que yo creo que el único responsable es su propietario.
- ¿Cree que la inversión y el foco en la playa de Valleseco alejará al balneario de una potencial rehabilitación?
No creo que repercuta una cosa con la otra. No tiene por qué. Me alegra que se conserve parte del litoral de Santa Cruz y ahí los vecinos han estado siempre luchando por ello. Recuerdo que es un proyecto que desde que José Manuel Bermúdez estaba de concejal en el Cabildo ya se estaba comentando, si no antes. Invito a los ciudadanos a consultar las hemerotecas, que tienen muchísima información, y eso está ahí. Por mucho que el político de turno quiera hacer declaraciones, los hechos son los que valen.
- Un ambulatorio, un centro para mayores o un espacio para el ocio y el deporte son algunas de las propuestas con alternativas que se han barajado estos años para el Balneario. ¿Cuál cree que sería la mejor solución?
Creo que el balneario debería tener un fin social de carácter público. Incluso me han hablado de iniciativas privadas que podrían estar interesadas en el tema. Creo que todo se queda en agua de borrajas, simples comentarios infructuosos. Honestamente, creo que el balneario debería de ser para lo que fue concebido. Fue incluso terapéutico. Algunos podrían decir que ya no existe el mar, pero su uso podría ser ese. Creo que eso está ahí y ya no se van a tomar iniciativas al respecto. No quisiera ser tan negativa ni pesimista, pero llevamos ya mucho tiempo escuchando lo mismo. No veo que vaya a prosperar ninguna iniciativa de rehabilitarlo, reconstruirlo… Ojalá. Eso ha sido una demanda social del pueblo de Santa Cruz continua. Las nuevas generaciones, si destruimos todo nuestro patrimonio, no tienen un referente y precisamente con el libro yo creo que al menos se mantiene viva la historia de lo que fue el balneario de Santa Cruz.
- ¿Es posible recuperar lo que fue, a pesar de que el puerto se ha interpuesto entre el balneario y el mar?
Eso es una excusa. Una gran excusa. Si el proyecto del balneario hubiera sido construido como inicialmente se pensaba, que era al lado del Cabildo insular, probablemente no hubieran construido el puerto. Por hablar podemos decir muchas cosas. Yo soy una simple ciudadana a a que le tocó escvribir la historia del balneario, es mi opinión, aunque tengo muchas fguentes de información, he podido contactar con mucha gente y lo he vivido de primera mano pero a quien deberíamos pedir responsabilidades es a quienes están al frente de los organismos públicos y que tienen competencia en materia de patrimonio que son tanto el Gobierno de Canarias, como el Cabildo de Tenerife y el Ayuntamiento de Santa Cruz.
- Desde que publicó su libro hasta ahora ¿qué reacciones le han transmitido los lectores?
La mayor satisfacción es que he intentado hacer un trabajo con rigor y sobre todo, con mucho cariño. Lo que me ha comentado la gente es sobre todo acerca de las emociones que al leer le ha causado o las fotografías que te transmiten algo, un recuerdo, la añoranza de esasvivencias personales. Al fin y al cabo, este libro es un homenaje a la gente que lo visitó, lo disfrutó, que trabajó en él. No es otra cosa.
- ¿Qué otros proyectos tiene ahora entre manos?
Ahora mismo no tengo ningún trabajo de investigación. El ejercicio del periodismo y la comunicación me encanta y lo llevo dentro. Es algo pasional. Tengo una web pero no estoy investigando. Me estoy investigando a la docencia. Nunca se sabe. Con el cariño que puse en este nunca va a ser igual, por que es un proyecto vivido en primera persona y que me ha tocado la fibra.