La investigación, un diagnóstico precoz y la implicación de nuevas tecnologías son los pilares donde se asienta la lucha contra el cáncer, cuya incidencia en la mortalidad es más que evidente. Las técnicas empleadas en la actualidad suponen un mayor control de la enfermedad y una mejora de la calidad de vida posterior al tratamiento.
El estudio de esta enfermedad es una de las prioridades de la investigación médica en todo el mundo. Las aplicaciones de nuevas técnicas de radioterapia han permitido aumentar la supervivencia del paciente y acortar los días que dura la radiación. Esto adquiere especial relevancia en los pacientes con larga supervivencia, especialmente en la población pediátrica.
La técnica más avanzada
Una de estas innovadoras aplicaciones es la protonterapia, hoy en día la técnica de radioterapia externa más avanzada. Exacta y precisa, presenta importantes ventajas para el tratamiento de tumores con respecto a la tradicional con fotones o electrones.
Está especialmente indicada para tratar tumores que necesiten una alta dosis de radiación, como oculares, cerebrales, sarcoma, cabeza o cuello, entre otros. También en aquellos localizados a lo largo de la columna vertebral, cercanos al tronco cerebral, a la vía óptica, a la médula espinal, tumores del área de cabeza y cuello…
Modernización continua
En los últimos años, este tratamiento ha experimentado numerosos avances ya que es una tecnología que permite trabajar sobre ella incorporando nuevas mejoras de forma constante. Este método permite utilizar haces de protones para extirpar tumores, minimizando la irradiación de tejidos sanos.
“Es muy posible que, dentro de cinco o diez años, la protonterapia esté indicada en cerca de un 15% tumores frente al 2% actual”, asegura el doctor Raymond Miralbell, director científico del Centro de Protonterapia Quirónsalud, el primero de sus características en España tanto en la sanidad pública como privada.
Un sistema revolucionario
El perfeccionamiento de este equipamiento ha permitido mejorar todavía más las prestaciones de esta radioterapia. El centro de Quirónsalud, ubicado en Pozuelo de Alarcón (Madrid), se convirtió en 2019 en el primer centro de España en usar esta terapia. Y a finales del año pasado también fue pionero a nivel mundial en incorporar un innovador sistema desarrollado por DYN’R Medical Systems, para manejar el movimiento del tumor torácico y abdominal durante las sesiones de la terapia de protones.
“Para nosotros ha sido muy importante incorporar esta nueva tecnología para controlar y monitorizar el movimiento respiratorio de los pacientes durante cada sesión, sincronizando el disparo del haz en el instante correcto, y mejorando en consecuencia la calidad y la eficacia de nuestros tratamientos”, ha explicado el doctor Alejandro Mazal, director de Física Médica del Centro.
Futuras aplicaciones
Aunque la protonterapia se aplica preferentemente para tratar a enfermos de cáncer, en un futuro no muy lejano sus aplicaciones irán en aumento gracias a la evolución tecnológica. Sería el caso de ciertos tumores benignos de los nervios craneales o del cuello, especialmente.
La doctora Morena Sallabanda Hajro, especialista del Servicio de Oncología Radioterápica del Centro de Protonterapia Quirónsalud, explica que no se descarta adaptarla a la radiocirugía y a la radioterapia hipofraccionada. “Son técnicas que permiten impartir en las mínimas sesiones grandes dosis de radiación a tumores pequeños como metástasis cerebrales o malformaciones arteriovenosas”, señala.
Incluso “en un futuro próximo”, según añade el doctor Fernando Cerrón Campoo, especialista del Servicio de Física Médica del mismo centro, la precisión de haces de protones estará indicada para el tratamiento de arritmias cardíacas.
Menor equipamiento
Actualmente, su aplicación requiere unos aparatos muy sofisticados y de gran tamaño. Pero la ciencia ya está trabajando para reducir sus dimensiones y eso permitirá que se pueda desarrollar en más centros hospitalarios.
“Cualquier reducción en el tamaño del equipamiento y en su volumen de acción significa también una reducción en el volumen del edificio”, lo que permitirá ¬–aclara el doctor Cerrón– “no solo instalarlo más fácilmente en los centros hospitalarios, sino también reducir los costos de inversión”.
“Probablemente, este avance hará necesario aumentar los recursos en esta tecnología y multiplicar el número de unidades de tratamiento que actualmente están en funcionamiento en España”, coincide el doctor Miralbell.