Las infecciones respiratorias, ya sean causadas por virus o bacterias, representan un riesgo significativo para la población, especialmente para los adultos mayores. Son unas de las enfermedades más frecuentes en los ancianos y, a pesar de los grandes avances que ha experimentado la medicina a lo largo de las últimas décadas, continúan siendo una de las principales causas de muerte en el mundo.
La prevención y el control de estas infecciones deben ser una prioridad, para mejorar su salud y su calidad de vida. El ejercicio diario, una alimentación adecuada, paseos al aire libre y la administración de vacunas recomendadas se perfilan como los métodos más valorados para contrarrestar sus efectos.
Sintomatología diversa
Los síntomas comunes de las infecciones respiratorias incluyen congestión nasal, dolor de garganta, estornudos, fiebre, tos, fatiga, dificultades para respirar y dolor de cabeza.
La intensidad y duración de estos síntomas pueden variar, y en casos graves, como la neumonía o el Covid-19, es muy importante prestar atención a señales como dificultad para respirar, presión persistente en el pecho, confusión y cianosis facial, explica el doctor José María Hernández, neumólogo de Quirónsalud Vida.
Virus y bacterias
Las infecciones respiratorias son la causa más común de afecciones como el rinovirus, el adenovirus, el coronavirus, el virus de la gripe (influenza) y el virus respiratorio sincitial (VRS), entre otros.
“Estos virus", explica el doctor Hernández, "se transmiten, principalmente, a través de gotas respiratorias expulsadas al toser o estornudar, y también pueden propagarse por contacto directo con superficies contaminadas". Por su parte, las bacterias, son el origen de la neumonía y la bronquitis, "cuyo tratamiento, al contrario que los virus, precisa de antibióticos".
Cómo afecta a los mayores
En el caso de las personas mayores, es esencial tener en cuenta las particularidades que pueden presentar. Las personas mayores pueden presentar síntomas de infecciones respiratorias parecidos a las de las personas más jóvenes, como molestias faríngeas, sensación distérmica, debilidad, tos, estornudos, etc., o más intensos como dolor torácico, falta de aire, esputo purulento o fiebre.
"Ahora bien", alerta el doctor José Alejandro Medina, "las personas mayores especialmente vulnerables, como los afectados por demencias o con secuelas de enfermedades cardiovasculares graves, pueden presentar síntomas atípicos, como alteraciones del nivel de consciencia, debilidad muscular con caídas, así como la negativa a la ingesta de alimentos".
Más allá de los síntomas respiratorios, los expertos destacan la importancia de prevenir la pérdida de fuerza muscular en personas mayores. El especialista en Medicina Interna de Quirónsalud Tenerife sugiere que mantener un nivel de actividad física adecuado, incluso durante la hospitalización, junto con una nutrición adecuada, “contribuye a reducir el riesgo de infecciones subsiguientes, que tienden a ser más graves.