El cáncer de próstata supone la segunda causa de muerte oncológica en España. Las estadísticas lo sitúan como el más frecuente en hombres y el de mayor índice de mortalidad tras el de pulmón.
Determinar el tratamiento adecuado dependerá siempre del tipo de tumor, su agresividad y la edad del paciente. Una vez decidido, el especialista se inclinará por una terapia concreta, como cirugía abierta, cirugía laparoscópica, radioterapia externa o la intervención asistida por robot, entre otras.
Tecnología punta
El tratamiento más avanzado para los tumores de próstata no metastásicos se aplica a través de tecnología de última generación, puesto que aumenta la precisión quirúrgica. En este sentido, la plataforma robótica Da Vinci ha supuesto un enorme salto hacia adelante.
Esta plataforma quirúrgica está dotada de una consola de diseño ergonómico, una torre de visión que elabora y procesa la imagen para obener una visión real en 3D aumentada y un carro de paciente con cuatro brazos robóticos que reproducen exactamente los movimientos de la mano del cirujano al tiempo que eliminan el temblor y los movimientos involuntarios. Estos brazos se equipan con instrumental miniaturizado extremadamente preciso. Esta tecnología es tremendamente eficaz y precisa para el tratamiento quirúrgico del cáncer de próstata, como la hidroablación robótica lo es para el crecimiento benigno de próstata.
Beneficioso para el paciente
El doctor Guillermo Conde, jefe de Urología de Quirónsalud en Tenerife asegura que la incorporación de la cirugía robótica a los quirófanos ha supuesto un claro beneficio para el paciente. “Nos permite hacer cirugía de mayor calidad y menos invasiva, así como tener una mayor capacidad para conservar mejor todas las estructuras que rodean el área de la intervención y evitar los efectos secundarios de la cirugía", señala el urólogo
El jefe de Urología de Quirónsalud en Tenerife explica que la cirugía tradicional del cáncer de próstata puede tener dos principales consecuencias: incontinencia y disfunción eréctil, problemas que se reducen drásticamente con la cirugía robótica.
Mayor precisión
"Puedes ofrecer al paciente un tratamiento en igualdad de condiciones curativas desde el punto de vista oncológico, pero con muchas menos secuelas", comenta el especialista, para luego señalar que esta plataforma quirúrgica, además de ser idónea para el tratamiento del cáncer de próstata, también lo es para extirpar tumores de riñón en los que se quiere conservar el órgano y para la cirugía del prolapso vaginal.
"Esta plataforma robótica aporta precisión y seguridad al proceso quirúrgico, pero no opera sola; es una herramienta que colocamos entre las manos del cirujano y el paciente", apunta el especialista y coordinador de la Unidad de Cirugía Robótica de Quirónsalud Tenerife.
Hidroablación robótica
Esta plataforma robótica trata específicamente el crecimiento benigno de próstata. Es un tipo de técnica que permite a los cirujanos eliminar ese tejido prostático, que ha crecido y que está generando problemas al paciente, con un sistema de presión de agua que se denomina hidroablación robótica y que permite conservar la función sexual.
"Lo que hace es eliminar con agua a presión el tejido prostático sin tener que utilizar energía térmica, que puede ser un problema para el sistema nervioso que rodea la glándula prostática. Hace posible preservar las estructuras anatómicas más sensibles del aparato urinario y de la próstata encargadas de la eyaculación, la función eréctil y la continencia urinaria, con lo que permite una recuperación muy temprana del paciente", añade el doctor Guillermo Conde.
La prevención, un factor clave
El cáncer de próstata es uno de los tipos de tumor más común en el colectivo masculino y el crecimiento benigno de la próstata es la patología más frecuente y el motivo de intervención quirúrgica más habitual en los hombres. Sin embargo, todavía existen muchas barreras sociales que impiden que los hombres interioricen en su rutina la medicina preventiva y acudan con normalidad a la consulta del urólogo.
El jefe de Urología de Quirónsalud Tenerife subraya la importancia de romper estas barreras para que los hombres empiecen a hacerse revisiones urológicas, de la misma manera que las mujeres van al ginecólogo desde muy jóvenes. Explica que el varón empieza a hacerse revisiones a partir de los 40 o 45 años y muchas veces, aunque tenga síntomas, no acude por miedo o vergüenza.