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Artroscopia de rodilla: una técnica con mínimo riesgo y máximos beneficios

Se trata de una intervención en la que a través de unas pequeñas incisiones se accede al interior de la articulación

Fernando Baquero

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Un hombre se queja de dolor en la rodilla. Una artroscopia puede ser la solución  / QUIRÓNSALUD
Un hombre se queja de dolor en la rodilla. Una artroscopia puede ser la solución / QUIRÓNSALUD

La rodilla es una de las articulaciones más complejas del cuerpo humano, y sus dolencias pueden manifestarse de diversas formas. Fallos, bloqueos o rigidez son síntomas que podrían señalar problemas mayores en esta zona.

La artroscopia de rodilla se presenta como un procedimiento poco invasivo, ideal para diagnosticar y tratar lesiones que afectan a las distintas estructuras de la articulación.

¿Qué es una artroscopia?

La artroscopia consiste en realizar pequeñas incisiones, conocidas como portales, que permiten al traumatólogo acceder a la rodilla. A través de uno de estos portales se introduce un sistema de visión con luz, facilitando una visualización completa del interior de la articulación. Esta fase diagnóstica es determinante para identificar cualquier patología o lesión.

Además del diagnóstico, el procedimiento permite el tratamiento de diversas lesiones mediante la introducción de instrumentos quirúrgicos o implantes a través de las incisiones.

Lesiones de rodilla tratadas con artroscopia

Hay diferentes lesiones de rodilla que se pueden intervenir con una artroscopia, explica el traumatólogo del Hospital Quirónsalud Costa Adeje, Juan Carlos Gómez Castilla, quien detalla las lesiones de menisco y rotura de ligamentos más comunes:

-Roturas meniscales. Son frecuentes en personas jóvenes por traumatismos habitualmente deportivos o laborales. También en personas mayores como consecuencia del desgaste producido por la artrosis.

-Roturas de ligamentos. También frecuentes porque suelen producirse por accidentes deportivos.

-Patología femoropatelar. La patela o rótula es el hueso circular que tenemos delante de la rodilla. Articula con la parte anterior del fémur y es asiento de frecuentes problemas de tipo desgaste o inflamatorio siendo más frecuente en el sexo femenino por su singular desarrollo anatómico.

-Lesiones condrales. Se produce una especie de “úlceras” en el cartílago que generan dolor y derrame articular.

-Artrosis. Se produce desgaste de las superficies articulares, así como de los meniscos, formación de osteofitos (crecimiento óseo que forma los “picos de loro”)

Síntomas que indican problemas de rodilla

Hay una serie de síntomas preocupantes. Entre los que pueden afectar la rodilla, el dolor es uno de los más destacados, ya que puede dificultar la marcha. La molestia suele localizarse en la parte interna o anterior de la articulación, aunque puede presentarse en otras áreas dependiendo de la lesión. “El dolor en la parte interna o anterior de la rodilla puede dificultar la movilidad. La presencia de líquido en la articulación es otra señal clara de inflamación”, aclara Manuel Luis Baro, traumatólogo del Hospital Quirónsalud Vida.

Además, al ser una articulación superficial, los trastornos inflamatorios son fácilmente visibles, especialmente cuando hay acumulación de líquido en su interior.

Otro síntoma común es la sensación de que la rodilla "se dobla sola", lo cual puede deberse a debilidad muscular, atrofia, derrames o pinzamientos que ocasionan esta inestabilidad. Estos casos son indicativos de problemas que podrían requerir intervención quirúrgica.

El bloqueo de la rodilla es otro problema frecuente. En este caso, la articulación puede quedar "atascada" en flexión, lo que indica que un fragmento suelto dentro de la rodilla se ha quedado atrapado entre las superficies articulares. La causa más común de este bloqueo es la rotura de un menisco, que puede liberar pequeños fragmentos en la articulación.

Por último, la rigidez en la rodilla puede limitar la movilidad, afectando el rango de movimiento tanto en la extensión como en la flexión.

Postoperatorio y recuperación

Los pacientes pueden ser dados de alta el mismo día de la intervención, generalmente realizada con anestesia epidural. La recuperación es rápida: muchos pacientes comienzan a caminar en pocas horas, y el dolor postoperatorio es mínimo. Se recomienda el uso de muletas y ejercicios de contracción muscular para evitar la atrofia.

No obstante, el tiempo de recuperación varía según la lesión. “Mientras que una lesión meniscal puede permitir una recuperación en menos de dos semanas, una rotura de ligamento cruzado podría requerir hasta seis meses para regresar a actividades deportivas”, señala el especialista de Quirónsalud Vida.

Ventajas de la artroscopia

La artroscopia tiene múltiples beneficios en comparación con las cirugías abiertas convencionales, aseguran los doctores Gómez Castilla y Baro.

Los más destacables son una mejora en el diagnóstico de lesiones, un menor tiempo de estancia postoperatoria, consigue que disminuya el dolor y, por lo tanto, requiere pocos analgésicos y, por último, menor índice de complicaciones, menor tasa de infección (siendo esta muy poco frecuente en la cirugía artroscópica).

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