El no de la mayoría del Congreso de los Diputados a Alberto Núñez Feijóo como candidato para presidir el Gobierno de España devuelve a la política nacional a la casilla de salida. Ahora le toca el turno a Pedro Sánchez que, garantizado el apoyo de Sumar, necesita a las formaciones nacionalistas para armar un nuevo Ejecutivo.
La amnistía catalana y el reconocimiento nacional de Euskadi aparecen en el horizonte como condiciones innegociables para que Pedro Sánchez sea investido presidente con los votos de su partido, Sumar, Junts, Esquerra Republicana, PNV, Bildu y BNG.
Mayoría simple
Los focos, en Madrid, apuntan casi todos a esa ecuación. Pero no es la única. Coalición Canaria podría ofrecer al PSOE la posibilidad de mantenerse al frente del Gobierno de España sin tener que recibir un sí de Junts ligado a la amnistía. Le valdría con una abstención del grupo que controla Puigdemont desde Waterloo para asegurar una mayoría simple.
La agenda canaria está en el centro del debate. Feijóo la asumió para recibir el apoyo de CC y llevar hasta Madrid el pacto que la formación nacionalista y el PP firmaron para formar gobierno en las Islas.
Desconfianza
Coalición y PSOE, sobre todo en Canarias, se miran con desconfianza. El recelo viene de lejos. Desde la víspera de Navidad de 2016, cuando Fernando Clavijo cesó a los cuatro consejeros del PSOE que convivían con el partido nacionalista en un pacto de gobierno en las Islas.
Desde entonces, siempre que han podido, ambas organizaciones se han puesto el traspié. Un ejemplo claro, pero no el único: cada una ha desalojado a la otra de la presidencia del Ejecutivo regional.
No lo tendrá fácil Sánchez para contar con el voto de Cristina Valido. Sobre todo si el intermediario es el PSOE canario.