Hace justo un año, Canarias pasó las urnas para elegir alcaldes, presidentes de cabildos y diputados del Parlamento regional. Aquellas elecciones determinaron un cambio profundo: Fernando Clavijo y Coalición Canaria recuperaron la presidencia del Gobierno Canarias. Hoy, 365 días después de esos comicios, volvemos a estar metidos de lleno en otra campaña electoral. En este caso para elegir a nuestros representantes en Europa.
Con PSOE y PP condicionados por las órdenes de Madrid, habrá que prestar mucha atención a los resultados en clave nacionalista. Coalición Canaria, por ejemplo, ha captado el mensaje que el pasado 20 de abril llenó las calles de las capitales del Archipiélago. La formación nacionalista quiere que la posibilidad de limitar la venta de viviendas a no residentes ocupe el centro de un debate que, por contra Nueva Canarias quiere llevar al terreno ideológico por el auge de la extrema derecha.
Crisis interna
Aunque puede parecer un asunto menor por su alianza con Sumar y sus remotas posibilidades de entrar en el Parlamento Europeo, pero el partido que más se juega en esta llamada a las urnas es Nueva Canarias. Los comicios regionales de 2023 abrieron un debate interno sobre la necesidad de afrontar un cambio generacional. Ese malestar, sin embargo, ha derivado en una crisis entre dos bandos que amenaza con provocar otra escisión dentro del nacionalismo canario que, por encima de todo, plantea dos preguntas: una renovación, ¿para qué y con quién?
Igual, aunque esto vaya de Europa, estamos ante el primer capítulo de la refundación del nacionalismo canario. Lo que pase el 9 de junio, aunque Bruselas quede lejos, definirá en buena medida lo que ocurra en Canarias la próxima década.