El Parlamento de Canarias acogió esta semana, durante dos jornadas, el debate de investidura de Fernando Clavijo (Coalición Canaria) como nuevo presidente autonómico. La sesión arrancó el martes con desazón en el cuerpo, horas después del agrio cara a cara que protagonizaron Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo en Atresmedia. Algunos analistas de la política canarias, ante la fricción de ese aperitivo y al coincidir el acto en la cámara regional con la campaña de las elecciones generales del 23 de julio, temían que ese nivel de crispación también salpicara a los partidos con representación en el Parlamento.
Nada más lejos de la realidad. El debate fue, como mucho, intenso en algunos momentos pero nadie cruzó líneas rojas. Tal vez sea culpa de los alisios, que atemperan los ánimos por estas tierras, o tal vez sea porque la buena educación y los buenos modales marcan el paso a nuestra clase política, pero lo cierto es que el debate de investidura se movió lejos de las latitudes en las que se enfangaron Sánchez y Feijóo. Hubo roces, algún reproche, minutos aprovechados para hacer campaña, pero Clavijo también tendió la mano a la oposición para alcanzar acuerdos frente a los principales desafíos que afrontan las Islas y también reconoció el trabajo bien hecho por parte del Ejecutivo saliente.
Star Wars
Para Clavijo, la investidura como presidente del Gobierno canario le permitió culminar su particular Odisea. No ha tenido una travesía fácil durante los últimos cuatro años. Pero resistió y ha vuelto a la presidencia del Gobierno de Canarias. Lo ha hecho, no lo ha intentado, como recetaba Yoda a Luke Skywalker en El retorno del Jedi. De todos los mensajes que recibió en el Parlamento, tal vez el que tenga que tomarse más en serio el líder nacionalista es el que le soltó su compañero José Miguel Barragán: "No se crea usted un César o un Ulises, no se lo permitiremos", le espetó.
Antes de cerrar el acto, Clavijo animó a la opisición a remar juntos ante los principales problemas de Canarias. Enfrente, de momento, no se topó con límites incontrolados de confrontación. Ni siquiera en Vox, que de la mano de su portavoz, Nicasio Galván, mostró otra cara a la que el partido ofrece en la Península. No es un mal punto de partida. Que la Fuerza les acompañe. A todos, porque será bueno para todos los que vivimos en las Islas.