El Parlamento de Canarias acoge, entre hoy y mañana –14 y 15 de marzo–, un Pleno monográfico sobre el caso Mediador. El asunto, pese a la mayoría que sostiene al Gobierno de Canarias y que le permitirá –en principio– superar las dos jornadas sin más sobresaltos que los reproches y las preguntas incómodas de la oposición, no es menor. La trama lleva semanas liberando mucha basura, demasiada como para que todo quede en una simple declaración de intenciones.
"Que la Justicia actué y caiga quien caiga", expresa Ángel Víctor Torres –presidente del Ejecutivo autonómico y líder del PSOE en Canarias– cuando se le cuestiona por el asunto. El problema, sin embargo, es tan grave que debería ir más allá de lo que pase en sede judicial. ¿Cómo es posible que dos tipos como Juan Bernardo Fuentes o Taishet Fuentes se colaran en las filas socialistas y alcanzaran cargos tan relevantes como los de diputado en el Congreso o director general del Gobierno de Canarias? ¿Cómo es posible que Taishet Fuentes presentara más gastos que el propio Torres? ¿Cómo es posible que fallaran todos los órganos de control? ¿Cómo es posible que no haya pasado nada en el Gobierno de Canarias desde que se destapó este caso?
En 75 días hay elecciones y el descrédito que generan estas actuaciones en la sociedad es demasiado importante como para tomárselo todo a la ligera y midiendo cada movimiento según intereses propios en los próximos comicios. Luego no vale lamentarse si populistas o antisistemas se cuelan en el Parlamento. Al Gobierno de Torres tal vez le iría mejor si se preocupara por depurar responsabilidad y no hacer tantos cálculos con las encuestas. La gente no es tonta y lo que parecía una victoria incontestable del PSOE empieza a mutar en otra cosa.