El Gobierno de Canarias ha anunciado este miércoles la ampliación del proyecto piloto Tegueste Experimenta, probado durante 24 horas en 2023, a otros tres municipios canarios con menos de 20.000 habitantes en los que coexiste una sociedad rural y agraria con la urbana. Se trata de Valsequillo (Gran Canaria), Tijarafe (La Palma) y Betancuria (Fuerteventura), que a partir de ahora seguirán la estela de Tegueste como "laboratorios" para fomentar la participación ciudadana y sacar adelante proyectos consensuados por vecinos, agentes sociales y económicos, técnicos y administraciones.
Tal y como ha explicado el viceconsejero de Presidencia, Alfonso Cabello, este proyecto se desarrollará a lo largo de cuatro meses y servirá para abordar retos como el cambio climático o la presión demográfica e identificar líderes vecinales que ayuden a que el protagonismo esté en la ciudadanía y en su manera de relacionarse.
Según ha explicado la directora general de Transparencia, Carmen Delia Alberto, el principal objetivo es movilizar a la ciudadanía para fomentar su implicación en asuntos del territorio y generar espacios para un encuentro "honesto y constructivo".
El ejemplo de Tegueste
El proyecto piloto que se desarrolló el año pasado en Tegueste, aunque sólo duró un día, permitió al municipio dar a luz cinco proyectos consensuados por los vecinos en materia de diversificación e innovación agraria, una escuela de ganadería, una estrategia y plan de acciión comercial para PYME, un taller de artesanía y una agenda cultural para jóvenes.
La clave está en que la participación ciudadana aporta a la resolución de los problemas la propia óptica del ciudadano que los sufre. Por ejemplo, tal y como ha destacado Carmen Delia Alberto, en el caso de la agenda cultural para los jóvenes en Tegueste, fueron los propios jóvenes del municipio quienes la diseñaron, incluyendo en ella las actividades que realmente querían hacer y no las que el Ayuntamiento
Compromiso y proactividad
El representante de TajeaLAB José Carlos Hernández, la empresa que coordina la iniciativa, ha señalado que el objetivo es crear lugares de experimentación y cocreación interdisciplinar abiertos a la participación activa y con compromiso y proactividad. A su juicio, esta iniciativa sirve además como un instrumento educativo que promueve la cultura democrática y que lleva a escenarios en los que a veces "la propia ciudadanía identifica soluciones distintas a las planteadas inicialmente por las administraciones".
Porque todo el proyecto gira en torno a tres pilares: colaboración, dimensión comunitaria que se obtiene a través de la participación y cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda Canaria 2030. Las fases que sigue son cuatro: convocatoria de ideas, selección, diseño de la solución y comunicación y experimentación con el resultado.
Además, tal y como ha explicado Hernández a Atlántico Hoy, el objetivo de este proyecto es innovar en sus mecanismos constantemente para sortear las barreras de la propia participación ciudadana e incentivar a los vecinos a unirse a ellos, a través de la creación del hábito y poniendo al alcance de los mismos herramientas de conciliación para facilitar su participación.