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Política

El tren de Gran Canaria acelera y el de Tenerife se estanca por la división en el Cabildo

Las dos grandes islas contemplan al tren como su principal infraestructura del futuro, pero mientras en Tenerife no hay la misma unanimidad política que en Gran Canaria

Darío Ojeda / José Willis

3 minutos

Imagen de un prototipo del tren de Gran Canaria presentado hace más de una década. / Ferrocarriles de Gran Canaria

Gran Canaria y Tenerife comparten problemas de movilidad y también parte de la solución: una línea de tren. En ambos casos se trata de una vieja aspiración que en los últimos años ha cogido impulso debido al empeoramiento del tráfico. Los dos cabildos han elaborado proyectos para construir una vía ferroviaria que una sus capitales con el sur de la isla, la zona más turística, pasando por los aeropuertos (el del sur en el caso de Tenerife). Pero mientras que el proyecto grancanario ya está dando sus primeros pasos, el tinerfeño sigue siendo solo un plan.

La mayor diferencia entre ambos proyectos es el apoyo político. Mientras que en Gran Canaria todos los partidos con representación en la corporación insular lo respaldan, en Tenerife existe división entre los grupos políticos, lo que lleva tiempo retrasando el impulso a la infraestructura.

Unanimidad en Gran Canaria

El proyecto del tren de Gran Canaria está en la fase de información pública desde el pasado 28 de octubre (el plazo de alegaciones terminará el 15 de diciembre). Una vez pasado ese punto, la principal tarea será encontrar la financiación, lo que va a determinar los plazos de ejecución de la obra. La previsión es que en 2026 ya funcione la línea casi al completo.

El presidente del Cabildo de Gran Canaria fue tajante en una entrevista con Atlántico Hoy. "No hay alternativa", aseguró en referencia al proyecto como solución a los problemas de movilidad de la isla. "Una institución como el Cabildo y un Gobierno como el de España no avalan una infraestructura de esas características si no tienen los estudios económicos y de viabilidad necesarios. Esta los tiene todos. Ahora bien, es verdad que es costoso, pero no entiendo por qué no se cuestionan los trenes de cercanías y el AVE que generan pérdidas todos los días en la Península", dijo.

Además de partidos sin representación en el Cabildo y algunos movimientos ecologistas, la mayor crítica al proyecto ha venido desde el ámbito de acádemico. En 2021, un estudio elaborado por economistas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria concluyó que el proyecto no era rentable ni para la sociedad ni para el futuro operador del tren. Ese informe generó bastante rechazo por parte del Cabildo y la respuesta de INECO, empresa pública que ha participado en la redacción del proyecto.

La línea de tren de Tenerife transcurriría por el sur de la isla.

Las dudas del PSOE en Tenerife

Mientras el tren de Gran Canaria sigue su irremediable curso, en Tenerife, tras dos décadas trabajando en el proyecto, la infraestructura no está cerca de materializarse debido a las diferencias entre partidos en el Cabildo insular. 

El presidente de la corporación, el socialista Pedro Martín, admitió en enero de este año que el proyecto supone “un dineral” (las previsiones es que suponga un desembolso de entre 2.200 y 2.500 millones de euros) y que por ello descartaba iniciarlo en este mandato. Para la oposición, sin embargo, el problema estaba en la frontal oposición de Sí Podemos, que en aquel entonces apoyaba externamente a Martín tras la moción de censura realizada a Carlos Alonso, de Coalición Canaria (CC), a principios de la legislatura.

Por su parte Ciudadanos, socio del PSOE en el gobierno insular, en la figura de Enrique Arriaga, consejero de Carreteras del Cabildo, ha sido el más proactivo en este tiempo para impulsar la infraestructura. Suya fue la moción para incluir el proyecto del tren del sur en la red  ferroviaria de interés general, lo cual generó un conflicto que llevó a Podemos a amenazar con retirar su apoyo al Ejecutivo. Finalmente Arriaga desistió y retiró dicha moción.

La oposición formada por CC y Partido Popular ofreció entonces su apoyo a socialistas y naranjas para que no retirase la moción, pero fue infructuoso. Martín arguyó que no se sabía quién iba a pagar la factura, que todo no lo podría poner la Unión Europea y que el proyecto genera “muchas incógnitas”. Pese a ello, dentro de su propia formación hay voces discordantes, como la del consejero de Obras Públicas, Chano Franquis, quien aseguró en una entrevista en COPE Canarias que “no se debería renunciar a estas alternativas a medio plazo” ya que Tenerife “no puede consumir más territorio”.