Hay estruendos que suscitan más nervios que los provocados por un meteoro que surca el cielo y rompe la barrera del sonido antes de caer en el Atlántico. Basta con fijarse un poco en la clase política de Canarias –y sus compinches– para sentir ciertas inquietudes, tan manifiestas como temblores sísmicos cerca de la superficie terrestre, cuando quedan menos de seis meses para las elecciones locales, insulares y autonómicas de mayo de 2023.
El último sobresalto quedó registrado este lunes, a cuenta de la publicación del Sociobarómetro de Canarias —estudio demoscópico de periodicidad semestral que elabora la Universidad a Distancia (UNED)—. El sondeo aventuró como ganador de los comicios a Ángel Víctor Torres y pronosticó una victoria del bloque de partidos de izquierda –PSOE, Nueva Canarias (NC), Unidas Podemos y Agrupación Socialista Gomera (ASG)–. hasta tal punto que el Pacto de las Flores que componen entre todos podría reeditar su acuerdo de gobierno.
Acorazada mediática
El estudio de la UNED ha soliviantado el ambiente. Sólo un poco más, porque el ruido de fondo permanece constante después de que Coalición Canaria (CC) fuera desalojada del Gobierno de Canarias tras 26 años en el poder. Desde entonces, la acorazada mediática –expresión con derechos de autor para Antonio Morales– ha trabajado a destajo para romper el Pacto de las Flores –tarea para la que se consideraban sobradamente preparados–.
Tres años y medio después, tras fracasar en esa misión –pese al guineo diario en tertulias con un nivel medio de barra de bar (de esos con bayeta grasienta y olor a rancio), un par de estómagos agradecidos como columnistas y alguna que otra portada cuestionable–, el objetivo que se ha fijado ahora ese lobby es desgastar a Nueva Canarias y Podemos para que la suma del Pacto de las Flores no dé y al PSOE no le quede otra que lanzarse a los brazos de Coalición Canaria para formar Gobierno.
Reyes Nazgûl
No descubrimos por aquí la pólvora. Ni tampoco cuestionamos las apuestas empresariales de cada uno. Allá cada cual con sus intereses. Ni siquiera vamos a debatir aquí si es bueno para Canarias que el Pacto de las Flores siga en el Gobierno o si sería mejor para la ciudadanía de las Islas un acuerdo entre PSOE y Coalición Canaria. Todo es cuestionable, todo es materia de debate.
Lo que no tiene un pase es convertir el Archipiélago en la Tierra Media que imaginó Tolkien para librar la eterna lucha entre el bien y el mal, un lugar en el que para sobrevivir uno encima se vea obligado a elegir bando sin tener que sentirse como uno de los nueve reyes Nazgûl –unos vendidos a Sauron corrompidos por la fuerza del Anillo de Poder–.
Sondeos reales
Canarias se juega mucho en el nuevo ciclo político que se vislumbra tras las próximas elecciones. Y se merece una prensa que esté a la altura, capaz de cuestionar –si es menester– un Sociobarómetro de Canarias a partir de comparaciones con otros estudios –que sean reales, en los que se muestre una ficha técnica (como hacemos en Atlántico Hoy desde mayo de este año, con sondeos mensuales)–, de opiniones de expertos en demoscopia que den la cara y de análisis sesudos que vayan más allá del onanismo mental –no de un simple repaso a la ficha del propio Sociobarómetro para descubrir, oh, como en todas las encuestas, que exite un margen de error en un ejercicio que no es una predicción, sólo un fotografía que retrata parte del paisaje en un momento concreto–.
Las tertulias –con nivel de barra de bar– de la Ser en Canarias, Prensa Ibérica en Canarias –La Provincia y El Día– y Tiempo de Canarias se han lanzado a cazar a Román Rodríguez y todo lo que huela a Podemos en un sprint final de seis meses. Si la cuestión es convertir este trocito del oceáno en la Tierra Media y considerar a parte del actual Gobierno de Canarias –constantemente, a diario– en el Mal, deberían hilar más fino porque van camino de convertir a Román Rodríguez en Gandalf y al resto del Pacto de las Flores en la Comunidad del Anillo. Y ya se sabe como acaba la historia.