La ambiciosa Ley de Cambio Climático y Transición Energética de Canarias, uno de los grandes compromisos del Pacto de las Flores, se convertirá este martes en norma gracias al apoyo de los grupos de Gobierno (PSOE, ASG, Unidas Podemos y Nueva Canarias) y a Coalición Canaria. Partido Popular y Ciudadanos, se ha mostrado abiertamente en contra del texto ante la “falta de consenso” en el desarrollo de la ley tal y como ha denunciado en las últimas semanas.
Ya en el primer debate sobre el texto se insinuó que esta podría ser la ley más importante de esta legislatura. De la misma forma que también se apuntó que sería necesaria la conformidad de los diferentes grupos aunque desde la oposición se ha criticado que esto no ha sucedido, ya sea por no sentirse escuchados o por una cuestión ideológica.
Un proyecto ambicioso
Una de las principales banderas que el Gobierno de Canarias, y en especial la Consejería de Transición Ecológica, plantean con esta norma es el desacoplamiento de los combustibles fósiles una década antes de la fecha marcada por la Unión Europea, en 2040. El consejero del área, José Antonio Valbuena, ha justificado esta decisión amparándose en que es necesario “incrementar la ambición para lograr la transición ecológica y social provocada por el cambio climático”.
Pero adelantar en diez años la descarbonización es un reto que la oposición y parte del sector energético critican al considerarlo apresurado. Para conseguirlo Canarias, en los próximos ocho años, debería generar el 37% de su energía a través de renovables, cuando en la actualidad la cifra no alcanza el 20%. La tesis de la consejería es que se conseguirá a través del desarrollo paulatino de las renovables.
Falta de consenso
Este afán por “ser los primeros de la clase” es lo que ha criticado este lunes el diputado del grupo Mixto, Ricardo Fernández de la Puente, al entender que es inviable por lo apresurado de las fechas propuestas. Lo ha hecho en una pregunta al pleno dirigida al presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, donde pedía la valoración del Ejecutivo ante “la falta de consenso" en el proyecto de ley.
El diputado de Ciudadanos ha comentado que “esta ley es la que ha contado con menos consenso de todas las planteadas en esta legislatura. Ninguna de las aportaciones se ha tenido en cuenta más allá de temas menores”. Incluso ha afeado que “no ha existido ni siquiera la intención de debatir, ni en ponencia ni en comisión cuando la oposición planteamos aportaciones más que razonables y fundadas”.
La voz de los colectivos
Pero esa falta de consenso dista de la visión de Torres, quien asegura que se han aceptado cerca del 20% de las enmiendas del grupo mixto, el 12% del grupo popular y el 24% de las presentadas por el grupo nacionalista. Además, el presidente ha recalcado que en los tres años de desarrollo del texto se han recibido más de 400 alegaciones y la consejería se ha reunido con más de 40 colectivos, cuyas demandas se han escuchado, según Torres.
Frente a las críticas por marcar una fecha límite para conseguir las exigencias de la Unión Europea, diez años antes de lo exigido por la comunidad europea, Torres ha comentado que “la gran pregunta” es si “es urgente o no que Canarias tenga una ley propia de lucha contra el cambio climático”, a lo que él mismo ha respondido que “teníamos que haberla tenido hace tiempo”.
Línea divisoria
Se haya escuchado o no a los colectivos y grupos políticos la norma de carácter ecológico más importante que se ha elaborado recientemente en Canarias no tendrá consenso y su aprobación o desaprobación está dividida por la línea ideológica que divide al Parlamento canario. Ya durante el debate del dictamen del proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética los partidos de la oposición dejaron claro que votarían en contra del texto por la “actitud antidemocrática” del Ejecutivo al desestimar la gran mayoría de las enmiendas presentadas por los partidos de derecha y centro.
Pese a ello, Canarias tendrá a partir de este martes una norma que busca dejar atrás el retardismo de políticas contra el cambio climático y abrir el camino hacia la implementación acelerada de renovables, la mitigación de la huella de carbono a través del Registro Canario de la Huella de Carbono, la eficiencia energética, la creación de biocombustibles o la promoción de la movilidad sostenible, entre otras cuestiones, con un ambicioso plan de descarbonización que ya en 2030 pretende abandonar más de la mitad del consumo de fósiles.