Hubo un momento en el que Ciudadanos (Cs) pudo reinar. Fue el 28 de abril de 2019. Ese día se celebraron elecciones generales en España —las decimocuartas de nuestra democracia— y el partido de centro liberal logró 57 diputados. Con ese número de actas en el Congreso, más los 123 que alcanzó el PSOE, la aritmética permitía armar una mayoría absoluta que sostuviera a un Gobierno en España, cambiar el rumbo de comunidades autónomas como Madrid, Andalucía o Castilla y León y dejar cerca del nocaut al Partido Popular (PP).
El presidente de Cs, Albert Rivera, lanzó entonces un órdago sin medir muy bien las consecuencias: negó el pacto con el PSOE y forzó otros comicios con la perspectiva de dar el sorpasso al PP. El resultado de aquel obcecamiento fue el inicio del fin para su partido: los votantes castigaron a la formación de centro liberal en las generales de diciembre —pasó de 57 diputados a 10— y tras cuatro años de descomposición ahora sólo quedan los restos del naufragio.
Balance
Ninguna encuesta relacionada con las elecciones autonómicas y locales del próximo 28 de mayo ofrece buenas expectativas para el partido naranja. Ni en Canarias ni en la Península. Pero antes de tener que entregar la cuchara, el grupo político de Cs en el Cabildo de Gran Canaria, compuesto por Ruymán Santana y Javier Ramos —que sustituyó a Juan Ruiz tras la renuncia de este— tras los comicios insulares de 2019, hace balance del trabajo realizado en la corporación insular y presume de una forma de hacer política en la que, según sus palabras, "ha primado el interés general de la Isla por encima de colores políticos".
"Hemos hecho un trabajo de oposición constructiva", recalca Ruymán Santana al repasar sus cuatros con Cs en el Cabildo. "Hemos pensado por encima de todo en el proyecto Gran Canaria", señala, "intentando que todas las acciones, incluso la de fiscalización al grupo de gobierno, haya estado encaminada a mejorar la vida de nuestros conciudadanos. Entendemos que la política no puede ser, simplemente porque estés en la oposición, negarte a todo, indicar que todo está mal, que ninguna acción es positiva. Siempre hemos intentado evaluar aquello que era conveniente para la Isla. Cuando evidentemente lo ha sido, lo hemos apoyado. Y hemos realizado propuestas que, para nosotros, eran buenas para Gran Canaria, que no se hacían por el equipo de gobierno y muchas de ellas tuvieron una acogida favorable".
Acciones realizadas
Entre las propuestas lideradas por Cs, Santana destaca "la seguridad hídrica, el agua". "No sólo hemos apoyado el proyecto estrella, que es del Salto de Chira", explica, "si no que también hemos intentado que haya una estrategia encaminada a garantizar que los recursos hídricos sean adecuados para el desarrollo que se contempla en la Isla. Por ejemplo, hemos planteado acciones relacionadas con el anillo hidráulico insular para intentar garantizar que todas las partes de territorio insular se puedan beneficiar de las captaciones que se hagan a través de todas las desaladoras, no sólo en las zonas o comarcas en las que se extrae el agua".
El portavoz de la formación naranja en el Cabildo también subraya el apoyo de su grupo al "tren de Gran Canaria". En ese proceso, apunta que "hemos propuesto fórmulas para intentar captar financiación, ya sea pública a través de la inclusión del proyecto en la estrategia del Gobierno de España, que financia el resto de líneas del territorio nacional, o la creación de un consorcio del que formaran parte el Gobierno de Canarias, el Estado y también el Cabildo de Tenerife con el objetivo de lograr más financiación y ejecución presupuestaria".
Responsabilidad
Para Santana, la política sólo se puede desempeñar como "un ejercicio de responsabilidad". "Se supone", argumenta, "que el cometido de los 29 consejeros tiene que ser el mismo, lo mejor para su Isla. Pero además, en nuestro caso, la organización iba desapareciendo o perdiendo el respaldo, así que digamos que teníamos más libertad para ver la política no como una herramienta de confrontación muchas veces dialéctica que no conduce a nada, si no como una manera de contribuir a que tu Isla avance, a que la gente que vive en ella esté mejor".
En un momento de polarización en la política nacional, el Cabildo de Gran Canaria, a lo largo de estos cuatro años, ha sido una especie de reducto. "Los principales planes estratégicos para la Isla", advierte Santana, "se han aprobado con un respaldo amplio de la mayoría de los grupos. Se ha respirado un clima bueno para hacer política y para construir Isla". "Los que tenemos responsabilidades públicas", puntualiza, "lo que tenemos que hacer es mejorar lo que nos encontramos, que cuando mires atrás puedes decir que esto funciona porque esta actividad económica mejora o porque estas personas estén más integradas".
Vida política
Santana recooce que "yo tenía prejuicios respecto a la política, porque al final, cuando uno no está implicado, ve lo que se proyecta muchas veces. Y hay casos y casos" antes de agregar que "luego es verdad que tú vas adentrándote, vas conociendo cómo son las instituciones, la importancia que tienen y lo transformadoras que pueden ser. A mí, por lo menos, me ha enganchado. Es una actividad preciosa porque puedes ser influyente y puedes, de alguna manera, condicionar la transformación, es decir hacia dónde va el destino de la isla de Gran Canaria".
A la hora de repasar este mandato y señalar alguna tarea pendiente, Santana reconoce que "no me arrepiento de nada de lo qe he vivido" aunque confiesa que "sí es verdad que nosotros, como organización, hemos tenido unas dificultades tremendas". "Uno porque calla y no tiene otra forma de ver las cosas, otra forma de marcharse", avisa, "pero el comportamiento de algunos compañeros, al final, degrada un poco la percepción que pueda tener la ciudadanía de la política".
Decadencia de Cs
Santana confiesa que "al margen de eso, he conocido a personas extraordinarias, he tenido la oportunidad de participar en la principal institución de mi Isla y lo agradezco enormemente a la organización y a la ciudadanía que me permitió cumplir el mandato. Yo creo que, honestamente, hemos hecho todo lo que ha estado a nuestro alcance. Al final nosotros representábamos la menor de las minorías. Comparo, que siempre está feo comparar, nuestra labor con otras organizaciones que tienen más recursos y más consejeros, y puedo afirmar sin dudar que nosotros hemos contribuido más que esas organizaciones".
La demolición de Cs la ve Santana "con cierta pena, por lo que pudo llegar a ser, pero al final se quedó en eso: lo que pudo llegar a ser". "Cuando tú tienes que tomar decisiones estratégicas", detalla, "de las que digamos que pueden cambiar el destino de un país y las tomas de manera desacertada o pensando en ti primero, pues lo normal es que te pase factura. Lo cierto, y ya ha pasado antes en este país, es que es muy complicado de conservar un espacio político como es el centro, que es inclusivo de ideas diversas. Yo mismo soy de centro progresista, pero hay otros compañeros de otro ala, que son conservadoras en toda regla".
"El partido", describe Santana, "ha sido un batiburrillo de personas de distintas idelogías que, a poco que tomaran una decisión contraria a sus ideas, que digamos, beneficiera al otro ala, se convirtió en aglo muy difícil de gestionar. Yo creo que al final, cuando están las cosas mal es cuando se ve la integridad y la calidad de las personas. Al final hemos tenido esa experiencia, de la que no me arrepiento y la cumplimos con el mejor de los deseos".