La ruta atlántica, una de las vías de inmigración más peligrosas del mundo, que une la costa oeste de África con Marruecos nunca se conseguirá cerrar, pese a los acuerdos que España y Marruecos han alcanzado recientemente. Así lo ha comentado el ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, en su visita a Canarias, tras reunirse hace unos días con su homólogo marroquí.
En una reunión también con el presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, el ministro ha comentado su convencimiento por el aporte beneficioso para Canarias de estos acuerdos, según ha recogido Efe. El ministro ha indicado que Canarias no puede hacer frente a la inmigración sola porque supone "una sobrecarga para las islas" pero también porque es "un imperativo moral".
Canarias, sola ante la inmigración
"No podemos permitir que el Atlántico se convierta en una tumba para cientos de personas" ha subrayado Albares, que ha dicho que el objetivo de la normalización de relaciones con Marruecos es "eliminar a las mafias que trafican con seres humanos". A razón de los acuerdos con el país vecino, el ministro ha comentado la caída de la inmigración de un 80% en comparación con el año anterior.
A su vez, Albares comentó que vendrán momentos "muy complejos" que afectarán especialmente a la región del Sahel (Mauritania, Senegal, Mali, Burkina Faso, Níger, Nigeria, Chad, Sudán, Eritrea y Etiopia), en relación al incremento de los costes de los cereales, que puede conllevar al "empuje" de la inmigración.
Conflicto en el Sáhara Occidental
En cuanto al cambio de política de España en relación al conflicto del Sáhara Occidental- mostrándose a favor de la soberanía marroquí en el territorio en contra de la petición de la ONU de promover un referémdum en la zona-, Albares ha comentado que el objetivo de España es "ayudar a desencallar" un conflicto que dura medio siglo y siempre en el marco de las Naciones Unidas, y ahora es "un momento especialmente idóneo".