A pesar de haber mejorado ligeramente en comparación con los resultados de las autonómicas de 2021, la noche electoral dejó, en el fondo, un poso agridulce en Junts per Catalunya. La formación posconvergente planteó estas elecciones como un plebiscito sobre la "restitución" como president de su candidato, el fugado Carles Puigdemont, según palabras de este último. Pero la apuesta no le ha salido tan bien como deseaba. Junts ha desbancado a sus exsocios de ERC como segunda fuerza de Cataluña; pero, por otra parte, apenas ha obtenido un 1% más de votos que en 2021, quedando así lejos de la primera: el PSC, cuya victoria fue incontestable.
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