“Era el sueño”. “Una nueva ilusión”. “Fue una oportunidad”. Podemos y Ciudadanos son dos proyectos que nacieron con el objetivo de cambiar la política española. Querían poner en jaque el bipartidismo y ocupar espacios para recuperar el voto de aquellas personas desencantadas con los de siempre. Pero los dos tuvieron un fuerte apoyo electoral hace unos años que se ha disipado en las últimas citas con las urnas. Un problema unido a la marcha de algunos de sus miembros por múltiples razones.
Atlántico Hoy se ha sentado con varios de ellos aquí en las Islas para conocer cómo vivieron los inicios, el transcurso y el final. En definitiva, saber qué cambió para que tomaran la decisión de irse. Todos aclaran que no pretenden perjudicar a nadie con sus palabras. No han sido las únicas personas invitadas a participar en este reportaje, pero muchas otras declinaron la posibilidad de hacer declaraciones.
Iglesias y Rivera
Tanto Podemos como Ciudadanos han experimentado la marcha de sus principales líderes cambiando así su directiva. Después de que Albert Rivera dejara la política en 2019 tras un duro golpe electoral y Pablo Iglesias hiciera lo propio en 2021 por no ganar las elecciones madrileñas nada ha vuelto a ser como antes.
El partido morado vivió su auge a raíz de obtener cinco eurodiputados en 2014, siendo esa su primera entrada en una institución. Eran muy grandes las expectativas que giraban en torno a Podemos cuando se celebraron los comicios autonómicos y generales un año después. En Canarias lograron siete diputados para el Parlamento y en el Congreso consiguieron 69, una cifra que creció hasta los 71 en junio de 2016. En 2019 hubo dos citas más con las urnas donde el número se desplomó a 42 y luego a 35.
Evolución electoral
En Canarias ocurrió una tendencia algo similar. Cuando los isleños fueron a los colegios electorales en 2015 para decidir quién debía estar al frente de la Comunidad Autónoma, como harán de nuevo el próximo domingo, los morados alcanzaron siete parlamentarios, bajando a cuatro en 2019.
Cs tardó un poco más en entrar a la cámara de representación en las Islas, no lo hicieron hasta 2019 con dos escaños. En las primeras generales a las que concurrieron se colocaron como la cuarta fuerza política de España con 40 sillones en el Congreso. Medio año después perderían algo de fuerza con 32, pero aún no había llegado su peor momento. El mejor tampoco.
Juan Ruiz (exmiembro de Ciudadanos)
Hay que remontarse hasta el 28 de abril de 2019 para recordar el momento en el que, tras unas elecciones generales, Ciudadanos logró 57 escaños en el Congreso y podría haber tomado la decisión de formar gobierno con el Partido Socialista. Un pacto que hubiera tenido como resultado una mayoría absoluta. El acuerdo nunca se fraguó y hubo que repetir los comicios, lo que algunos consideran un error por el batacazo electoral que experimentarían el 10 de noviembre de ese mismo año cayendo hasta los 11 diputados.
Juan Ruiz, que fue consejero en el Cabildo de Gran Canaria por Ciudadanos, dejó el partido hace algo más de un año. De esta manera, se marchó de la vida política. Considera que no haber hecho efectivo ese pacto “fue un error gravísimo”. “Yo sé que gobernar con Pedro Sánchez es difícil, pero nosotros lo habríamos atraído hacia el centro”, afirma rotundo. El también presidente del Club Voleibol Guaguas acabó perdiendo la ilusión y abandonó su acta en la Corporación Insular.
Pérdida de ilusión
Cuenta que sus inicios en la formación naranja surgen con una invitación. Nunca había estado en política ni había ido en las listas de ningún grupo, pero no dudó en aceptar. “Se abrió la esperanza de hacer un partido de centro en España”, relata. No le gustaba nada la estrategia del “y tú más” que estaban siguiendo PSOE y PP que, para él, “estaban yendo hacia una deriva total”. Pero lo dejó y tiene clara la razón: “Porque cuando pierdes la ilusión en un proyecto, ¿para qué estás?”.
Para Ruiz, “Albert Rivera podría haber sido un gran emprendedor al frente del Gobierno, pero se equivocó”. Insiste en que Ciudadanos logró despertar a mucha gente sobre que hay otra forma de llevar las cosas adelante porque las personas que lo componen “son abiertas, liberales, con ganas de colaborar y de aportar”.
Antonella Aliotti (dejó Podemos)
Al otro lado del espectro ideológico está Antonella Aliotti. Ella salió de las filas de Podemos hace tres meses y recuerda que nueve años atrás, cuando comenzó a desarrollarse la formación morada, “era el sueño”. Exclama que “era encontrar hermanos y hermanas que entendían toda esta lucha que siempre habíamos tenido por la vivienda, en contra de los desahucios, derechos sociales, feminismo…”.
De esos primeros contactos, la exconcejala del grupo municipal Sí Podemos Arona tiene grabada a fuego una frase que les dijo Pablo Iglesias en una visita a Tenerife: “Nosotros somos una herramienta, cuando una herramienta no funciona hay que cambiarla [en referencia a Izquierda Unida (IU)]". Pero ahora no se explica cómo el propio exvicepresidente del Gobierno “no acepta su lema”.
"Podemos ya no funciona"
Aliotti opina que Podemos ya no funciona “y no pasa nada”. “Lo hemos visto en Andalucía, Madrid y Extremadura”, agrega. De sus palabras se puede extraer que ya quedan muy lejos aquellas “noches enteras hablando con todos tus compañeros en los círculos”. “Ver aquellos círculos llenos de personas que tenían las mismas inquietudes, que se hablaba de la misma lucha... Encontrabas personas como tú, fue algo increíble”, apostilla.
Quien ahora confluye en la coalición Drago Verdes Canarias piensa que los círculos se rompieron hace tiempo y las personas que los conformaban “se han quedado solas hablando entre ellas”. Todo eso produjo desencanto en Aliotti porque, dice, “ya es sectarismo, es como una religión. Ellos te quieren despojar de tu capacidad de hacer política”.
Vidina Espino (abandonó Ciudadanos)
Vidina Espino llegó a Ciudadanos en 2018 en un momento en el que “es un partido que ilusiona a muchísimas personas en toda España porque ofrece esa regeneración política”. Para la que acabaría siendo su portavoz en el Parlamento autonómico fue una formación “que generó una nueva ilusión”. “Más que ir en contra de cosas, ofrecía algo nuevo a lo que estábamos acostumbrados”, agrega.
Espino garantiza que se queda con toda la gente buena que ha conocido. “Fue una oportunidad para muchas personas que no nos habíamos planteado dedicarnos a la política”, añade. Su salida tiene como origen el año 2019 “cuando el partido empezó a dar los bandazos ideológicos”. Hasta llegar a un momento “en el que no tienen rumbo, dirección, hoja de ruta, propuestas o programa para la gente”.
La derrota electoral
“Cuando se empiezan a dar esos bandazos ideológicos la gente se empieza a decepcionar con el proyecto y comienza a haber esa serie de abandonos. De afiliados, cargos públicos… No se supo administrar la derrota electoral”, asevera.
La exportavoz cuenta también que “intentaba trasladar las demandas que teníamos en Canarias y las necesidades que había aquí y no se atendían de ninguna manera”. “Incluso nos pedían que no molestáramos”, apostilla. Indica que “no tenían ningún interés en las demandas que se hacían desde el Archipiélago”.
Aunque para ella la gota que colmó el vaso “fue en julio de 2021 cuando Cs votó en contra en el Congreso de una cuestión que afectaba al REF, relacionado con mantener el diferencial fiscal con el sector audiovisual con respecto a la Península”. Ella no ha abandonado la política y en los próximos comicios irá en la lista insular por Gran Canaria de CC.
María José Belda (exmiembro de Podemos)
Decepcionada con Podemos, María José Belda, consejera en el Cabildo de Tenerife, dejó de militar en la formación el pasado mes de enero. “Esa parte de aglutinar, que era lo más interesante que tenía Podemos, a mí me empieza a decepcionar cuando veo que las familias ideológicas van desapareciendo”, añade.
Recuerda con cariño cuando iba a las reuniones a la calle Heraclio, de donde salió el círculo de Podemos de Acentejo. “Queríamos montar un círculo en el norte, pero no había gente suficiente”, afirma.
"La herramienta está pervertida"
Belda no quiere lanzar un mensaje negativo y recuerda que ella llegó a la formación en 2014 cuando veía “un futuro negro, un bipartidismo que no daba respuesta y confié en Podemos hasta el punto de dejar ahí todo mi tiempo de vida social y familiar”. “Era una oportunidad para todas esas personas que éramos de izquierdas y no nos sentíamos representadas por lo que había. Pensé que era la herramienta”, admite.
Varias desavenencias con el partido y haberse dado cuenta “de que la herramienta está totalmente pervertida, ya no es útil y empieza a parir otros partidos” la hizo marcharse de sus filas. Aunque, aclara, se alegra de haber estado en las instituciones.
Javier Amador (dejó Ciudadanos)
Quien también se incorporó a su respectivo partido en 2014 fue Javier Amador, pero en su caso se trató de Ciudadanos. Antes de empezar a contar su historia quiere dejar claro que ya se ha desvinculado totalmente de la vida política y ahora se dedica a otro sector en el ámbito privado. Al referirse a aquella época cuenta que en Canarias se juntaron “unos cuantos para hablar de política y de un posible proyecto nacional que no existía en ese momento”.
Amador recuerda un ambiente de mucha ilusión porque vieron que el proyecto podía coger forma a nivel nacional. “Yo creo que había dos almas: profesionales liberales que veían en un proyecto nuevo una oportunidad para levantar un partido de técnicos y de expertos en su materia; y el social-liberalismo donde yo me situé”, desarrolla.
Falta de ideología
Para Amador fue un error que el partido no tuviera ideología, “porque así no iba a tener una sustancia que le asegurara un suelo electoral”. “Hay un momento en el que el partido empieza a crecer y se empieza a acercar mucha más gente. Ya no era Ciudadanos lo que era, sino lo que cada uno quería que fuese”, apostilla.
“Me marché porque consideré que me había aprovechado de una plataforma política, a mí no me conocía nadie. En el momento en el que vi que el partido había decidido no ser útil, sino sustituir al PP, me fui para mi casa”, atestigua.