¿Qué fue del Pacto de Las Flores? Un PSOE huérfano, crisis en NC y una vida extra para Podemos

El acuerdo de Gobierno que se fraguó tras las elecciones autonómicas de 2019 llegó a su fin hace un año cuando en los nuevos comicios no dieron los números. Desde entonces, cada partido ha cogido un rumbo distinto

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Los miembros del Pacto de Las Flores: Ángel Víctor Torres, Noemí Santana, Casimiro Curbelo y Román Rodríguez / MONTAJE AH
Los miembros del Pacto de Las Flores: Ángel Víctor Torres, Noemí Santana, Casimiro Curbelo y Román Rodríguez / MONTAJE AH

La política, como la vida, es efímera. Todo lo que sube baja, pero quien juegue con la suerte a su favor quizás consiga mantenerse. Fortuna y estrategia son las bases del tablero de ajedrez. Aunque, en realidad, sin ánimo de engañar a nadie, el tiempo tiene siempre la última palabra. Hace un año, las elecciones autonómicas dieron un vuelco al Gobierno de Canarias porque el Pacto de Las Flores se marchitó –perdón por el cliché– dando paso de nuevo a Fernando Clavijo para estar al frente del Archipiélago. Desde entonces nada volvió a ser igual en ninguno de los partidos que formaban la coalición –PSOE, NC, Unidas Podemos y ASG–.

Como cantaba Presuntos Implicados en los 80, el viento lo abandona todo al paso. En los comicios que se celebraron el 28 de mayo de 2023, el PSOE mejoró sus resultados de cuatro años atrás con 23 diputados en el Parlamento regional. Fue la lista más votada, pero no resultó suficiente para que Ángel Víctor Torres revalidara el cargo. El hundimiento de quienes eran sus colegas –del que hablaremos más tarde– hasta el momento lo dejó solo. Perdió la presidencia, pero su jefe Pedro Sánchez tenía un plan B para él.

A votar en julio

El secretario general de los socialistas vio después del 28M que el mapa local y autonómico se tiñó de azul. Los resultados obtenidos por el Partido Popular (PP) en toda España fueron buenos, algo que alarmó a la izquierda. La formación de Feijóo recuperó el Ayuntamiento de Valencia, el Gobierno de la Generalitat valenciana, accedió por primera vez a mandar en la ciudad de Sevilla, Ayuso se afianzó en Madrid con una mayoría absoluta, el alcalde Almeida debió bailar un chotis aquella noche electoral por su victoria y en Canarias pudieron entrar al Ejecutivo junto a CC.

La consecuencia fue que Sánchez tomara al día siguiente la polémica decisión de convocar elecciones generales para el 23 de julio. Unas semanas más tarde, mientras el partido confeccionaba las planchas electorales, llamó a Torres para que fuera el cabeza de lista por la provincia de Las Palmas. El canario declinó la oferta y el puesto lo ocupó Lola Corujo, que acababa de perder la presidencia del Cabildo de Lanzarote.

Ángel Víctor Torres y Pedro Sánchez / PSOE
Ángel Víctor Torres y Pedro Sánchez / PSOE

¿Quieres ser ministro?

Él siempre defendió que su voluntad era quedarse en el Parlamento de Canarias para hacer oposición al Gobierno, por razones familiares, lealtad a sus compañeros en las Islas y en obediencia al mandato de los ciudadanos en las urnas. Recuerde, querido lector, todo es efímero. Hasta las intenciones. Llegó el día de las elecciones generales, el PSOE logró gobernar gracias a Sumar y a unas duras negociaciones con Junts para llegar a un acuerdo sobre la Ley de Amnistía. El 16 de noviembre todo cambiaría para Torres.

Pedro Sánchez se sometió a un proceso de investidura del que salió victorioso. Ahora toca arremangarse, ponerse a trabajar y repartir ministerios. El secretario general del PSOE en las Islas fue elegido para ocupar la cartera de Política Territorial y Memoria Democrática. Esta vez sí aceptó cambiando Arucas por Madrid. No ha dejado de lado a su formación en el Archipiélago, no quiso delegar en nadie. Ahora bien, su marcha a la capital del reino ha dejado un poco huérfano al partido en las Islas –al menos de lunes a jueves, porque los fines de semana está en Canarias para actos partidistas–.

El ministro Ángel Víctor Torres durante una sesión de control del Congreso. / EFE
El ministro Ángel Víctor Torres durante una sesión de control del Congreso. / EFE

Un fino hilo

Su papel en el Consejo de Ministros es, cuanto menos, extraño. Mientras en el Congreso de los Diputados tiene que alcanzar acuerdos con Cristina Valido, la diputada de Coalición Canaria, en el Parlamento autonómico su tarea es hacer oposición al Gobierno de Clavijo. Un fino hilo de talante que se debe sacar de donde sea. De eso se trata la política, de buscar el equilibrio –o, al menos, se supone–.

Menos contrapeso encontró Nueva Canarias tras los comicios del 28M. A pesar de que pudieron mantener la misma cantidad de diputados en la Cámara regional (cinco), su líder Román Rodríguez, que venía de ser consejero de Hacienda con Torres, perdió el escaño porque se aventuró: descartó la posibilidad de ir en la lista insular de Gran Canaria para estar en la plancha regional. La jugada no salió bien y las caras largas tras el escrutinio de los votos lo demuestran.

El presidente de Nueva Canarias (NC), Román Rodríguez / EFE
El presidente de Nueva Canarias (NC), Román Rodríguez / EFE

Suena el runrún

La voz cantante en las sesiones plenarias ha pasado a tenerla Luis Campos como portavoz del Grupo. Eso sí, nada volvió a ser como antes. La pérdida de 24.000 votos fue un antes y un después para los nacionalistas provocando una crisis interna en el partido. En una entrevista concedida a este periódico una semana antes de la investidura de Clavijo, Rodríguez aseguró que votantes de NC creyeron que su escaño estaba asegurado y votaron a Torres

Más allá de las razones que puedan explicar el duro golpe, hay un hecho consumado: el debate generacional que empieza a florecer. Fuentes de la formación han llegado a decir a este periódico que hay “un runrún” innegable. Parece que el liderazgo de figuras históricas como Rodríguez se está empezando a discutir y en algún momento tendrán que sentarse para llegar a puntos de encuentro –o no, quién sabe–.

Luis Campos, portavos de NC / EFE- QUIQUE CURBELO
Luis Campos, portavos de NC / EFE - QUIQUE CURBELO

"Un buen ejercicio"

La vista está puesta también en Pedro Quevedo, actual concejal de Turismo en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria; o Carmelo Ramírez, consejero de Cooperación Internacional en el Cabildo grancanario. El presidente de la Corporación Insular, Antonio Morales, aseguró el pasado mes de abril, a pregunta de este diario, que no le consta que el relevo generacional entre en los planes de su formación.

Plantearle el tema no fue arbitrario. Un día antes, su consejero de Presidencia y alcalde de Gáldar, Teodoro Sosa, dijo en una entrevista en la Cadena Ser que “todo tiene una etapa en la vida”, al ser cuestionado por el mismo tema. Además, puntualizó que “a nivel personal” cree que sí debe producirse este relevo, "desde el sosiego, la tranquilidad y la calma no se debe rehuir el debate; es bueno hacer ese ejercicio".

Teodoro Sosa, consejero de Transportes / MARCOS MORENO - ATLÁNTICO HOY
Teodoro Sosa, consejero de Transportes / MARCOS MORENO - ATLÁNTICO HOY

Diferentes suertes

Para aportar una dosis mayor de contexto es importante resaltar que ni Morales ni Sosa pertenecen, en realidad, a NC. El presidente insular es de Roque Aguayro, una formación local del municipio de Agüimes; y el regidor galdense pertenece al Bloque Nacionalista Rural (BNR). Lo más curioso es que miembros de la ejecutiva local de Las Palmas del partido de Román Rodríguez, como Raúl García Brink o Luis Campos, se han postulado a favor del relevo. Independientemente de las discrepancias que puedan surgir, el partido en Canarias sigue teniendo vida.

Otra suerte corrió Unidas Sí Podemos con Noemí Santana al frente. Desapareció por completo del Parlamento canario, reduciendo así a un imposible reeditar el pacto progresista que había gobernado Canarias los cuatro años anteriores. Además, esto se une a la entrada de Vox por primera vez en la Cámara con cuatro diputados. Después del recuento de votos, solo tenían en la mano una concejala en el Gobierno de Las Palmas de Gran Canaria: Gemma Martínez como edil de Parques y Jardines

Noemí Santana, candidata por Sumar al Congreso de los Diputados por la provincia de Las Palmas / JONAY GADD
Noemí Santana, candidata por Sumar al Congreso de los Diputados por la provincia de Las Palmas / JONAY GADD

Una vida de regalo

La extinción de los morados podría haber tenido otro final si hubieran elegido a Alberto Rodríguez, de Drago Canarias, como pareja de baile. Al final decidieron ir por separados, el voto se dividió y ninguno entró. Fin de la ecuación.

El ser humano es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra, pero ambos decidieron que eso no va con ellos. En las elecciones generales de julio concurrieron bajo el seno de Sumar, la plataforma convertida en partido –usted me entiende– de Yolanda Díaz. Santana consiguió un asiento en Madrid, aunque las desavenencias entre la ministra de Trabajo y Podemos hicieron que los morados se acabaran yendo al grupo mixto. ¿En conclusión? Una vida extra para Santana.

Alberto Rodríguez, candidato de Sumar a las elecciones generales del 23 de julio y portavoz de Proyecto Drago en la redacción de Atlántico Hoy. / ATLÁNTICO HOY
Alberto Rodríguez, candidato de Sumar a las elecciones generales del 23 de julio y portavoz de Drago Canarias en la redacción de Atlántico Hoy. / ATLÁNTICO HOY

El imbatible

Quien no requiere de salvarse sobre la campana es el hombre que siempre gana, el imbatible. Aquel que siempre cae de pie, dirían otros. Sí, el mismísimo Casimiro Curbelo. Dirige el Cabildo de La Gomera desde 1991 y su partido, Agrupación Socialista Gomera (ASG) fue fundamental para formar el Pacto de Las Flores. Tanto que recibió a cambio la Consejería de Turismo –que no ostentó él directamente, sino Yaiza Castilla–. 

Después del 28M consiguió ‘colarse’ de nuevo en el Gobierno de Canarias para aportar sus tres diputados a la coalición del Ejecutivo. Esta vez no tiene en su mano consejerías, aunque sí empresas públicas como Visocan, una entidad destinada a la promoción de vivienda pública en las Islas. Fíjese usted, estimado lector, cómo son las cosas. 12 horas de jornada electoral lo cambian todo porque la política no deja de ser, como la vida, efímera.