El Gobierno de Canarias no se ha ido muy lejos para encontrar quien sustituya a Conrado Domínguez al frente del Servicio Canario de la Salud (SCS). La elegida es Elizabeth Hernández, hasta ahora directora general de Programas Asistenciales, algo así como la número dos de Domínguez, que dimitió la semana pasada por su implicación en el 'caso Mascarillas'. Es un nombramiento continuista y de consenso, pues a un perfil técnico une muchos años de experiencia en la gestión sanitaria con partidos de todo el arco parlamentario.
La doctora Hernández es una perfecta conocedora de todos y cada uno de los entresijos de una consejería que en los últimos años ha sido protagonista indiscutible de la política canaria. Mientras otros profesionales hubieran salido por pies ante el ofrecimiento de ocupar la dirección de un Servicio Canario de la Salud (SCS) castigado por un exceso de titulares, Hernández ha dado un paso al frente, ha aparcado la bata de médico y se ha puesto el uniforme de gestora que tanto la ha acompañado.
La mudanza de un despacho a otro es corta. Apenas una calle separa la dirección de Programas Asistenciales de la dirección del SCS. Se muda porque es la elegida. Sonaron otros nombres, como el de David Gómez, del PSOE y reconocido gestor que ocupó el cargo de director del Órgano de Gestión Tributaria del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. También sonó el nombre de Víctor Naranjo, exdirector gerente del Complejo Hospitalario Universitario Materno Infantil y otro médico especialista en gerencia de áreas de salud y en medicina General. Y Natacha Sujanani, actual directora del Complejo Hospitalario Universitario Nuestra Señora de Candelaria y profunda conocedora de la sanidad canaria.
Dos décadas en la gestión sanitaria
La nueva directora del SCS ha desempeñado diferentes puestos de gestión con prácticamente todos los partidos del arco parlamentario canario. En 2003 ocupó, de la mano de Coalición Canaria, la dirección médica de la Gerencia de Atención Primaria de Gran Canaria. Y en 2007 ascendió al puesto de Gerente de Atención Primaria de Gran Canaria con el Partido Popular (PP), puesto en el que se mantuvo con CC tras la ruptura del pacto de gobierno entre PP y CC.
Ahora llega a la dirección del SCS después de cuatro meses muy convulsos en las dependencias del máximo órgano sanitario de las islas. El exdirector, Conrado Domínguez, tuvo que dimitir después de que Rayco González, administrador de RR7 United, a la que el SCS pagó cuatro millones de euros por un millón de mascarillas que nunca llegaron a los hospitales canarios, declarara ante el juez que sí había tenido relación con Domínguez cuando este último lo había negado ante el fiscal y el juez que investigaban el caso Mascarillas.
Hernández también desempeñó el cargo de directora de Programas Asistenciales de la Consejería de Sanidad con CC y con el PSOE (y los otros miembros del Pacto de las Flores: NC, Podemos y ASG). Quienes han trabajado con ella la describen como una mujer de trato amable, simpática y extremadamente rigurosa en sus decisiones.
La nueva directora del SCS llega a la penúltima parada de su carrera política (con el currículo que atesora es una seria candidata a aspirar en un futuro al cargo de consejera de Sanidad), con muchos, muchísimos frentes abiertos. La herida de la pandemia de la COVID-19 sigue supurando. Las urgencias se desangran, y su campo hasta ayer, el de programas asistenciales, está en cuarentena. Elizabeth Hernández estrena nuevo cargo, pero no nuevas responsabilidades. En los seis meses que restan de legislatura tendrá que demostrar su vocación de servicio público sanitario que hasta ahora la ha caracterizado.