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Política

La misión de Ángel Víctor Torres en Madrid: lidiar con Junts, ERC, PNV y Bildu

El puesto del socialista canario en el Ministerio de Política Territorial se antoja clave en una legislatura que estará marcada por el debate territorial que pretenden los nacionalistas y soberanistas vascos y catalanes

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Ángel Víctor Torres, en la imagen durante una rueda de prensa del PSOE, asume un ministerio donde tendrá que lidiar con Junts, ERC, PNV y Bildu. / ÁNGEL MEDINA G. - EFE

El huso horario de Canarias, si lo afrontamos desde una perspectiva de mecánica relativista, permite a los habitantes del Archipiélago alcanzar un objetivo una hora antes. Un ejemplo. Desde la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno de España, por las redacciones de los medios de comunicación peninsulares y en diferentes tertulias políticas de la capital, el nombre de Ángel Víctor Sánchez cotizaba a la baja como candidato a ocupar un ministerio. Aunque todos daban por hecho que el PSOE compensaría a alguno de sus dirigentes autonómicos que acabaron descabalgados en las elecciones locales del 28M, la mayoría apuntaba a Ximo Puig o Guillermo Fernández Vara como los elegidos por el amado líder. Todos erraron. Al amanecer de este lunes, la Cadena Ser ligó el nombre del socialista canario con la cartera de Política Territorial y Memoria Democrática. Para Torres, el reloj marcaba las 7.00 horas. Para el resto eran las 8.00. Ya saben, el presente es relativo al observador.

Con Torres sentado en su Consejo de Ministros, Sánchez gana a un político con una capacidad voraz de trabajo y una habilidad formidable para alcanzar acuerdos. Necesitará el socialista canario de ambas habilidades para sobrevivir en el terreno que empezará a pisar desde este martes en Madrid. Su misión es de las enrevesadas: lidiar con Junts, Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Partido Nacionalista Vasco (PNV) y EH Bildu, cuatro partidos que apoyaron la investidura del líder socialista como presidente del Gobierno de España y que han puesto sobre la mesa, durante la negociación para poner en marcha la legislatura, el debate territorial.

Advertencias en el Congreso

El PNV, por ejemplo, fue claro en la segunda jornada del debate de investidura: una de sus prioridades para estos cuatro años —si se cumplen los plazos— es la revisión del modelo territorial para abrir las puertas a una España “plurinacional”. Ese planteamiento no sorprendió a nadie. En agosto, semanas después de las elecciones generales del 23J, Íñigo Urkullu —lehendakari vasco— ya propuso un pacto entre el Estado y las “nacionalidades históricas”, es decir, País Vasco, Cataluña y Galicia, para cambiar el modelo territorial español.

Sánchez recogió el guante del PNV —y también de EH Bildu, que exigió que esta sea la legislatura en la que España dé paso a un Estado “plurinacional”—. "Una de las grandes virtudes, a mi juicio, de la Constitución de 1978", consideró Sánchez en el Congreso, "es su capacidad de adaptación a una realidad que el constituyente supo que sería mutable, cambiante con el paso del tiempo. En ese marco puede profundizarse en la singularidad y la identidad del País Vasco". La relación del Gobierno con los partidos nacionalistas y soberanistas vascos, además, estará condicionada por las elecciones a lehendakari —que podrían celebrarse en la primavera de 2024—.

El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, de Coalición Canaria junto a Ángel Víctor Torres, PSOE.  / ELVIRA URQUIJO - EFE

Más inflamable será la relación que deberá establecer Torres con Junts y ERC, un vínculo que estará ligado a la amnistía —proceso que gestionará Félix Bolaños, ministro de Presidencia y Justicia—. La formación que lidera Carles Puigdemont ya advirtió a Sánchez que su voto favorable en la investidura no era un cheque en blanco. "No tiente a la suerte", apuntó Míriam Nogueras (Junts), "el acuerdo lo dice muy claro: la estabilidad queda sujeta a los avances y cumplimientos de los acuerdos que resulten de las negociaciones en los dos ámbitos permanentes: el ámbito del reconocimiento nacional, donde planteamos el referéndum, y el ámbito de déficit y limitaciones del autogobierno". Gabriel Rufián (ERC), además de recordarle al líder del PSOE que no tenía más alternativa en el hemiciclo, lanzó otro aviso claro: "No es que no le tengamos fe, sino que le tenemos memoria” para espetarle al final un “no se la juegue" conminatorio.

Agenda Canaria

A Torres también le tocará negociar con Coalición Canaria (CC), la formación que él destronó en 2019 tras 26 años en la presidencia del Gobierno de Canarias y el mismo partido que lo desalojó a él del mismo cargo hace seis meses. Las rencillas, por tanto, aún están recientes. En el centro de ese diálogo estará la Agenda Canaria, un compromiso adquirido por Sánchez para contar con el voto favorable de la diputada nacionalista Cristina Valido durante la investidura. Y sobre la mesa figurarán asuntos como el desarrollo del Estatuto de Autonomía de Canarias o la reforma de la financiación autonómica.

El reto, al que se le suma el área de Memoria Democrática —Arucas, con él como alcalde, es el único municipio de Canarias, junto con Fuencaliente (La Palma), donde han sido exhumadas fosas de represaliados por el franquismo; uno de sus abuelos, socialista también, estuvo en la cárcel durante la dictadura—, es mayúsculo, pero si alguien puede hacerle frente sin ruido, como un fino estilista que no deja de percutir en el ring, ese es Torres: a lo largo de su carrera política en las Islas ha sellado pactos con CC, la Plataforma Con Arucas, Nueva Canarias, Podemos y Agrupación Socialista Gomera (ASG) y se ha enfrentado a crisis como una erupción volcánica, grandes incendios forestales, la pandemia del Covid19, la quiebra de Thomas Cook o la llegada masiva de migrantes en 2020 y 2021. De todos esos retos, además, salió más respaldado por el electorado.