Este jueves el expresidente de la Generalitat de Cataluña y prófugo de la justicia española, Carles Puigdemont, regresó a España para dar un breve mitin y volver a huir a hurtadillas ante el asombro de toda la sociedad nacional.
Así, el vicepresidente del Gobierno de Canarias, Manuel Domínguez, ha declarado que “lo que está sucediendo en este país en los últimos tiempos es inaudito y es una vergüenza. Lo que hemos podido ver en Barcelona, un prófugo de la justicia ha dado un discurso, ha hecho un paseíllo por nuestro país, se ha burlado de la justicia española y ahora nadie sabe dónde está”. Expresó el representante del Partido Popular.
El poder de la Moncloa
En este sentido, Domínguez, cree que el Gobierno de España “una vez más vuelve a mostrar su desinterés por la situación de nuestro país y su especial interés por conservar el poder de la Moncloa por llevar a cabo y a buen puerto el nombramiento de Salvador Illa como presidente de la Comunidad Autónoma de Cataluña”.
Por ello, lamenta “profundamente” que se utilice al país “para el beneficio particular de una persona”, en este caso del presidente del gobierno, Pedro Sánchez. “Creo que es inaudito, es una situación histórica y es algo que tendrá que responder el gobierno al respecto y tendrá que decir que es lo que ha sucedido”.
“No puede cruzar la frontera de nuestro país un prófugo de la justicia, no puede hacer un paseíllo por nuestro país, no puede pronunciar unas palabras, no puede dar un discurso y que no suceda nada. Por lo tanto, es una absoluta vergüenza lo que hemos vivido en estas últimas horas”, espeta el vicepresidente regional.
Advertidos
Asimismo, recuerda Domínguez que “todos estaban advertidos” de la entrada de Puigdemont a España en estas últimas horas ·y lo que no es de recibo es que alguien que ha huido en el maletero de un coche de este país ahora pueda volver y que no suceda absolutamente nada·.
En este contexto, señala que Sánchez “debió haber activado todas las alertas para que en el momento en el que pusiese un pie en nuestro país fuese detenido y no ser el hazmerreír del mundo y, además, enviar un mensaje al exterior. A España puede entrar cualquiera que no tendrá consecuencia alguna”.