Vox está en el centro y todo, en la política de este país, gravita a su alrededor. Ha sido clave, tras los comicios autonómicos y locales del 28M, para que el Partido Popular (PP) recupere el gobierno en plazas como la Comunidad Valenciana, Aragón, Baleares o Extremadura y se retrate —antes de las elecciones generales del 23J— con un socio situado a la extrema derecha que censura y pretende recortar derechos, pero que sin embargo le puede devolver a la Moncloa. Su discurso, además, marca el relato: ayer la inmigración, hoy los okupas, mañana los filoetarras de Bildu. Y en Canarias, pese a no ser clave para conformar gobiernos, la organización de Santiago Abascal genera interés por sus incendios internos.
La Junta Electoral Central rechazó este miércoles los recursos presentados por Vox para ampliar el plazo que le permitiera subsanar los problemas surgidos con su candidatura al Congreso por la provincia de Santa Cruz de Tenerife. El partido de ultraderecha no ha podido formalizar su candidatura a la Cámara Baja por la provincia al darse de baja parte de sus integrantes sin que tuviera tiempo esta formación de presentar otros candidatos para completarla.
Nepotismo
No es el único jaleo en el que anda metido Vox en Canarias. Un grupo de militantes del partido en Gran Canaria critican con dureza, a través de una carta, la gestión del Comité Ejecutivo Provincial (CEP) de la organización en la Isla y señalan problemas a nivel asociativo, morales y políticos.
Denuncian, en un documento de 16 páginas, enchufismo a la hora de elegir cargos de representación en las administraciones públicas —señalan directamente a Jesús Galván, hermano de Nicasio Galván (presidente regional del partido) y que concurrirá como número 2 en la lista por Las Palmas al Congreso de los Diputados—.
Mala organización
También censuran que unos pocos dirigentes hacen abarcan diferentes cargos e incluso repiten en las listas electorales a diferentes administraciones. Así, subrayan que Alberto Rodríguez es concejal por el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria y encabeza la lista al Congreso de los Diputados; que Nicasio Galván también tiene el acta de edil en la capital grancanaria y es diputado regional; o que Victoriano Lozano —consejero en el Cabildo, candidato a la alcaldía de Firgas y número tres por Telde—, Celestino Vilar, Clotilde de Jesús Sánchez y Carmen Rosa Expósito concurrieron en diferentes planchas en las elecciones del 28M.
Para los disidentes, esos ejemplos de duplicidad de cargos muestran un fracaso como organización al repudiar a otros afiliados y retratan un régimen de privilegios para los afines a la dirección regional —sin cuadros ni capacidad para cubrir los puestos técnicos que les corresponden en las administraciones públicas donde tienen representación—. Entre las quejas también sobresale la falta de organización para afrontar desafíos como las elecciones del 28M —con falta de interventores y apoderados en los colegios electorales—.
Observadores imparciales
Como colofón a las quejas, acusan a la dirección insular de Vox en Gran Canaria de ocultar, con toda clase de impediementos, las actas de reuniones orgánicas, juntas y asambleas. Ante esa situación, en la que imputan —presuntamente— a los dirigentes locales de tráfico de influencias, coacciones, oscurantismo, decisiones arbitrarias, mala gestión o financiación irregular, exigen una asamblea tutelada por la dirección nacional y con observadores imparciales.
Vox Gran Canaria, tras el requerimiento de este periódico ante estas acusaciones, de momento ha optado por no contestar.