A menos de un año de las elecciones de mayo de 2023 los partidos han comenzado a mover las fichas del tablero político para presentar a sus candidatos a las corporaciones locales e insulares y al Parlamento de Canarias. En este último caso son más las certezas que incertidumbres, puesto que las principales formaciones del hemiciclo tienen claro quienes serán los que lideren la plancha.
Sin embargo, el panorama en Tenerife dista mucho de estar despejado, sobre todo en lo concerniente al Cabildo insular, donde, salvo la repetición de Pedro Martín como candidato a la reelección, no está claro quienes serán las caras visibles de los diferentes partidos.
Un gobierno bicolor
En la actualidad Martín preside un gobierno bicolor del PSOE junto a Ciudadanos, constituido tras la moción de censura que se presentó poco más de dos meses después de las pasadas elecciones y que acabó con el equipo del nacionalista Carlos Alonso y los más de 32 años de hegemonía de Coalición Canaria en la corporación insular.
Para ello fue necesario el apoyo de Sí Podemos-Equo-Sí se puede, que desde entonces ha apoyado externamente desde su bancada muchas medidas del grupo de gobierno, aunque para nada ha sido así siempre, como sucedió con el Circuito del Motor.
Las votaciones perdidas por el gobierno en minoría llevaron a Carlos Alonso ha solicitar a Martín el pasado mayo que se sometiera a una cuestión de confianza, algo que, claramente, desechó. Porque pese a esa minoría de la que hablaba el presidente insular su legislatura ha sido hasta la fecha considerablemente cómoda, recabando apoyos a izquierda y derecha para sacar adelante sus propuestas.
Cuando no ha sido así, las consecuencias no han sido graves, pese a que en febrero la formación morada anunció que no apoyarían más las propuestas de Ciudadanos, a raíz de su puesta de perfil con la inclusión del tren del sur en la Red Ferroviaria de Interés General.
Posibles problemas para Martín
Con todo, no las tiene todas consigo el dirigente socialista de cara a los próximos comicios, aunque no se puede atribuir a errores propios.
Sin ser oficial es una obviedad que Martín será el candidato del PSOE al Cabildo, que de vencer podría significar un hito para el partido en la isla puesto que nunca ha gobernado más de cuatro años la institución. Ya anunció su intención en enero y quedó más claro aun tras revalidar en marzo su condición de secretario insular socialista casi por aclamación popular, con el respaldo del 97% de los votos.
Sin embargo, la desaparición de Ciudadanos, algo que se da por hecho, y su sustitución, más que probable, por Vox podría cercenar unos apoyos que fueron cruciales para su encumbramiento como líder insular.
Su cabeza visible Enrique Arriaga, el todopoderoso vicepresidente, se ha multiplicado en este periodo y ha tenido una exposición mediática en mucho momentos mayor que la del propio presidente. Sin embargo, el declive de su marca electoral le coloca en tierra de nadie, y ya ha sonado prácticamente todo: integrarse en la candidatura de Martín, unirse al nuevo canarismo de Román Rodríguez, que, según cuenta el periodista Paco Pomares, le lanza cantos de sirena (una opción que no parece ni remotamente posible) o incluso lanzar su propia marca, algo que ha cobrado fuerza tras el impulso de la plataforma Tenerife en marcha.
Casimiro y el PP
Además está la cuestión de Casimiro Curbelo. El líder gomero ya lanzó la versión tinerfeña de su partido, la Agrupación Socialista Tinerfeña, para las elecciones de 2019, y los 1.602 votos que arañó en el sur de Tenerife hurtaron a Martín la posibilidad de ser entonces la lista más votada (poco más de 1.300 le separaron de Coalición Canaria).
Si en las próximas elecciones la AST consigue aumentar su base electoral el principal damnificado será el PSOE y su posibilidad de repetir liderazgo. Una mínima pérdida de votos, descontando los que ofrecía Ciudadanos, puede ser crucial.
No le beneficia tampoco la previsible subida del Partido Popular impulsado por el viento de cola nacional, que podría apuntalar un gobierno con CC que ya se produjo, durante unos efímeros meses, al inicio de la pasada legislatura.
En el caso de los populares Lope Afonso, en su regreso a la primera línea política tras su retirada para defenderse de una denuncia en su etapa de alcalde del Puerto de a Cruz que no llegó a nada, ya ha manifestado su intención de ser el candidato de su partido, y parece que es una opción que vería con buenos ojos el líder regional, Manuel Domínguez, que fue candidato en 2019.
La incógnita de CC
La auténtica incógnita de las próximas elecciones al Cabildo tinerfeño se encuentra en las filas de Coalición Canaria. Tras la moción de censura que le apeó del poder, Carlos Alonso manifestó su deseo de volver a su plaza de funcionario en la Comisión Europea. Sin embargo, desde su partido le han pedido en repetidas ocasiones que retrasase su vuelta a Bruselas, la última el pasado junio.
Parece difícil entonces que repita como candidato, aunque con las encuestas en la mano todo puede pasar. No tienen los nacionalistas candidatos mejor cualificados que Alonso para competir con Martín en el Cabildo, y pocos con trascendencia mediática. Lo positivo para ellos es que la marca en Tenerife tiene su mayor bastión y arrastrará un importantísimo número de votos sea quien sea el candidato.
Entre los posibles nombres se encuentran Francisco Linares, líder de CC en Tenerife y alcalde de La Orotava; Rosa Dávila, secretaria de organización del partido a nivel insular o, incluso, el alcalde de Santa Cruz José Manuel Bermúdez, aunque esta última opción no parece muy del agrado de la dirección nacionalista, empezando por el propio Linares, quien dijo hace pocos meses que “es el mejor candidato a seguir siendo alcalde de Santa Cruz de Tenerife, sin lugar a dudas”, cerrándole de cierta manera la puerta a optar por la presidencia del Cabildo.
Por todo ello la lucha por el poder insular se encuentra en estos momentos sin una perspectiva clara de lo que pueda suceder, partiendo de la base de que serán PSOE y CC los que se disputen el liderazgo y los restantes partidos se posicionarán según sean los resultados obtenidos.