A la hora de confeccionar una memoria que sirva como foto fija sobre el trabajo de un gobierno, el foco casi siempre se pone sobre la materia política. A seis meses para las elecciones locales, insulares y autonómicas del 28 de mayo de 2023, en Atlántico Hoy nos preguntamos si la vida de las personas que viven en Canarias ha mejorado desde que el Pacto de las Flores –compuesto por PSOE, Nueva Canarias, Unidas Podemos y Agrupación Socialista Gomera– ordena y manda en el Ejecutivo regional. Para componer ese retrato, analizamos y comparamos indicadores económicos, sociales y sanitarios como la tasa de paro, los datos del PIB, la inflación, la deuda de la comunidad autónoma, el número de ayudas o los días en lista de espera para pasar por quirófano. El resultado, condicionado por acontecimientos como la pandemia provocada por el coronavirus o la erupción del volcán de Cumbre Vieja en La Palma, deja una estampa chocante: la situación es mala (pero pudo llegar a ser bastante peor).
El 22 de junio de 2019, un sábado soleado en Santa Cruz de Tenerife, cuando PSOE, Nueva Canarias (NC), Unidas Podemos (UP) y Agrupación Socialista Gomera (ASG) firmaron un pacto de gobierno al que apellidaron De las Flores –tras consumarse en la placita del reloj de flores situada en una de las entradas del parque García Sanabria–, la tasa de desempleo en Canarias alcanzaba el 21% y el número de parados ascendía a 239.200. Hoy, según los números que ofrece el Instituto Nacional de Estadística (INE) y después de un cero turístico desencadenado por el confinamiento por el Covid-19 –salvado por la implantación de los ERTE–, en el Archipiélago hay menos habitantes desocupados laboralmente: 204.200 parados con una cuota del 17,73%.
Coronavirus y guerra
Al cierre del tercer trimestre de este año –según los números que ofrece el ISTAC, el PIB de Canarias estaba un 4,7% (106,43) por debajo del registrado en el segundo trimestre de 2019 (111,67), cuando se produjo el cambio de Gobierno en el Archipiélago. Durante el segundo semestre de 2019, ya con el Ejecutivo que preside Ángel Víctor Torres al frente del Archipiélago, el PIB creció en las Islas: llegó hasta el 113,78. Poco después, todo se desmoronó: los primeros casos de un extraño virus empezaron a destarse en Wuhan y pocas semanas después el mundo se detuvo por culpa del SARS CoV-2.
El coronavirus no es el único problema al que se han tenido que enfrentar los partidos que conforman el Pacto de las Flores. La tregua sanitaria abierta con la llegada de las vacunas pasó a un segundo plano el 24 de febrero: ese día, tropas rusas cruzaron la frontera con el objetivo de invadir Ucrania. La operación militar ordenada por Vladimir Putin tiró, en el tablero geopolítico internacional, la primera ficha de un efectó dominó que desencadenó una crisis económica en Europa a la que todavía no se le ve fin. Las acciones bélicas en el corazón del Viejo Continente vacían los bolsillos de los canarios: en 2019, cuando el Pacto de las Flores llegó al Gobierno de Canarias, la inflación rondaba el 0%. En agosto de este año, la tasa alcanzó el 9,5% y en octubre se situó en el 7% –tres décimas por debajo de la media nacional–. Este indicador capta varios problemas para la economía de las familias de las Islas: el precio del combustible aumenta, la cesta de la compra se encarece y el precio del dinero sube –lo que provoca que la letra mensual de las hipotecas variables sea más alta–.
Canarias, bajo el último Gobierno de Coalición Canaria –presidido por Fernando Clavijo–, era una de las comunidades autónomas de España menos endeudadas en 2019 y lo sigue siendo en 2022. Cerró 2019 con un superávit del 0,68% y el dato de 2021 se fue del 0,5% –información del Banco de España–. Además, la deuda pública de Canarias al cierre de 2019 era del 13,9 del PIB. El dato provisional, según indica el Ministerio de Hecienda, en el segundo trimestre de 2022 es del 14,6%. Es la segunda región con menos deuda de todo el país.
Sanidad
No todo son indicadores económicos en la vida de los canarios. La situación de la sanidad pública ya figura, según el CIS, como una de las grandes preocupaciones de los españoles y en el Archipiélago el problema es mayor. Los médicos de Atención Primaria sopesan ir a la huelga en diciembre, el sistema –tras pasar los momentos más duros de la pandemia– empieza a dar síntomas de estar exhausto y el servicio ofrece señales preocupantes: urgencias saturadas, camas ocupadas por pacientes con alta médica –problema ligado a las políticas sociosanitarias– y largas listas de espera quirúrgicas y de especialidades.
En Canarias, en 2019, 24.862 personas aguardaban una llamada del Servicio Canario de la Salud (SCS) para ser operados. Entonces, el tiempo medio de demora alcanzaba los 127, 13 días. Tres años y medio después –tras el paso de tres consejeros al frente de Sanidad a lo largo de esta legislatura y perder cuatro millones de euros por el camino por culpa del caso Mascarillas–, la situación ofrece cifras peores: hoy hay 32.918 habitantes del Archipiélago que esperan para pasar por quirófano y el tiempo de demora es de 143,57 días de media.
Derechos Sociales
Canarias, según el último informe de Arope, está a la cabeza del país con población en situación de riesgo de pobreza: un 45,6% –un 17,2% más que el anterior informe–. Para hacer frente a esta realidad, el Gobierno de Canarias ha implementado medidas como la Prestación Canaria de Inserción (PCI), que en julio de 2019 llegaba a 5.687 familias y en octubre de este año beneficiaba a 11.671.
Las altas en el sistema de Dependencia, uno de los grandes problemas que arrastraba Canarias bajo los gobiernos de CC, alcanzó el mes pasado, alcanzó la cifra de 6.775, la más alta desde la aplicación de la Ley de Dependencia en el Archipiélago –en todo 2018, por ejemplo, el número fue de 2.283–. El objetivo del Ejecutivo regional es llegar a la lista de espera cero a finales de 2023, principios de 2024.