La vigilancia e inspecciones para cumplir con el paquete de medidas extraordinarias de eficiencia energética aprobado por el Consejo de Ministros "empieza ya", según ha declarado el portavoz del Gobierno de Canarias, Julio Pérez, en una rueda de prensa tras el Consejo de Gobierno de este miércoles.
"La ley es de aplicación inmediata", detalló Pérez, por lo que la vigilancia, que corresponde a las comunidades autónomas, también lo será, aunque el consejero ha explicado que no existe un plan de inspecciones especial, sino que se utilizarán las herramientas ordinarias existentes con la perspectiva de la nueva ley.
Medidas estatales para comercios y empresas
Las medidas, anunciadas el lunes por el Gobierno de España, afectan a edificios de administraciones públicas, comercios, empresas, hoteles y vehículos de transporte público y, de momento, incluyen el mantenimiento de una temperatura en el interior de los locales no inferior a 27 grados en verano o superior a 19 grados en invierno, así como la instalación de termómetros visibles en los interiores, puertas automáticas para evitar la pérdida de temperatura y el apagado de las luces de los escaparates a partir de las 22:00 horas.
La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, anunció que el plan para ahorro y eficiencia se remodelará en septiembre, por lo que sufrirá cambios, pero estos avances deben cumplirse en un plazo de siete días. Las multas por incumplimiento varían entre los 60.000 y los 600.000 euros.
Los comerciantes sienten incertidumbre
Lo repentino de las medidas ha dejado desconcertados a los comerciantes y hosteleros canarios. Abbas Moujir, secretario general de la Federación de Áreas Urbanas de Canarias (FAUCA), patronal del comercio, explica a Atlántico Hoy que el sentir en el sector es de "mucha incertidumbre", sobre todo entre los pequeños comerciantes.
Los comerciantes ven "muchos inconvenientes" en las medidas aprobadas por el Gobierno. Entre ellas, que no queda claro para quién es de obligado cumplimiento cada una. "En muchos casos es imposible cumplirlas", explica Moujir, que cuenta que FAUCA lleva desde el lunes recibiendo llamadas de comerciantes buscando aclaraciones sobre la norma.
No hay ayudas para adaptarse a la norma
Según cuenta el secretario general de la federación, muchos pequeños comercios no pueden instalar físicamente las puertas automáticas o no tienen recursos económicos para ello. "No se ha hablado de ayudas" desde el Gobierno, dice Moujir, que asegura que FAUCA no descarta plantearlo.
Los comerciantes denuncian que la medida se toma de una semana para otra y después de dos años de situación económica muy compleja. "Parece que, cuando iban saliendo, ahora les viene un palo", afirma Abbas Moujir. Además, señala que la norma no contempla diferencias evidentes entre negocios. El secretario general de FAUCA detalla que no es igual mantener la temperatura y apagar las luces en centros comerciales, por ejemplo, donde hay "un control de puertas y horario", que en un comercio de la calle, donde el escaparate pueda hacer efecto lupa y sobrepasar con facilidad los 27 grados que el Gobierno establece como mínimo.
Preocupa la iluminación
Precisamente con los escaparates está otro de los problemas. Moujir explica que Canarias, al ser un Archipiélago dependiente del turismo, cuenta con zonas de gran afluencia turística donde la iluminación es un reclamo, además de "la inseguridad que genera que esté todo oscuro", sólo alumbrado por las farolas.
Las medidas no han sido consensuadas con el sector, por lo que los comerciantes tienen muchas preguntas. "¿Qué va a pasar con la iluminación en navidad?", dice Abbas Moujir. El secretario general explica que a los comerciantes canarios les preocupa que la medida entre en vigor a partir de la semana que viene sin un periodo de adaptación y denuncia que había otras medidas para reducir el gasto energético menos lesivas que se podrían haber llevado a cabo, como "luces led, renovación de aires acondicionados o subvención de puertas automáticas".
En la restauración es peor
Moujir añade que la norma es especialmente difícil de cumplir en la restauración, donde la maquinaria y cocinas de los restaurantes aumentan mucho las temperaturas en el interior. Algo que confirma Eric (nombre ficticio), un hostelero de Santa Cruz de Tenerife, dueño de una cafetería, que explica a Atlántico Hoy que no se puede permitir poner el aire acondicionado dentro del local con el precio al que está la energía y que tampoco tiene recursos para costearse unas puertas automáticas que preserven la temperatura a 27 grados dentro de su negocio.
"Si me las paga el Gobierno, sí las pongo", dice, riéndose, aunque añade que, con las cocinas encendidas, sería muy difícil mantener esa temperatura fijada.