"Decepción" ha sido la palabra más repetida entre las primeras reacciones de los grupos políticos ahora en la oposición al discurso de investidura del candidato nacionalista, Fernando Clavijo. Dicen que no tiene propuestas concretas, que su discurso es genérico y simple. Lo habitual desde la oposición.
Una mención especial merece la filigrana de la Agrupación Socialista Gomera de Casimiro Curbelo, de nuevo codeándose con los peces gordos en el Consejo de Gobierno tras pactar con Coalición Canaria, Partido Popular y Agrupación Herreña Independiente entregarle las riendas de Canarias de nuevo a Clavijo.
Si hace un año Curbelo creía que una reducción generalizada del IGIC “tendría repercusiones directas en la capacidad de gasto sobre los servicios esenciales" y que Europa debía sufragar estas diferencias, el gomero hablaba hoy de un "discurso realista y comprometido", alabando especialmente las medidas propuestas en fiscalidad, con el guiño especial a las Islas Verdes que incluye la promesa de bajar el impuesto de combustibles allí.
Tema estrella
La fiscalidad ha sido el tema estrella de Clavijo. No por innovador -Coalición Canaria lleva toda la legislatura hablando de bajar los impuestos desde la bancada de la oposición-, sino porque ha sido lo único que ha concretado Clavijo en más de una hora de discurso, más allá de anunciar varias consejerías y áreas, su apoyo a la Ley de Volcanes y hablar de aumentar el ratio de psicólogos clínicos y las camas sociosanitarias.
El resto, generalidades más propias de un mitin electoral que de las primeras palabras de quien mañana será presidente. Que hay que estar con La Palma y los palmeros que perdieron todo, que hay que acabar con la turismofobia. Que se consuma producto canario, se solucione el problema de la vivienda y se afronte el reto demográfico.
Clavijo ha hablado a grandes rasgos de los principales problemas de Canarias, como la migración, crisis hídrica, educación o el REF, pero no de cómo piensa abordarlos. En el qué, todos están de acuerdo, lo que queda por saber es el cómo.
Discurso inexpresivo
Todo sumado a la monótona cadencia verbal de un candidato casi inexpresivo, que se tropezaba leyendo. Aferrado al cuadernillo donde llevaba escrito un discurso que leyó fielmente, sin mover una sola coma ni salirse del guion, sin levantar las manos del atril, sin alterar el tono ni para hacer énfasis en las palabras que su equipo de comunicación le había subrayado en negrita. Y en el que, para sorpresa de varios grupos, no había mención alguna a la igualdad de género o LGTB.
Discurso uniforme que sólo ha roto el sonido musical del tono de llamada de un teléfono móvil que ha resonado por toda la cámara.
Rebaja fiscal
Clavijo ha hablado de bajar el IGIC del 7% al 5% de manera gradual, de eliminar los impuestos al carburante en El Hierro, La Gomera y La Palma y de bonificar al 99% el impuesto de sucesiones y donaciones. Una medida que causa furor a la derecha de Coalición Canaria -y a ASG, parece ser- pero con la que hasta Vox tiene dudas.
Nicasio Galván, líder de la formación ultraderechista en el Parlamento de Canarias, ha tendido la mano a Clavijo para que cuente con él en cualquier medida que suponga bajar impuestos, pero ha preguntado abiertamente de dónde piensa recortar el nacionalista para compensar la bajada de impuestos.
Nueva Canarias añade un dato más: sólo la bajada del IGIC supondrá un perjuicio para las arcas públicas de más de 500 millones de euros.
Rebajar sin recortar
Salvo el Partido Popular y la Agrupación Socialista Gomera de hoy -la de hace un año tenía claro que habría que llamar a Europa para compensar-, todos se hacen la misma pregusta. Y la respuesta de Coalición Canaria, como el discurso de Clavijo, viene también preparada.
José Miguel Barragán, portavoz de los nacionalistas, ha asegurado a Atlántico Hoy que no habrá recortes. No habrá porque, según los nacionalistas, no hacen falta: el Gobierno de Ángel Víctor Torres ha estado ingresando por encima de lo que necesitaba para funcionar y ese exceso es el que se va a reducir a los canarios.
Barragán lleva razón en que el Pacto de las Flores ha estado funcionando en superávit, pero por si la fórmula del ajuste no funciona, los nacionalistas tienen un plan B: el endeudamiento. El planteamiento es sencillo, pero algo populista. Si Canarias puede endeudarse para cubrir el déficit de lo que deje de recaudar con los impuestos que quite, mejor a que lo hagan las familias para poder llegar a fin de mes.
Torres, frenético
En el turno de tarde, las caretas se han caído. La formalidad entre Gobierno saliente y entrante se ha disuelto en una marea de durísimos reproches entre un Fernando Clavijo con las pulsaciones al mínimo y un desenfrenado Ángel Víctor Torres que daba los últimos mandoblazos desde la voz de autoridad que le ha otorgado la presidencia estos últimos cuatro años.
Torres, sacando pecho de su gestión, acusando a Clavijjo de mentir con las cifras de empleo de su anterior Ejecutivo o sobre la gestión de la erupción de La Palma. Clavijo, diciendo al socialista que este no era el día para venir al Parlamento de Canarias a rendir cuentas: "Para eso ha tenido cuatro años".
Malas relaciones CC-PSOE
Que los dos partidos aseguran tenderle la mano al otro si deciden cooperar es tan cierto como que se pegarán un navajazo por la espalda en cuanto puedan. La primera premisa es la formal y la segunda la realista.
Y para la imagen de Torres enseñando los colmillos, Clavijo presupone un "mal perder" del socialista, que aprovechó sus minutos de intervención para achacar a la ley electoral cierto "déficit democrático", recordar que quien ganó las elecciones fue el PSOE y criticar la circunscripción autonómica para el Parlamento.
Sin menciones a la igualdad y LGTB
Tras Torres, ha cogido el hacha Luis Campos (Nueva Canarias), que con más literatura ha llevado a la tribuna de oradores un discurso muy similar al del ya expresidente del Gobierno de Canarias.
De nuevo, acusaciones de mentir y de simplezas en un discurso de investidura en el que ambas formaciones sólo coincidieron en la valoración de Fernando Clavijo sobre la traición de Pedro Sánchez al Sáhara Occidental, aunque el candidato a la presidencia ha atizado a Campos con esta cuestión, espetándole que si a Nueva Canarias de verdad le pareció tan grave esa traición tendría que haber abandonado el Gobierno de Canarias y al PSOE.
Lo más grave para Nueva Canarias: Clavijo no ha hecho ni una sola mención durante su discurso preparado a la igualdad entre hombres y mujeres y las personas LGTB. Algo ciertamente preocupante en un contexto de extrema derecha al alza y aumento de los delitos de odio.
Disputa del espectro nacionalista
Si Clavijo estuvo sosegado con Torres, no tuvo las mismas lindezas con Nueva Canarias.
Coalición Canaria sabe que el voto nacionalista se lo disputa con la formación de Román Rodríguez, y por ello el candidato a la investidura fue especialmente ácido con Luis Campos, a quien ha acusado de "faltar a la inteligencia" de los diputados de la cámara con sus planteamientos.
Vox ataca la inmigración
Nicasio Galván (Vox) ha cerrado las interpelaciones a Clavijo en el primer día de la investidura. Comenzando tímidamente, pero dejando ver las orejas al lobo conforme discurría su tiempo, Galván ha llamado "caraduras" a quienes llegan a Canarias en patera desde países donde no hay conflictos armados, alegando el afán expansionista de los gobiernos de sus países y lamentando las "nefastas consecuencias sociales" de la inmigración ilegal.
"La línea roja a Vox es un insulto a los canarios que han votado a esta formación", ha afirmado Galván, que ha aprovechado su intervención -la primera de Vox en la historia del Parlamento de Canarias- para exponer el programa del partido, incluso con más detalle y concreción en las medidas que Clavijo durante su discurso.
La intervención del candidato de ultraderecha ha finiquitado la jornada con la única nota cómica del día. Galván estaba tratando de desmentir las afirmaciones de Clavijo de que Vox quiere acabar con el REF cuando José Miguel Barragán, portavoz de los nacionalistas, le ha interrumpido en numerosas ocasiones, enfangándose en un ridículo debate a voces entre la bancada y la tribuna. Astrid Pérez, presidenta de la cámara, ha pedido a Barragán guardar silencio mientras Galván, dirigiéndose a Ángel Víctor Torres, ha preguntado: "¿Esto es normal?", levantando las carcajadas de todo el Parlamento.