La experta en políticas migratorias Gemma Pinyol ha presentado este martes en el tercer seminario Migratlantes un estudio encargado por el Gobierno canario que plantea un coeficiente de distribución para menores migrantes no acompañados como "instrumento de gobernanza estructural".
Esta propuesta para el debate, cuya aplicación dependerá del consenso que suscite y de la voluntad política de emplearlo, pretende operar de forma estructural ante un fenómeno que también lo es, desde el convencimiento de que "los instrumentos ad hoc son hijos del contexto", ha referido la especialista de Instrategies, un laboratorio de ideas focalizado en movilidad, migraciones y gestión de la diversidad .
Fenómeno estructural
En su presentación en Casa África, Pinyol ha considerado que hay que "dejar de hablar de crisis", ya que la migración que llega a Canarias desde hace décadas es un fenómeno estructural, y superar, además, el "debate de bar centrado en el me gusta o no me gusta" la inmigración" en el que, a su juicio, "estamos encallados".
Por ello, ha reivindicado la necesidad de promover instrumentos de gobernanza dirigidos a redistribuir estos flujos de personas, en este caso de la infancia que emigra sola, con el propósito de protegerla, fomentar la equidad, la corresponsabilidad y la cohesión social, una vez constatado que la reubicación voluntaria queda al albur de la política del momento.
Referencia en la UE
Para establecer la fórmula "canaria" que se ha considerado más apropiada, un coeficiente, se ha tomado como referencia el fijado por la Unión Europea en 2015 para reubicar a migrantres llegados a Italia y Grecia, que Polonia y Hungría se negaron a aplicar, por lo que fueron condenados, y el que usa Alemania, y que se diseñó en un principio para distribuir recursos económicos dirigidos a financiar investigaciones en cada uno de sus estados federados.
Además, se ha estudiado la propuesta vasca -la única que tiene en cuenta a los menores solos- y la acordada en la Conferencia Sectorial de Migraciones, si bien Pinyol ha recalcado que al no estar disponibles "los datos reales" del fenómeno que se quiere gestionar, "los números con los que se ha trabajado no son del todo rigurosos".
Sin coeficiente de momento
Por eso, y aunque en su trabajo establece un porcentaje inicial del 2,4 (sobre un total que puede ir variando), ha preferido no ofrecer un coeficiente concreto de acogida que pudiera corresponder a Canarias en base a los "pesos" que esta fórmula propone dar a indicadores como la densidad de población, el PIB por habitante, la tasa de desempleo, y los llamados esfuerzos de solidaridad y acogida, relacionados con el histórico de menores tutelados y el número de llegadas registradas en cada región.
Este "ejercicio intelectual", que "hay que contrastar", admite aportaciones, como las que han hecho tras su presentación el profesor de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria Lucas Pérez, relacionadas con la necesidad de respetar la voluntad del menor a reubicar -lo que es obligatorio, aunque no siempre se cumple- y tener en cuenta las capacidades de acogida de cada autonomía, algo que este estudio descartó porque es susceptible de "utilización".
Elegir perfiles
La representante en España de la Organización Internacional para las Migraciones, María Jesús Herrera, ha planteado que este mecanismo permita a las comunidades "elegir perfiles", lo que Pinyol ha valorado, ya que podría relacionarse tanto con la voluntad del menor como con la existencia de referentes familiares o de amistades en una región concreta.
Desde la Federación de Asociaciones Africanas en Canarias, su secretario, Teodoro Bondyale, ha pedido superar en este asunto la "proyección colonial" con la que, a su juicio, se aborda, de forma que "se pase de una actitud de recogida a otra de acogida".
Gemma Pinyol, que asesora al Consejo de Europa en el marco del proyecto Intercultural Cities, ha admitido que el contexto político actual hace "que no sea fácil hablar de estos temas".