Nueva Canarias (NC) se enfrenta a una crisis interna sin precedentes que pone en jaque la continuidad del partido. El sector crítico, compuesto por 13 asambleas locales, ha decidido abandonar la formación para lanzar un nuevo proyecto político en enero de 2024.
“Ya no nos sentimos representados”, afirman, marcando una ruptura que pretende ser pacífica, pero irreversible. Será la escisión de la escisión del nacionalismo canario —NC se fundó en 2004 tras una ruptura dentro de Coalición Canaria (CC)—.
La tensión interna lleva meses gestándose debido a las demandas de renovación que enfrentan la resistencia de la cúpula actual, liderada por Román Rodríguez, presidente del partido desde su fundación hace 20 años.
Reelección de Román
Los críticos aseguran que la permanencia de Rodríguez y su núcleo cercano —Carmelo Ramírez, Pedro Justo, Pedro Quevedo— es el mayor obstáculo para alcanzar un consenso.
“Si no se presentara a la reelección en el Congreso de NC en 2025, quizá otro escenario hubiese sido posible, pero ¿alguien ha escuchado a Román decir que no se presenta para volver a presidir el partido? Pues ahí está la respuesta”, sostienen.
El divorcio político tiene hoja de ruta clara: los críticos buscan no romper alianzas institucionales ni afectar la gobernabilidad en municipios y, sobre todo, en el Cabildo, pero reconocen que ayuntamientos como San Bartolomé de Tirajana —donde los concejales de NC se podrían incorporar al gobierno local de la mano de Coalición Canaria—, Santa Lucía y Arucas se inclinarán por la nueva plataforma, mientras que otros, como Las Palmas de Gran Canaria y Telde, seguirán bajo control de la actual dirección del partido.
¿Con CC?
Otras asambleas, constituidas a partir de alianzas con partidos locales, como Gáldar, Agaete, Agüimes, Guía, Firgas, Valsequillo o Tejeda forman parte de la maquinaria puesta en marcha hace meses —con el mal resultado de las elecciones europeas como detonante de la ruptura pública— con la intención de renovar Nueva Canarias.
En las próximas semanas, este sector presentará su proyecto, aún sin definir si será un partido o una plataforma. Lo que descartan completamente, de momento, es cualquier alianza con Coalición Canaria (CC), a pesar de las especulaciones que surgen por el acercamiento entre Sosa y el presidente del Gobierno, Fernando Clavijo —con Onalia Bueno, alcaldesa de Mogán, como nexo—.
“Nosotros queremos construir un espacio propio, lejos de pactos con CC o cualquier otra formación”, recalcan. Además, critican que la dirección de NC haya propagado “falsedades” sobre supuestos acuerdos con otras fuerzas, una estrategia que, aseguran, busca deslegitimar sus intenciones.
¿Qué está en juego?
La salida de este grupo no solo implica la pérdida de apoyos locales clave para NC, sino que podría reconfigurar el mapa político canario de cara a las elecciones de 2027. “Seguimos trabajando como una piña, sin fisuras, hacia un cambio que los ciudadanos demandan”, concluyen desde el sector renovador, dejando claro que el camino hacia la ruptura es definitivo.
Con esta crisis, Nueva Canarias camina hacia una nueva etapa, donde la palabra "unidad" parece ser cada vez más lejana. El próximo capítulo se escribirá en enero, cuando este grupo crítico dé su primer gran paso como una fuerza independiente.