Hay algo intrínseco en el ser humano: la capacidad que tiene de sentarse en la terraza de un bar y, en solo un par de horas, arreglar el mundo. Las Palmas de Gran Canaria, como todas las ciudades y pueblos del archipiélago, tiene muchas cosas que arreglar. El turismo, la vivienda, el paro juvenil, la limpieza, la diferencia entre barrios… Atlántico Hoy se ha sentado con Paco Vaquero y Mar Domínguez —número 1 y dos, respectivamente, de la lista de Drago Verdes Canarias para el Ayuntamiento capitalino— para hablar sobre ello.
La plaza del Pilar fue el escenario escogido para esta charla y una botella de agua y un té rojo los acompañantes de una hora de conversación. Vaquero tiene 66 años y Domínguez 26. Forman parte del mismo partido político pero ven la ciudad desde puntos de vista diferentes y cuentan historias y anécdotas que no tienen nada que ver.
Los problemas
Cuarenta años son los que diferencian a Vaquero y Domínguez y como los problemas que hay que solucionar son siempre prioridad en todos los programas políticos, es necesario preguntar cuáles son a los que se enfrenta la juventud capitalina frente a la de mayor edad. “La vivienda, los bajos salarios y la oferta laboral”, no duda en afirmar ella. “La ciudad física, pero también la intangible”, expone por otro lado él.
Alguna que otra pelota golpea contra los muros de la plaza, la gente se sienta y se levanta de las mesas de los bares de alrededor. “La posibilidad de que la gente no solo tenga una vivienda física, un hogar, sino también un sitio donde puedas salir a la calle, ver a tus vecinos, unos valores… Lo que no vemos, lo intangible”, se explica Vaquero respecto al problema de la ciudad física. Domínguez lo confirma: “A la juventud, esto que dice Paco, le afecta en los proyectos de vida comunitarios. Se ve mucho en la zona baja de la ciudad, se les expulsa de su barrio de toda la vida”.
El adiós a los barrios
“No me gusta el rollo de decir que lo de atrás era mejor, siempre hacia delante”, asegura el candidato. “Pero si es verdad que estamos perdiendo parte de nuestra identidad”, según expone por culpa de otra anodina, “la del sistema, la del McDonald, la de que todo es igual y tu te sientes diferente”. Vaquero recuerda su juventud en La Isleta, en El Puerto o en San Nicolás, “antes el barrio estaba con el barrio y luego la zona de abajo, Triana y demás”.
“Los barrios también nos aportan proyectos comunitarios”, continúa Domínguez. En ellos hay diversas formas de vivir, familias, madres solteras, niños cuidados por sus abuelos, vecinos que se conocen. “Eso es lo que te daba antes vivir en un barrio, pero ahora “no conoces a tus vecinos, al local de siempre le han subido el alquiler y ha tenido que cerrar”. La falta de identidad, concuerdan los dos. “Esta masificación lo que hace es que nos preguntemos qué soy, a dónde pertenezco, soy de aquí, pero qué es ser de aquí”, se pregunta ella.
Cumplir con el guion
El paro ha subido en Canarias en 33.500 personas en el primer trimestre de 2023 en relación al periodo anterior, lo que porcentualmente supuso un aumento del 19,82%, de tal forma que en los primeros tres meses del año se fijaron en 202.500 los parados en el archipiélago. Sin embargo, Canarias también es la primera comunidad autónoma en avance de la ocupación en términos interanuales con el 6,1% de mejora frente al 1,8% de avance en la totalidad del territorio nacional. Y, respecto al paro juvenil, es una de las comunidades que más lo sufre.
“La mayor parte de la juventud hizo el guion que se le mandó para poder conseguir la vida soñada: estudiar y hacer una carrera”, expone Vaquero. “Pero el problema no es solo que cumplimos el guion y no conseguimos los objetivos, sino que desde edades muy tempranas dejamos de tener las mismas oportunidades”, interrumpe Domínguez. “No es lo mismo criarse en cierto código postal o tener un apellido compuesto y ya tener un camino bastante hecho. Se nota en el derecho a equivocarse, depende de la familia donde nazcas vas a tener más capacidad de equivocarte o no”.
Salud mental
Canarias ha elaborado una encuesta de salud que pone de manifiesto que el 27% de la población de más de 16 años está en riesgo de padecer algún problema de salud mental y el 13% ha experimentado pensamientos suicidas alguna vez en su vida. “Creo que todo lo que hemos hablado hasta ahora determina el porqué estamos así”, manifiesta Domínguez. “La falta de expectativas a nivel vital, el acceso a la vivienda, la pérdida del territorio en el que vives”, continúa. “¿Cómo no va a haber problemas de salud mental si me tengo que preocupar de encontrar un trabajo, estudiar, emanciparme y todo ello mientras veo como me cortan el agua en casa —en referencia a los problemas de suministro en Fuerteventura—, no dejan de destrozar el entorno?”.
“Yo hablo con gente de mi generación y lo decimos claramente: la gente de hoy lo tiene más duro”, le sigue Vaquero. Para él, se trata de una desreferencia. “Es que cuando empieza a perderse la identidad de los barrios”, repite Domínguez, que le da mucha importancia a este tema, “y empieza a llegar gente mucho más pudiente y se desarrolla ese modelo de invitar o traer masivamente a gente con mayor poder adquisitivo, te genera inseguridad el no ser válido”. Una de las soluciones que ambos aportan es ocupar el espacio público de la ciudad y que sean los vecinos los que lo organicen. “Porque la ciudad se ha convertido en un plató de televisión, los que seguimos viviendo en la parte baja somos el decorado”, concluye la candidata.
Y la conversación termina dejando un poco de lado lo negativo. Con algunas anécdotas de juventud de Paco Vaquero o como Mar Domínguez y sus amigos se organizaban para conseguir alguna reivindicación para el barrio. De eso tratan las conversaciones en los bares, de arreglar un rato el mundo.