El congreso de funcionarios celebrado en Maspalomas que costó medio millón de euros instaló una pasarela dentro de la zona protegida de las dunas para la que no tenía permiso. La organización decidió instalar una infraestructura para permitir el paso de peatones por encima de la arena para que pudieran bordear el Mirador de las Dunas, donde habían instalado un escenario.
En los cuatro días que duró el encuentro, 60 funcionarios vivieron un congreso de ensueño. Los elegidos para el singular evento pudieron degustar champán Moët & Chandon y presumir de paladar selecto, dormir en las mejores suites de los hoteles del sur de la isla, viajar en primera clase y cantar a pleno pulmón las canciones de Dani Martín y Café Quijano en uno de los entornos más característicos de la isla de Gran Canaria.
No es un secreto que la Reserva Natural Especial de las Dunas de Maspalomas está en peligro. El tránsito fluido y diario de personas que no respetan su grado de protección, la pérdida anual de arena en el entorno y las especies invasoras exóticas van acercando a las dunas poco a poco al suicidio ambiental. La falta de consideración con el entorno de las dunas está a la orden del día, y uno de los últimos ejemplos se lo ha dado el I Congreso de Administración Local y Funcionarios con Habilitación de Carácter Nacional Maspalomas - Santa Lucía 2022, celebrado entre el 16 y el 19 de noviembre. El día de la inauguración del congreso, la empresa encargada del evento, Sonocom Audiovisuales, instaló una pasarela en el espacio protegido de las dunas para permitir el tránsito de personas. Esa pasarela carecía de los permisos y trámites necesarios para ocupar una zona protegida.
Yo no he sido
El Consorsio del Sur Gran Canaria Para la Televisión Digital Terrestre es el organismo que emplearon los ayuntamientos de San Bartolomé de Tirajana y Santa Lucía para contratar la organización el polémico congreso. En los detalles del contrato se establecen varias indicaciones detallando día por día el lugar de los actos y los diferentes eventos que tendrían lugar las cuatro jornadas.
"Se propone una actuación de Cristina Ramos para el día del cóctel de Bienvenida, la actuación de Salvapantalla o similar para la Cena de Gala al igual que La Oreja de Van Gogh o similar, y en la fiesta La Vida es un Carnaval una orquesta y actuaciones en directo", recoge la documentación de la licitación publicada en la Plataforma de Contratación del Sector Público. La fiesta 'La Vida es un Carnaval', el día 18, se celebró en el mirador.
El problema vino cuando al no poder pasear por la zona los turistas y locales, la organización decidió poner una pasarela encima del espacio protegido. Para ello, Sonocom Audiovisuales subcontrató a Montando Movidas, según ha confirmado la propia empresa a Atlántico Hoy.
Amenaza de denuncia
Los responsables de preservar las Dunas de Maspalomas advirtieron hasta en dos ocasiones de que la pasarela estaba dentro de un espacio que cuenta con una protección especial. El día que estaban montando el escenario en el Mirador de las Dunas, los agentes pidieron una autorización a la empresa Montando Movidas y esta remitió al consorsio al considerar que le correspondía a la organización tramitar el permiso. Acto seguido los agentes comprobaron que no existía ningún permiso para esas fechas en ese espacio natural protegido y advirtieron de que de no retirar la pasarela procederían a interponer una denuncia, puesto que se estaba acometiendo una ilegalidad y un atentado contra la Reserva Natural Especial.
Pasadas 24 horas de la primera advertencia, los agentes comprobaron que la pasarela continuaba en el mismo lugar y que no habían retirado la estructura, por lo que volvieron a inisistir en la retirada de la estructura que pasaba por encima de la arena. El responsable de la infrestructura retiró la pasarela, pero en ese momento ya se había realizado el evento para el que fue montado el escenario en el Mirador de las Dunas, por lo que solo procedieron a retirarla una vez acabado el evento al que acudieron funcionarios y políticos.
Una de cal y otra de arena
En teoría, lo único permitido es que las personas transiten por los senderos establecidos. Aunque muchas veces la teoría se ve menospreciada por aquellos que desafían las normas. Todo lo que se produzca fuera de esos senderos requiere de una autorización, como ocurre con las grabaciones audiovisuales que requieren del espacio, vuelos de drones o sesiones de fotografía que ya se realizan en este enclave. Presentar la autorización en tiempo y forma es primordial para que los agentes que se ocupan de preservar el espacio puedan garantizar la supervivencia de las dunas.
El propio Cabildo de Gran Canaria impulsó el proyecto Masdunas para "buscar las fórmulas adecuadas para frenar, en la medida de lo posible, el proceso de degradación ambiental que se ha ido produciendo durante los últimos 50 años". Ahora son las propias instituciones las que pasan por encima de la legalidad y la integridad de las dunas en un congreso que cada vez suscita más preguntas.