El comienzo del décimo segundo mandato del Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria comenzó con tensiones desde su primer acto, la toma de posesión del nuevo equipo para los próximos cuatro años y el nombramiento como alcaldesa de Carolina Darias. Una ceremonia, que empezó con toda la parafernalia que caracteriza a los eventos institucionales, subió de tono ante el descontento del público hacia el discurso dado por Alberto Rodríguez, en su primera interacción como concejal de Vox en la entidad municipal.
El evento transcurría como si se tratase de una orla escolar o universitaria. Una obra teatral más que acogía el escenario del Teatro Pérez Galdós. Cada personaje fue siendo presentado y ocupando el sitio que le correspondía a la batuta y dirección de la secretaria general del pleno. Una secuencia de ‘sí, juro’ y ‘sí, lo prometo’, como establecía el guion. No obstante, el nudo de la obra llegó en el momento de los discursos de los concejales electos. Gemma Martínez y Alberto Rodríguez, texto en mano, fueron quienes se robaron el protagonismo y, aunque sin palabras dirigidas expresamente entre sí, erigieron el campo de batalla entre progresismo y ultraderecha.
Verde esperanza
Gemma Martínez, única concejala que consiguió Unidas Sí Podemos en el ayuntamiento de la capital grancanaria, se mostró orgullosa de participar en un mandato liderado por una mujer y, sobre todo, manifestó su alegría por el voto al progreso de Las Palmas de Gran Canaria “frente a la España en blanco y negro, de toreros y de Berlanga” que presentan y proponen desde la derecha y ultraderecha.
En el clamor ofrecido por el público, revolucionado ante sus palabras, añadió que “este gobierno pondrá el color verde esperanza a una ciudad más amable y accesible, donde los niños podrán jugar en la calle, y que, además, será diversa y orgullosa de serlo, ya que en ella todos tendrán cabida", en referencia a la próxima celebración del Orgullo LGTBI.
Rechazo del público
Muy a diferencia de los aplausos y exclamaciones brindadas a la concejala de Unidas Sí Podemos, los abucheos inundaron el teatro con la intervención del primer portavoz de Vox en la ciudad, Alberto Rodríguez. El público se hizo partícipe como en el teatro interactivo interrumpiendo el discurso del político ante su pregunta "cuántas vidas se hubieran salvado si el ministro de Sanidad Salvador Illa hubiese aceptado las propuestas de Vox" durante la pandemia de la covid-19.
Darias tuvo que intervenir ante la sonora protesta de los presentes que no permitían la continuación del discurso de Rodríguez. La nueva alcaldesa electa recordó que en una democracia "hay que aprender a escuchar aunque no nos guste lo que se diga" y pidió al representante de Vox que se dirigiese únicamente a la ciudad.
'Fascistas'
El partido de ultraderecha se ha convertido en la tercera fuerza política dentro del Ayuntamiento. Rodríguez, más allá de lo mencionado, dedicó su discurso a recriminar "las mentiras y la violencia física que se ha ejercido contra su sede y cargos públicos y orgánicos". Puso de ejemplo al rector de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, quien, a su parecer, debió ser reprochado u obligado a dimitir al decir que “aquellos que votan a Vox son fascistas que salen del armario”.
Asimismo, el portavoz de Vox aseguró que el proyecto de la MetroGuagua "es un fracaso desde todo punto de vista, un disparate patente y una estafa de 200 millones de euros" y ha advertido de que su grupo "estará muy atento" a la corrupción política, último mensaje que causó risas entre el público.
Oposición elegante y respetuosa
Desde NC, Pedro Quevedo expuso la crispación, a su juicio inédita, que ha imperado en el ámbito nacional, conllevando a “una polarización brutal” que han sufrido mucho "los que han quedado en medio". El concejal afirmó que los tres partidos que han gobernado la ciudad y volverán a hacerlo en este próximo mandato, continuarán con la transformación de la capital grancanaria.
Jimena Delgado fue quien, desde la oposición como portavoz del PP, calmó las aguas y relajó, con su tono mucho más conciliador, la irritación y tensiones que fueron germinándose en la sala. Demostró lo citado en su propio discurso, asegurar una oposición elegante y respetuosa, contundente, pero desde el diálogo. Delgado presentó al partido conservador como un aliado para PSOE, NC y USP con la intención de ayudar al nuevo gobierno municipal a "construir" en Las Palmas de Gran Canaria "la mejor ciudad para vivir", una invitación que ha sido aplaudida tanto por el público como por la izquierda.
Para el PP, las prioridades a atender en la ciudad residen en la deuda que se tiene con los barrios, atajar los altos niveles de pobreza, paro juvenil y riesgo de exclusión social que afectan a miles de vecinos e inaugurar en este mandado la metroguagua, además de resolver los nudos de Belén María o Torre Las Palmas que comprometen la movilidad.
Alcaldesa electa
Carolina Darias, a pesar de perder el protagonismo en ciertas ocasiones de su propio nombramiento y tener que mantenerse firme ante la revuelta del público, destaca por haberse convertido en la segunda mujer que ostenta el cargo de alcaldesa y la primera en nombre del PSOE, gracias al apoyo de 15 concejales (12 del PSOE, dos de NC y una de Unidas Sí Podemos). La oposición municipal queda representada en nueve ediles del PP, cuatro de Vox y uno de CC.
La nueva alcaldesa expresó su ilusión por estar al frente de “un gobierno sólido que actuará cohesionado para ofrecer futuro y esperanza”. Uno de sus objetivos es lograr que Las Palmas de Gran Canaria sea "inclusiva, segura y sostenible", dando “importancia a lo local como germen de la innovación para que esta ciudad sea un espacio de ideas de progreso, oportunidades y futuro en el que todos los barrios cuenten por igual”.
Carolina Darias ha garantizado que su gobierno promoverá el bienestar físico, económico y social de las vecindades, consciente de que "el mayor desafío se sigue llamando desigualdad". En su discurso, manifestó que trabajará para que Las Palmas de Gran Canaria sea más sostenible y verde, así como más próspera, "con mejores empleos y un turismo urbano y responsable", además de más accesible y con "más y mejores viviendas", algo que, según ha recalcado, será su mayor reto.