Carla Antonelli (Güímar, 1959) es una política y activista de origen canario, pero afincada en Madrid, muy conocida por su incesante lucha por los derechos de las personas transexuales. Durante 45 años militó en el PSOE y entró en la Asamblea madrileña convirtiéndose en la primera diputada trans en la historia de la democracia española. Pero sus desavenencias con la postura que tomó la exvicepresidenta del Gobierno central, Carmen Calvo, sobre la Ley Trans promovida por el Ministerio de Igualdad provocó su salida de una formación de la que guarda "increíbles recuerdos".
El pasado mes de marzo se conoció que iría en la lista electoral de Más Madrid para las elecciones autonómicas del próximo 28 de mayo, aunque si logra entrar en la cámara de representación lo hará como independiente. "Yo no me he dado de baja en un partido para darme de alta en otro", afirma rotunda en una entrevista concedida a Atlántico Hoy donde analiza también la realidad de partidos como Vox, su apoyo a la plataforma Sumar de Yolanda Díaz o los bulos que han girado en torno a la controvertida norma.
[Pregunta] ¿Qué ha supuesto para usted políticamente ir en la lista de Más Madrid a las elecciones del próximo 28 de mayo?
[Respuesta] En lo personal, para mí, es estar en un sitio en el que he estado siempre, que es en la defensa de los derechos de las personas trans. Es lo que he hecho a lo largo de toda mi vida, de ahí no me he movido ni un ápice. Además, es un partido con el que comparto absolutamente todo. Es un partido verde, feminista, está comprometido con los derechos civiles y es pro Sáhara Libre. Me permitirá seguir defendiendo lo que he defendido hasta estos momentos en el lugar y en el sitio que quiero, por y para Madrid. Sobre todo en unos momentos en los que se está hablando de involución con amenazas.
¿Cómo cuáles?
Apuntándose a la cresta de la ola, Isabel Díaz Ayuso, de la transfobia que parece que es como una plaga ahora mismo en este planeta. Con la amenaza de derogación de artículos o de la propia Ley Integral Trans que lleva en vigor en la Comunidad desde hace siete años y de la que fui ponente.
¿Cuánto ha influido en su vuelta a la política esa transfobia que menciona por parte de Ayuso?
Bastante. Además, con todo lo que trabajé anteriormente como son familias, menores, temas de VIH, pensiones o los niños robados. Fue la política que hice en la Asamblea de Madrid, pero no es poca la razón que menciona.
¿El apoyo de Más Madrid a la plataforma Sumar de Yolanda Díaz influyó en que fuera con Mónica García en la lista electoral?
Hay distintas maneras de ver y contemplar la política. Yo es que no hago compartimentos estancos entre la izquierda. Todas las causas que son de principios y de derechos las voy a apoyar. Yo apoyé a Irene Montero como ministra de Igualdad en la defensa de la Ley Integral Trans, le di las gracias y me abracé a ella en el Círculo de Bellas Artes cuando la acosaban. Por eso hubo gente que inmediatamente dijo que estaba en Unidas Podemos.
Luego creo en el proyecto Sumar, que es la suma de las fuerzas de izquierdas de Yolanda Díaz. Ella me pregunta que si quiero hablar y presentar, le digo que sí y entonces inmediatamente el comentario fue que estaba en Sumar. Por lo tanto, lo que se pierde por medio es que yo estoy en todo aquello que son proyectos políticos de izquierdas que creo que se deben apoyar.
Donde sí está es en Más Madrid.
Otra cuestión a continuación es que yo decido finalmente que voy a trabajar desde dentro de un proyecto político como es el caso de Más Madrid. A mí no me van a encontrar ni en guerras ni sacudidas. Ni en pérdidas de fuerza entre la izquierda, porque la izquierda tiene que estar unida ante quienes parece que no pierden ni un voto hagan lo que hagan como es la derecha. A parte de algunas muy puntuales y pequeñas agarradas entre la ultraderecha y la otra derecha, poco más.
¿Considera un problema la política de etiquetas en España?
Sí. Considero que hay una tendencia en la que parece que si apoyas una cosa ya estás involucrada dentro de ella. Yo no me he dado de baja en un partido para darme de alta en otro. Yo entro con Más Madrid como diputada independiente con el profundo agradecimiento por la consideración que han tenido de creer que puedo pasar a formar parte de su proyecto político.
¿Recibió ofertas de otras formaciones antes de Más Madrid?
Yo sobre eso ya he dicho que sí y no ha sido de Madrid. Pero por un respeto a unos tempos electorales no voy a mencionarlas.
¿Ha sido en Canarias?
No. No voy a ser partícipe de sudokus, solamente que se lo agradezco profundamente. Lo hice en su momento, pero creo que mi lugar es en Madrid. Yo soy canaria, mi idiosincrasia es canaria, es donde crecí, donde pasé mi infancia. Pero sin duda alguna yo estoy en Madrid desde 1979, por lo tanto yo en esta ciudad resurgí de mis propias cenizas y pasa a ser parte de mi idiosincrasia. Es un solo corazón con todas esas perspectivas.
¿La buena relación que mantiene usted con Ángel Víctor Torres no hizo que reconsiderara la idea de marcharse del PSOE cuando él le pidió públicamente que lo hiciera?
Ángel Víctor Torres para mí solo tendrá siempre palabras de reconocimiento, admiración y de muchísimo respeto. Él lo sabe, yo lo sé y lo sabe mucha gente. Por estar donde había que estar y cuando había que estar para hacer una defensa de una de las leyes integrales Trans de este país, que tenemos 14 de autodeterminación y de despatologización. Yo le agradezco tanto a Ángel Víctor Torres como a José Luis Rodríguez Zapatero sus buenas palabras, pero todos sabemos lo que son las otras realidades. No basta la buena voluntad de las personas que te tienen en consideración a luego cómo circulan realmente esas autopistas de alta velocidad que están debajo de las siglas de un partido.
¿Qué le dijo Pedro Sánchez cuando decidió irse?
Yo soy la guardiana de los secretos. Las cosas que no se deben decir no las digo. Ni expongo públicamente conversaciones privadas, yo puedo hablar de lo que se ha tratado en público.
Entiendo que sigue sin arrepentirse por haberse ido del partido.
Yo tengo una edad, en tres meses cumplo 64 años. No somos veletas y no cambiamos de opinión de un día para otro. Cuando tomas una decisión lo haces sabiendo el paso trascendental que das. En esta vida cuando se da un paso sabes que solamente lo que queda son caminos hacia adelante. Cuando tomo la decisión créeme que lo hago con todas las consecuencias.
Con la Ley Trans ya aprobada, ¿qué análisis hace de toda la polémica que se generó en torno a ella?
Que están quedando en el más absoluto de los ridículos todas aquellas personas agoreras que decían no sé qué y no sé cuánto. Que se cumple todo aquello que estábamos diciendo. Que nunca fue ideológico, que fue una guerra política por cuota de espacios y de poder. Y de una forma bastante miserable al utilizar las vidas de las personas trans de este país donde primero nos deshumanizaron para podernos caer encima. Nos convirtieron en cifras, en números y en teoría. Además, nos estigmatizaron y nos pusieron una diana en la espalda. Llegándose incluso a decir que éramos un peligro para la seguridad jurídica de 47 millones de españoles. Esto es muy fuerte.
Debió afectar mucho al colectivo.
Si la gente piensa que no duelen esas cosas… A lo mejor a gente de mi edad no, pero a niños o adolescentes que están haciendo una transición claro que sí. Hace tres días se suicidó una niña trans en la flor de su juventud. Hay gente que se ha tomado como deporte el ensañamiento y el odio, piensan que es un juego por estar detrás de un ordenador y lo que están haciendo es sacar lo más oscuro de sus instintos sádicos y perversos. Solamente hay una palabra para definirlos: miserables.
¿El partido socialista debió tenerla a usted más en cuenta a la hora de decidir su posición pública sobre la Ley Trans?
Yo no voy a hacer leña de nada. Yo del partido socialista tengo grandes e increíbles recuerdos de haber estado, haber apoyado y haber trabajado aquel programa electoral de José Luis Rodríguez Zapatero en la legislatura de los derechos civiles con Pedro Zerolo. Aquí ha habido un problema y era quien en ese momento ejercía como vicepresidenta del Gobierno, que es Carmen Calvo, que oficializó un argumentario desde junio del año 2020 absolutamente transfóbico que a mí no me representaba, ni a nadie del colectivo.
En lo personal a mí se me abrió una herida y un sentimiento de orfandad terrible que mantuve a lo largo de esos dos años por el interés superior de la Ley Integral Trans hasta que parecía que de nuevo se la iba a llevar un agujero negro y es donde ya di lo único que me quedaba por dar. Carmen Calvo es una de las personas que más daño ha hecho al Partido Socialista marcando esta tendencia donde se desdijeron de lo que nosotros mismos habíamos escrito en 2017 para llevar al Congreso la reforma de la ley de 2007. Utilizó los derechos de las personas trans en su guerra abierta contra el Ministerio de Igualdad porque ya no lo llevaba ella.
¿Fue bueno que Carmen Calvo saliera del Gobierno?
Fue el fin del calvario.
Usted ha llegado a decir que no hará campaña en contra del Partido Socialista porque no entiende así la política, pero sí deberá confrontar con ellos en la Asamblea madrileña después del 28M. ¿Se siente preparada para ese momento?
Yo no voy a dejar de hacer política de la misma manera que lo he hecho toda la vida. Yo no voy a hacer política en contra de un partido de izquierdas. Mi adversario político no es la izquierda, sino la derecha que viene, amenaza y cumple el llevarse por delante todo aquello que tanto esfuerzo y trabajo ha costado. Otro Madrid es posible y creo que con Mónica García como presidenta de la Comunidad. Y si para eso es necesario hacer una coalición de izquierdas, ya estamos viendo cómo los gobiernos por mayoría absoluta no se están produciendo prácticamente.
Volviendo a la Ley Trans, ¿con ella ya se han alcanzado todos los derechos necesarios para el colectivo o quedan cosas por hacer?
En toda esta refriega que ha habido se han quedado cosas fuera. En el texto del Partido Socialista de 2019 se contemplaban las personas no binarias. Aquel texto, por increíble que nos parezca, hablaba de menores de seis a 14 años y de 14 a 16. Ahora ha quedado solamente desde los doce, cuando el propio Tribunal Constitucional en 2019 ya dictaminó que los menores tenían derecho a cambio de nombre y sexo registral. Hay que recuperar aquello que se quedó atrás como el propio reconocimiento de las personas no binarias.
Decían que miles de hombres se iban a cambiar de sexo para aprovecharse de los derechos de las mujeres. Hombre, por favor, ¿cómo puede decir eso y el 8 de marzo salir a la calle a denunciar la brecha de desigualdad entre el hombre y la mujer? Aún con cifras falsas, un mes después un periódico dijo que sería en toda España y no llegaban a 100 las personas que habían estado esperando por esa ley en un sentido despatologizante. ¿Dónde están los miles que se han aprovechado de los beneficios de ser mujer? ¿Es que hay alguien en esta sociedad que piensa que las mujeres tenemos más beneficios que los hombres? ¿De verdad estamos vendiendo esa burra? Porque me parece absurdo y ridículo. Sueltan mentiras descomunales y de forma simple alguien se las creerá.
Se está imponiendo el discurso fácil y el bulo.
Como el de que los hombres se iban a cambiar de sexo para entrar al cuarto de baño de las mujeres y violarnos. ¿Alguien se cree eso de verdad? ¿A un hombre que quiera entrar en un baño de mujeres le hace falta un carnet? Nos han tomado por idiotas y ha cuajado.
¿Qué supondría para Canarias que Vox entrara después del 28 de mayo en alguna institución de las Islas?
Es malo y negativo. No creo que haya nada positivo en eso, pero yo creo que Vox tocó techo desde algunos años y va para abajo. Es verdad que el Partido Popular está asumiendo las tesis de Vox porque ha entrado en competencia directa con su ideología, pero sin duda alguna Vox es más una ultraderecha sin complejos. Tenemos que intentar que eso no suceda y que todo el mundo el 28 de mayo vaya a votar.