Las elecciones europeas, una cita con las urnas que tiene lugar cada cinco años, pasan desapercibidas para muchos. Quizás sea por la lejanía de Bruselas o la desafección política que crece cada día más, pero a tan solo unas horas de que abran los colegios electorales importa poco —habrá otro lustro para pensarlo—. En plena jornada de reflexión, donde pedir el voto está prohibido y la suerte está echada, los candidatos canarios esperan con nervios el escrutinio de votos que les dirá si lo han conseguido.
El tiempo hablará —y no falta demasiado—. Dos de los aspirantes isleños a ostentar un escaño en el Parlamento Europeo buscan mantener el que ya tienen: Juan Fernando López Aguilar (PSOE) y Gabriel Mato (PP). Ambos son de los que tienen más posibilidades para entrar en la Cámara comunitaria por el puesto que ocupan en la lista electoral —que, por cierto, es nacional, no se divide por provincias como las generales o autonómicas—. El socialista ocupa la posición número 13 y el popular es el número 11 de la plancha.
La campaña, polarizada
No son los únicos que están arriba en las papeletas de su candidatura porque Carlos Alonso (CC) ocupa el segundo lugar en Coalición por una Europa Solidaria, confluencia con la que concurren junto al Partido Nacionalista Vasco (EAJ-PNV). Las elecciones europeas son, si me permite el término, raras. Porque lo esperable es escuchar propuestas para aplicar en el viejo continente, pero la campaña electoral en España ha estado marcada por un claro tinte nacional para mantener el apoyo de los simpatizantes y captar a los indecisos.
El Partido Popular y Vox lo han convertido en un plebiscito contra Pedro Sánchez. La Ley de Amnistía que podría permitir a Carles Puigdemont volver a España en unas semanas; o la polémica en torno a Begoña Gómez, la mujer del presidente del Gobierno, han sido los principales asuntos en los que la derecha ha basado la campaña.
Sondeos ajustados
Los de Feijóo buscan desesperadamente una victoria holgada para poder decir que han revalidado la mayoría conseguida en las generales del 23 de julio, aunque en aquel momento no consiguieron los apoyos suficientes para llegar a la Moncloa. Para la formación de Abascal, a pesar de que estará lejos de PSOE y PP, se espera un resultado que, de materializarse, lo celebrarán con orgullo. Se espera que, al igual que en el Congreso de los Diputados, sean la tercera fuerza.
Entre los dos principales partidos del país, los sondeos están muy ajustados. Todo apunta a que la primera fuerza será el PP, aunque toca esperar porque no está todo dicho. La estrategia del secretario general de los socialistas también ha sido, en ocasiones, la de polarizar con la extrema derecha. El panorama ha estado muy caldeado y habrá que ver cómo se traduce en el ánimo de los ciudadanos para votar —que no suele ser mucho en los comicios europeos—.
La abstención
En Canarias se espera una abstención importante. Las ganas de ir a las urnas por parte de la población en el Archipiélago cuando hay comicios comunitarios no suelen ser muy pronunciadas. La última vez, cuando tuvieron lugar en 2019, la movilización solo llegó al 55,95%. Eso teniendo en cuenta que coincidieron con las autonómicas y locales, por lo que quienes fueron a los colegios electorales solo tenían que seleccionar un sobre más. Ahora hay que salir de casa únicamente para las europeas como en 2014 y parece ser un compromiso más complicado para los 1,8 millones de residentes llamados a votar.
No todo va a ser verlo con un prisma nacional. Las Islas tienen sus particularidades y este domingo se podrá usar de termómetro para comprobar cómo va la temperatura política de Canarias un año después del 28M. Habrá que prestar atención a si el PSOE mantiene los buenos resultados que obtuvo hace un año en las elecciones autonómicas, aunque no consiguió gobernar tras perder la mayoría del Pacto de Las Flores.
Nueva Canarias
Otro punto curioso —algunos dirían que jugoso— será comprobar si con el voto de los canarios se consolida el apoyo a los partidos que conforman el Gobierno regional entre la Coalición Canaria de Fernando Clavijo y el Partido Popular de Manuel Domínguez. Los primeros han optado en esta campaña de Carlos Alonso por un discurso muy marcado por las manifestaciones del 20 de abril en contra de la masificación turística —la actualidad manda—, mientras los segundos han remarcado un mensaje en defensa del sector primario.
La realidad de Nueva Canarias (NC) es algo distinta. Después del 28M se abrió en su interior una crisis señalada por la renovación en el partido para dar paso a las nuevas generaciones. Aquellas elecciones dejaron fuera del Parlamento a su líder, Román Rodríguez, y para las europeas de este domingo han decidido ir en coalición con Sumar, el partido de Yolanda Díaz. Su candidata, que ocupa el puesto 19 en Sumar Canarias, es Lorena López. Es llamativo que ninguna de las personalidades que están a favor de la renovación hicieron campaña junto a ella.
Líderes nacionales
Donde también estuvieron un poco desamparados fue en el PP canario. Aunque es verdad que viajaron hasta el Archipiélago la secretaria general del partido a nivel nacional, Cuca Gamarra; y el presidente de los populares, Alberto Núñez Feijóo, no estuvo presente la cabeza de lista para las europeas, Dolors Monserrat. En el caso del PSOE, sí que estuvo Teresa Ribera, pero no Pedro Sánchez.
Más acompañados se sintieron Alejandra Patricia Millán y Nicasio Galván, los canarios en la plancha electoral de Vox. Hasta las Islas llegaron su líder, Santiago Abascal; y el número uno de la lista, Jorge Buxadé. Y qué decir de Podemos. El partido está en horas bajas a nivel nacional, en Canarias ya no tienen representación en el Parlamento, pero pueden dar la sorpresa este domingo, no hay que olvidar que los morados comenzaron su etapa dorada tras las elecciones comunitarias de 2014. Además, Irene Montero ha reactivado la marca y pueden crecer en votos. Sea como sea y pase lo que pase, la suerte está —casi— echada.