La efeméride pasó desapercibida, sepultada bajo el peso de la actualidad y las prisas por querer contarlo todo de inmediato. Hace dos semanas se cumplieron 60 años de un momento crucial en la historia de Canarias: el primer gran reconocimiento internacional de su derecho a la autodeterminación e independencia.
En octubre de 1964, durante la Conferencia en El Cairo (Egipto) de Países No Alineados —una agrupación de Estados conformada durante la Guerra Fría—, el presidente de Guinea-Conakri, Sékou Touré, instó a las naciones africanas a apoyar la independencia de Canarias.
MPAIAC
La posición de Touré, líder anticolonialista del primer país francófono africano en conseguir la independencia y que terminó sus días convertido en dictador, significó entonces un espaldarazo para el Movimiento por la Autodeterminación y la Independencia del Archipiélago Canario (MPAIAC) y un quebradero de cabeza para la diplomacia española en los años posteriores.
En la década de 1960, el MPAIAC, con su líder Antonio Cubillo al frente —primero en las Islas y luego desde su exilio en Argel—, ya empezaba a jugar un papel fundamental al llevar la voz de parte del pueblo canario a foros internacionales y obtener apoyos clave.
Declaración de la OUA
Unos meses antes del guiño internacional del propio Touré, el 20 de julio de 1968, la formación independentista había logrado que la Organización para la Unidad Africana (OUA) aprobara la Declaración Solemne del Comité de Liberación, un breve texto en el que se reconoce oficialmente a Canarias el derecho a la Autodeterminación e Independencia:
“Las Islas Canarias son parte integrante de África", rezaba el documento antes de añadir que "no constituyen una parte integrante de España. En consecuencia, debemos declarar que las Islas Canarias tienen el derecho a la autodeterminación y a la Independencia, como cualquier otro territorio africano aún sometido a dominación colonial”.
Foco internacional
Ese fue el soporte sobre el que luego se alzó Toure y la marca en el suelo de la Historia que definió el inicio de una intensa campaña diplomática por parte del MPAIAC para situar la cuestión canaria en el foco internacional.
El asunto canario, sin embargo, llevaba tiempo cocinándose a fuego lento. Dentro de las fronteras españoles, con movimientos independistas incipientes como Canarias Libre, y en clave internacional como una pieza más del tablero geopolítico.
ONU
Antes de que la OUA y Touré se posicionaran, el estatus de Canarias ya se había tratado en las Naciones Unidas (ONU) —aunque más bien como un asunto colateral de la Guerra Fría y no como un asunto con identidad propia—.
En 1960, en la XIV Asamblea General de la ONU, el delegado de la República Socialista Soviética de Ucrania, Ivan Neklessa, y el Delegado de la Unión Soviética, Valerian Zorin, ratificaban la intención de que en los Territorios No Autónomos (TNA) se englobaran todas las regiones africanas que poseía España —incluida Canarias—.
Diplomacia
El delegado ucraniano propuso una enmienda ante la Asamblea General de la ONU para incorporar a Canarias como TNA. Neklessa, incluso, llegó a considerar que el Secretario General de la organización internacional debía haber tomado medidas en 1955, es decir, cuando Portugal y España se convirtieron en miembros de las Naciones Unidas.
La propuesta ucraniana contó con algunos apoyos dentro de la ONU: la Unión Soviética, Indonesia, Albania o Polonia. Sin embargo, la posición ucraniana también encontraba detractores como fue el caso de los delegados de Colombia, que reafirmaban la pertenencia histórica de Canarias a España. Y entre ambas posturas, había otros países como India o Guinea que en un principio estuvieron a favor de la opción ucraniana, pero posteriormente cambiaron de idea y propusieron a Neklessa que cesase en su intento de llevar a votación la enmienda.
Tras conocer las opiniones de cada país a través de sus delegados de la ONU, se produjo la votación el 11 de noviembre de 1960 y la propuesta fue rechazada por 42 votos en contra, 15 a favor y 16 abstenciones.
Mao Zedong
Ese precedente fue gasolina para el MPAIAC, que a lo largo de 1965 y 1966 participó en diversas conferencias de países africanos y asiáticos en ciudades como Argel y Acra, y en eventos internacionales como la Conferencia Extraordinaria por Vietnam en Pekín, presidida por Mao Zedong.
En junio de 1966, por ejemplo, el movimiento presentó por primera vez su demanda de descolonización de Canarias ante el Comité Especial de Descolonización de la ONU, conocido como el Comité de los 24, durante una reunión en Argel.
El 20 de julio de 1968, estos esfuerzos culminaron en la Declaración Solemne del Comité de Liberación de la Organización para la Unidad Africana (OUA).
Primer éxito
En dicha declaración, la OUA afirmó que Canarias son parte integrante de África y que, por tanto, tienen derecho a la autodeterminación y a la independencia, al igual que cualquier otro territorio africano bajo dominación colonial. Este reconocimiento fue considerado por el MPAIAC como su "primer gran éxito internacional" de una lucha que se diluyó tras la muerte de Franco, el atentado contra Cubillo y el triunfo de la diplomacia española frente a los tejemanejes de Argelia. en el Magreb.
La historia de estas décadas muestra cómo Canarias estuvo en el centro de debates internacionales sobre descolonización y autodeterminación —sobre todo tras la Marcha Verde, la salida de España del Sáhara Occidental y los movimientos de Argelia tras el Acuerdo Tripartito de Madrid en el que Marruecos y Mauritania se repartían la excolonia espñola—, y cómo el esfuerzo colectivo logró poner en la agenda global las aspiraciones de independencia del Archipiélago.