A 859 kilómetros de Tenerife —dirección suroeste; en los fondos marinos del Atlántico— se levanta el monte submarino Tropic, un enclave que es considerado un tesoro estratégico debido a la abundancia de minerales como el telurio, el cobalto y el níquel, esenciales para la industria tecnológica. Ese mismo territorio, desde hace diez años y de manera soterrada, está en el epicentro de un pulso diplomático entre España y Marruecos.
Fue en 2014 cuando España presentó formalmente ante las Naciones Unidas una solicitud para ampliar su plataforma continental al oeste de Canarias, con el objetivo de incluir dentro de sus fronteras marítimas el monte submarino Tropic —como prolongación de las elevaciones submarinas, situadas al sur de El Hierro, que también reclama como propias por pertenecer a la cadena de nuestro Archipiélago—.
¿Pacto Madrid-Rabat?
La disputa por el control de estas aguas ha ganado intensidad en los últimos años. En 2020, Marruecos aprobó de forma unilateral una ampliación de sus fronteras marítimas —considerando el Sáhara Occidental como territorio propio—, al reclamar áreas que se solapan con las aguas al sur de Canarias que incluyen zonas cercanas al monte Tropic. Este movimiento generó preocupación en el Gobierno español, ya que podría poner en peligro el control sobre estos recursos estratégicos y sentar un precedente en la delimitación de las aguas internacionales.
A pesar de esta situación, las negociaciones entre ambos países han avanzado en busca de un acuerdo que respete los derechos de ambas partes. Según informó en octubre el periódico magrebí Alalam24, España y Marruecos están explorando vías para consensuar una demarcación marítima, un proceso que no solo tendrá impacto a nivel regional, sino que podría marcar un punto de inflexión en las relaciones bilaterales.
Ecosistemas marinos
El monte Tropic no es únicamente relevante por su riqueza mineral. También tiene un gran valor ecológico, lo que añade una dimensión ambiental a esta disputa. Expertos han señalado que cualquier actividad minera en la zona debe ser gestionada con criterios sostenibles, evitando daños irreversibles a los ecosistemas marinos que lo rodean.
De los materiales que se pueden encontrar en el monte Tropic, el telurio es un elemento crítico para la fabricación de paneles solares de alta eficiencia y otros dispositivos electrónicos avanzados, colocándolo como un recurso imprescindible en el marco de la transición energética global. Según expertos, este enclave contiene uno de los mayores depósitos de este elemento, lo que podría posicionar a España como un líder en la producción de materiales para energías renovables.
Agenda 2030
En este contexto, España apuesta por un enfoque que combine la explotación sostenible de estos recursos con la preservación ambiental, reforzando su compromiso con la Agenda 2030 y los objetivos de desarrollo sostenible. Además, la soberanía sobre estos recursos podría suponer un impulso económico significativo para el país, fortaleciendo su posición en la transición hacia una economía verde.
La delimitación de la plataforma continental no es solo un desafío diplomático, sino también una cuestión estratégica para España. Controlar el monte Tropic permitirá al país garantizar su acceso a recursos clave en un mundo cada vez más dependiente de las tecnologías limpias y los minerales raros.
El camino, sin embargo, no será fácil. La ONU sigue evaluando la propuesta española, mientras Marruecos continúa presionando para ampliar su influencia marítima en la región. Al mismo tiempo, la creciente importancia de los recursos minerales en la geopolítica internacional podría atraer la atención de otros actores globales, añadiendo más complejidad al conflicto.