“Nosotros apoyamos el proyecto siempre y cuando se decida una ubicación alternativa ante el rechazo social que se ha producido en la isla de Fuerteventura”. Así de contundente se muestra ahora Rosa Bella Cabrera, diputada del GP Socialista por Fuerteventura en el Parlamento de Canarias al hablar sobre Dreamland. No era esta la postura de su partido cuando, el pasado mes de noviembre, votó a favor del parque temático y comercial cerca de las dunas de Corralejo (Fuerteventura).
En aquella votación fue clave el apoyo del PSOE para declarar de interés insular el proyecto Dreamland. Resultó paradójico que los socialistas —en la oposición de la corporación insular— sacaran adelante esta iniciativa junto al voto de calidad del presidente Sergio Lloret.
Votos en contra
Ni siquiera los socios de gobierno de Lloret —líder de Asambleas Municipales de Fuerteventura (AMF)— votaron a favor del proyecto. En aquel momento, el ejecutivo insular estaba sustentado por Coalición Canaria (CC) y el Partido Popular (PP). Los nacionalistas acabaron siendo expulsados y los populares se marcharon por su propio pie.
Dreamland ha puesto en bandeja la polémica en la calle en un momento en el que se está poniendo en el punto de mira —cada vez más— el cuidado del patrimonio natural. Esa contestación social es la razón por la que el partido socialista ha decidido presentar una Proposición No de Ley (PNL) en el Parlamento de Canarias solicitando una nueva ubicación.
La realidad es que, el pasado mes de diciembre, PP y CC presentaron una PNL contra Dreamland que pedía revisar la Ley del Suelo. La socialista dice que esa iniciativa de nacionalistas y populares se presentó en uno términos distintos a la de ellos y que por eso no la apoyaron. Una normativa, la del Suelo, sobre la que se posiciona en contra Cabrera.
"No era nada definitivo"
“En primera instancia, en la primera votación, no estábamos aprobando que fuera en esa ubicación que se propuso. Era el inicio del expediente, no era nada definitivo”, afirma Cabrera a Atlántico Hoy. La diputada dice que su partido vería mejor otra localización donde el paisaje de Fuerteventura no perdiera su poder y su belleza.
En la PNL presentada, aparte de pedir otra ubicación para las instalaciones, solicitan al Gobierno de Canarias apoyar y fomentar iniciativas generadoras de tejido económico, empleo y riqueza en todas las islas. En el documento reza la PNL se hace “sin entrar en consideraciones sobre el Proyecto DREAMLAND”.
Otras cinco ubicaciones
Sobre si el partido se arrepiente de no haberlo estudiado más a fondo en un principio, asegura que en su momento estudiaron la propuesta donde había otras cinco ubicaciones. En aquella votación votaron en consonacia con el PSOE Nueva Canarias y Podemos, dos formaciones que en ese instante estaban en un proceso de expulsión de sus miembros y que se desmarcaron luego de la votación.
La socialista admite que “desde hace un par de meses se acordó que había que darle una vuelta a este asunto y buscar otra ubicación”. Una decisión que es regional a nivel de partido y para la que se ha contado con el PSOE de Fuerteventura. “Estamos todos en el mismo barco y ellos apoyan la resolución”, sentencia Cabrera.
El PSOE, a favor del proyecto
Cabrera quiere dejar claro que el PSOE está a favor del proyecto, pero pide que se cambie de ubicación por la contestación social. Pero, ¿y si no se hubiera dado esa contestación social? “Si no se hubiera dado contestación social, seguramente después de estudiarlo y analizarlo también se hubiese pedido una ubicación alternativa”, cuenta la diputada. Aunque esa contestación social ya existía, porque en los días cercanos al pleno en el que se aprobó el interés insular ya hubo manifestaciones y protestas.
Relata que en el partido socialista hay distintas sensibilidades, pero se tomó la decisión de apoyarlo en un principio porque sabían que no era determinante esa ubicación en el interés insular.
Acusaciones a PP y CC
Este cambio de parecer de los socialistas podría tensionar la situación en cuanto a Dreamland a nivel político si ese cambio de ubicación no fuera aceptado por el resto de partidos. Cabrera esgrime que esa es una situación que no se ha dado y que no sabe lo que harán CC y PP, a quienes acusa de contradecirse y de seguir una línea en la que se han dado bandazos.
Opina que es una discusión que no viene bien al interés general de la isla y que es un problema de posicionamiento político.