Augusto Hidalgo es el candidato del Partido Socialista (PSOE) a presidir el Cabildo de Gran Canaria tras las elecciones del 28 de mayo. Su objetivo es una administración insular “que esté más pegada a la realidad de la gente” y que no imponga “su estructura de funcionamiento”. El pasado viernes 12 comenzó una campaña que ha estado marcada por la vivienda, la sostenibilidad o la movilidad. Sobre esto último, el tren sigue siendo su apuesta segura porque si no es así, “la GC-1 colapsará y se convertirá en la TF-5”.
Con respecto a la diversificación de la economía, ha asegurado que Gran Canaria va a seguir viviendo del sector turístico, “pero hay que modernizarlo y buscar alternativas”. Para Hidalgo, entre estas alternativas se encuentra la oferta complementaria y hace especial hincapié en el Siam Park o el proyecto Dreamland, además de la creación de un Consejo de Innovación junto a la universidad, los colegios profesionales y las empresas del sector tecnológico.
[Pregunta] En los últimos años, el PSOE en el Cabildo de Gran Canaria ha gobernado junto a Nueva Canarias y Podemos y en asuntos como el tren, Dreamland, Chira-Soria o los parques eólicos el voto ha sido unánime a favor. ¿Qué le diría a un votante que le diferencia a usted de, por ejemplo, Nueva Canarias?
[Respuesta] Pretendo cambiar la presidencia del Cabildo de Gran Canaria. Que se produzca un relevo para cambiar la forma de gobernar en el Cabildo insular, independientemente de que hayamos sido copartícipes leales de un gobierno de progreso durante los últimos años, para imprimir en una institución muy presidencialista una impronta que ya he hecho en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria. Soy consciente de que el Cabildo es una institución que está por encima de los ayuntamientos, pero es un ente local y, hasta ahora, parece que estuviera en otra estructura. Mi intención es la de ser el alcalde de los grancanarios y grancanarias. En la política local, los que somos alcaldes y alcaldesas, si no somos capaces de sentarnos para diseñar el planteamiento y para pensar en el futuro de esas personas —no para llegar a la unanimidad, eso no existe, pero sí para llegar al máximo consenso— no seremos capaces de solventar las propuestas del futuro. Esto es algo que no se hace ni se ha hecho en el Cabildo: imprimir una estructura de funcionamiento que esté más pegada a la realidad de la gente.
La burocracia impide, muchas veces, que la sociedad vaya al ritmo que realmente demanda. El Cabildo, que es una administración económicamente fuerte y con recursos, ¿cree que habría que descentralizarlo?
La administración insular tiene que ser capaz, por un lado, de modernizarse desde el punto de vista tecnológico —yo estoy en una administración que lo ha sabido hacer y somos punteros como LP Inteligencia Azul— y Gran Canaria necesita un proyecto de smart island. Al mismo tiempo, la administración tiene que llegar a los territorios y de dos maneras: uno, tenemos que ser capaces de llegar físicamente —con oficinas a nivel insular— y, por otro lado, ser capaces de ser una administración abierta tecnológicamente. Además, hay algo que si se hace en otras islas, que es convertirse en soporte de los ayuntamientos que no tienen capacidad funcionarial, recursos humanos o administrativos para realizar sus tareas cotidianas. Respecto a las oficinas insulares, estas tienen que desarrollarse a través del consenso para ser eficientes a la hora de realizarlas. Hay que hablar con los ayuntamientos, no imponer nuestra estructura de funcionamiento, ese estilo debe cambiar.
Habla de no imponer, ¿cree que en los últimos años se ha intentado imponer?
No me voy a poner a hablar del pasado de las relaciones. Las he conocido y sé cómo funciona el Cabildo y la capacidad presidencial del mismo. No me gusta hablar del pasado y espero que a partir del 28 de mayo podamos acercarnos más a la realidad local.
Respecto a Movilidad, la GC-1 a esta hora [la entrevista se realizó a a primera hora del día], con cinco carriles, estará llena de coches. El proyecto a largo plazo es el tren, ¿hay planes transitorios para hacer frente a este problema?
El problema de movilidad en la isla de Gran Canaria es que las infraestructuras que se han construido están ligadas al vehículo privado. El cambio de mentalidad es lo más complicado, pero tenemos que ser capaces de planificar primero. No tenemos un plan de movilidad sostenible y es algo que se está exigiendo desde Europa. Tendremos que hacer encuestas de origen a destino, evaluar dónde se desarrollan los flujos de movimiento —aunque podemos intuirlo— y establecer las prioridades: peatonalizaciones, movilidad alternativa, conexiones entre municipios… Después está el transporte de alta ocupación, ahí entra el tren, las guaguas, el tranvía. Esta isla carece de estos últimos. En el plan de ordenación existe una estrategia de movilidad de hace doce años que no evalúa la realidad actual y que debe ser reformada. El tren es determinante para impedir algo a lo que estamos abocados: que la GC-1 colapse y se convierta en una TF-5. Mientras hay que habilitar la conexión entre municipios que están pegados calle con calle y no tienen movilidad peatonal —Las Palmas-Telde, por ejemplo—. Con pequeñas actuaciones se puede mejorar y eso es clave.
Gran Canaria, probablemente, vaya a ser el primer territorio en el que se adjudiquen los campos eólicos. ¿Cree que se ha actuado de manera correcta?
Cuando hablamos de sostenibilidad, tenemos que hablar de varios ejes: la movilidad sostenible, la soberanía energética de la isla, la soberanía hídrica y la gestión de los residuos. Respecto a la energía, aquí hay dos grandes proyectos que se están desarrollando y la van a poner en una posición de ventaja indudable: el Salto de Chira y la eólica marina. El Estado acaba de aprobar los planes de ordenación marinos y en Gran Canaria se han establecido una serie de mapas para su instalación. Lo más importante del proyecto de la eólica marina no es solo tener los molinos, sino el hecho de tener toda la cadena de valor. El Puerto de Las Palmas, con Luis Ibarra, al frente, va a ser fundamental con la instalación de un astillero para eólica offshore. El proyecto y el Puerto están ligados y tiene como elemento interesante que, no solo se monten y fabriquen los molinos de Gran Canaria, sino incluso que se fabriquen para llevarlos a otras zonas del mundo. Nos va a colocar en un escenario de generación de empleo de calidad y a un cambio cualitativo de la estructura económica de la Isla.
Hablaba del Salto de Chira, mucha gente considera que es ya un proyecto obsoleto y que hay que buscar otras opciones.
Decir que está obsoleto es absurdo, ha tenido modificaciones. Aunque es cierto que debía estar finalizado en 2017, es uno de los proyectos estratégicos de la isla de Gran Canaria y decir lo contrario es una gran equivocación. No va a cubrir el 100% de la demanda, pero nos va a colocar en un escenario de una tecnología puntera en materia de generación de energías renovables. Así que considero que es un proyecto fundamental para la Isla y que va a ser copiado en Tenerife.
Ya en Baleares se ha limitado el alquiler de coches a los turistas, ¿se puede plantear esto en Gran Canaria?
Las limitaciones forzadas no las comparto, hay que ordenarlo para que sea de calidad. Las necesidades que tiene el sector turístico dependen del tipo de turistas que traigas. Creo que hay tanto ‘rent a car’ en otras islas porque las necesidades de movilidad sostenible son peores que en Gran Canaria. Cuando hace ocho años planteé el turismo urbano, la gente se reía, pero teníamos posibilidades de atraer un turista distinto. Lo que hemos hecho es conseguir un turismo que no tiene nada que ver con el que busca el sol y la playa, que gasta el triple y que ha provocado que se construyan hoteles nuevos en la ciudad. Esos turistas cogen el transporte público y utilizan las mismas fórmulas de movilidad que tiene la población local. Si la población no tiene un transporte público de calidad o no tiene conexiones adecuadas, cogen el coche.
Gran Canaria es la isla que todavía no ha recuperado los niveles de turistas previos a la pandemia y el gasto en destino es de los más bajos, ¿por qué?
Los dos elementos clave para mi son dos: el deterioro y restauración de los centros comerciales de la zona sur y la oferta complementaria. Ya existe un informe elaborado por el consejero Carlos Álamo sobre los centros comerciales de San Bartolomé de Tirajana, que son los más degradados. Este establece tres alternativas por cada centro comercial, desde la destrucción total del mismo con compensaciones a la creación de nuevos espacios comerciales, zonas libres, plantas alojativas… Por otro lado, Gran Canaria no tiene oferta complementaria. Tiene unas dunas maravillosas, unas playas excepcionales, pero el sol, la playa y los grandes resorts se encuentran en cualquier lado y a menor precio. Para no quedarnos obsoletos —y los indicadores indican que nos estamos quedando obsoletos—, tenemos que tener oferta complementaria y los parques temáticos son fundamentales. Por ejemplo, el Siam Park. ¿Por qué no hemos sido capaces de tener un Siam Park en el sur? Las complicaciones desde el punto de vista urbanístico y de implicación política han sido relevantes. Esto ha hecho que en Tenerife tengan capacidad de atraer turistas que gasten más en el entorno y es algo que nosotros no podemos ofrecer.
La vivienda es uno de los grandes temas de la campaña, ¿cuál es el plan?
El único sitio donde se han construido viviendas por parte de una institución pública, si quitamos el plan de La Palma, son los planes de reposición de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria. Hemos construido 300 viviendas y ya hay ciudadanos viviendo en ellas y hemos rehabilitado 3.000. El salto cualitativo que hemos dado, que es lo mismo que quiero hacer en Gran Canaria, es construir viviendas para población con renta e ingresos pero que no puede acceder a una hipoteca o porque el mercado de alquiler de viviendas está en precios que superan el 60% de la renta disponible. El Cabildo tiene capacidad para hacerlo porque tenía un instrumento con la capacidad legal, el Consorcio de Viviendas. Este se ha quedado parado, sin actividad real. Hay que potenciarlo para generar viviendas donde haya demanda.
Canarias tiene un déficit de más de 8.000 plazas residenciales para mayores de 65 años, algo que también agrava las listas de espera porque muchas camas están ocupadas por personas que lo que realmente necesitan es esa residencia. ¿Cuál es la solución?
La filosofía ha sido la de no construir más plazas alojativas y eso ha cambiado radicalmente. Tenemos una consejera, que es Isabel Mena, que ha reactivado el Plan de Infraestructuras Sociosanitarias y han empezado a construirlas con perspectiva de que en los próximos años existan 1.500 plazas alojativas más y que va a paliar esta situación. Aunque tenemos que llegar a las 2.000 plazas, el salto cualitativo es abismal. Es un problema que sigue aumentando porque la población sigue envejeciendo, pero se atienden a 2.000 personas más que hace cuatro años y se ha establecido una ayuda a domicilio complementario a los ayuntamientos.
Se escucha mucho lo de diversificar la economía de Canarias y no depender tanto del turismo. ¿Cómo puede potenciar esto el Cabildo?
Es verdad que, aunque vamos a seguir viviendo del sector turístico, hay que modernizarlo y tener alternativas. Los incentivos fiscales han sido capaces de establecer un nicho de mercado para atraer al sector audiovisual porque las bonificaciones fiscales son importantes y porque no es una industria pesada. Está en plena expansión y los negocios y empresas se empiezan a instalar aquí. Vamos a dar un salto importante y en Gran Canaria tenemos una gran oportunidad. Hablo del proyecto Dreamland, basado en el turismo, pero también en la formación y la industria audiovisual con dos empresas canarias que son las que invierten.
Que esto se desarrolle en la isla implicaría que la oferta formativa puede alcanzar los 200 puestos de trabajo casi inmediatos en la Inteligencia Artificial o llegar a exportar tecnología de Canarias. Desde el ámbito publico, debemos apostar porque estas actividades se implanten en el sector privado con garantía jurídica y capacidad de prosperar. Para poder planificar lo anterior en el ámbito insular, tenemos que tener un Consejo de Innovación en el que quiero incorporar a universidad, colegios profesionales y empresas del sector.