“Haré lo que debo hacer”. A veces sólo cinco palabras, como las anteriores entrecomilladas, contienen una gran historia. Las que abren este texto, precisamente, retumbaron en el universo de Star Wars cuando Obi Wan Kenobi desenfundó su sable de luz para desafiar a Darth Vader. Ese pulso entre mentor y padawan, un tormento shakesperiano que une a ambos personajes más allá de planetas y constelaciones, marca la trama de la saga galáctica creada por George Lucas. La promesa del jedi, realizada justo antes de entrar en combate con el gran villano, encerraba culpa, vergüenza y miedo porque, después de todo, el maestro tenía enfrente dos adversarios: a un discípulo descarriado que quedó atrapado por el poder del lado oscuro de la fuerza y su propio fracaso.
Juan Alfonso Cabello Mesa (Santa Cruz de Tenerife, 1977) conoce bien la leyenda de la amistad rota entre Obi Wan Kenobi y Anakin Skywalker/Darth Vader. Luce tatuajes con temática galáctica y una pegatina de Din Djarin el Mandaloriano adorna el depósito de su moto, máquina con la que callejea de manera habitual por la capital tinerfeña protegido por diferentes cascos personalizados con detalles de la saga galáctica. Incondicional seguidor de Star Wars, también es mucho más que eso. Desde el pasado verano —por mandato de Fernando Clavijo— ejerce como viceconsejero de Presidencia y portavoz del Gobierno de Canarias, siguiente parada en su proceso de adiestramiento para pasar de aprendiz padawan a maestro jedi dentro de Coalición Canaria (CC).
Macroconcejal
La formación nacionalista tiene grandes planes para Alfonso Cabello, que curiosamente asomó la cabeza en el noble arte de la política embarcado dentro del Partido Popular (PP). En 2014, cuando aún era vocal del Comité Ejecutivo del grupo conservador, el alcalde José Manuel Bermúdez lo reclutó para el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife como jefe de Gabinete. Esa decisión generó resquemores en ambas orillas: para unos era un traidor; en otros despertaba desconfianza. El ruido se atenuó con la misma celeridad con la que se propagó: su trabajo, su progreso y su talante despejaron cualquier duda. No hay más secreto que ese en su trayectoria.
En diez años, a base de mucha brega y un buen déjame entrar, se ha convertido en una de las figuras señaladas para determinar el futuro de Coalición Canaria. A lo largo de la última década ejerció, además de mano derecha de Bermúdez en la capital tinerfeña, como concejal de diferentes áreas —Promoción Económica, Presidencia, Organización, Tecnología, Participación Ciudadana y Hacienda— y presidió el Organismo Autónomo de Fiestas y Actividades Recreativas —oficina encargada de organizar, entre otras cosas, el Carnaval santacrucero—.
11S
Señalado como uno de los mejores fontaneros que han pasado por el consistorio capitalino, el verano pasado, con su marcha al Ejecutivo autonómico, en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife muchos lamentaron su salida. Lo echan de menos sus compañeros de CC por su capacidad de trabajo, lo añoran en la oposición por su voluntad para tender puentes y lo recuerdan los funcionarios por su habilidad natural para formar equipo. Durante estos diez años en la política local, destacó por su disposición para bajar al barro y hacer política de cercanía. Si había que acercarse a un barrio y hablar con 200 vecinos para convencerlos de que el color elegido para pintar una fachada era ese, ahí estaba Cabello para mediar. Y si había que atemperar el ambiente político con el PSOE, Cabello era el elegido para acercarse a la otra trinchera en busca de acuerdos en beneficio de la ciudad.
Criado en San Andrés, el apego a su barrio está muy presente en su carácter. Habitual de la playa de Las Teresitas, del Muellito o del restaurante Los Pinchitos, Cabello —que es padre de dos niños— cuenta con estudios superiores de Hostelería y Dirección Hotelera por la Universidad de La Laguna (ULL) y Hoteles Escuela de Canarias (Hecansa). Los atentados del 11S en 2001, cuando Al Qaeda atacó Estados Unidos —tres aviones se estrellaron contra las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono en Washington—, marcaron su vida laboral.
Publicidad y comunicación
Contratado por la Fira de Barcelona, la cancelación posterior de varios congresos tras los atentadospor la renuncia de la mayoría de los clientes norteamericanos le obligó a regresar a Tenerife. En la Isla fue reclutado para ejercer como director de negocios del Grupo PRISA Radio en Canarias y JFT Comunicación, paradas previas a su salto a la política —registró un primera amgo en 2007, de la mano del PP, como gerente del Organismo Autónomo de Fiestas siendo concejala Maribel Oñate, en la época de Ángel Llanos al frente del grupo local de los populares—.
De esa etapa profesional dentro de la empresa privada quedó una especie de enganche de Cabello por la publicidad, sector al que asegura que regresará cuando cierre su aventura dentro de la política. Pero eso, de momento, parece que queda lejos. Al nacionalista aún le quedan muchos cafés por tomar, muchas historias de Batman y Joker que disfrutar —sí, también es fanático del Caballero Oscuro, Gotham y el Príncipe Payaso del Crimen— y muchas indicaciones de Cristina Maffiotte y Rebeca Chacón —gabinete de prensa de Presidencia— para que baje revoluciones al comparecer y explicarse como portavoz del Gobierno de Canarias. Para alcanzar la condición de maestro jedi, toca seguir la senda que trazó en su día Obi Wan Kenobi. “Haré lo que debo hacer”.