Doce años después de que el TSJC dictara una sentencia que ordenaba al Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria respetar el descanso de los vecinos durante el Carnaval, el conflicto sigue sin solución. El último intento de trasladar las fiestas a La Isleta fracasó por las quejas vecinales y la escasa participación ciudadana. Ahora, la propuesta de usar el parque del Estadio Insular enfrenta críticas por el impacto ambiental que implicaría la tala y trasplante de árboles. Vecinos, ecologistas y carnavaleros exigen al consistorio un espacio fijo y adecuado para salvar la fiesta sin conflictos.