El Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria ordenó el pasado 8 de abril que la Asociación Oportunidades de Vida, encabezada por el presidente de la COAG en el Archipiélago, Rafael Hernández, desalojara el antiguo colegio Camilo José Cela, ubicado en el barrio de El Fondillo. Unas instalaciones donde están alojados menores migrantes que son atendidos por la ONG. En el pleno celebrado el pasado viernes se anunció que los vecinos recuperarán el edificio, una noticia que se ha recibido con alegría en la zona.
El concejal de Presidencia, Hacienda, Modernización y Recursos Humanos, Francisco Hernández Spínola, indicó que rescatarán el inmueble, pero son conscientes de que en su interior hay niños. “Por tanto, nosotros vamos a ser cuidadosos, sensibles y conscientes de esa situación”, afirmó el edil. Unas palabras que supusieron una gran novedad que cogió de sorpresa a muchos.
"La gente está supercontenta"
Daniel Rivero, el presidente de la Asociación Vecinal y Cultural de El Fondillo (AVECFO), asegura en declaraciones a Atlántico Hoy que “la gente está supercontenta” porque nadie se lo esperaba. En ese local, desde que se dejó de usar con fines académicos, las personas que vivían en los alrededores hacían vida social, se reunían y confluían de manera armoniosa.
Llegó un punto en el que no sabían qué hacer para que el Camilo José Cela volviera a ser de todos. “Nos planteamos ir por la vía judicial o al defensor del pueblo”, subraya. Sentían mucha frustración debido a que “todo eran evasivas” por parte de la administración pública cuando enviaban escritos, iban presencialmente a las oficinas o llamaban por teléfono.
Realizar actividades
“Yo le escribí directamente a la alcaldesa reclamando el colegio con varias cartas porque teníamos un escrito donde se había hecho el reparto a los diferentes grupos de personas mayores y a la asociación de vecinos”, relata Rivero con añoranza de un momento en el que tenían –todavía no la pierden– la ilusión de tener un lugar donde juntarse para diversas cuestiones.
Uno de los principales problemas a los que se enfrenta en la actualidad es que participación ciudadana le remite “un montón de actividades” que no puede llevar a cabo porque no dispone de los medios necesarios. “Antiguamente lo hacíamos”, incide. Remarca, además, que aún no ha recibido una comunicación oficial por parte de la Corporación Municipal sobre el futuro de la instalación.
"Estaremos vigilantes"
Hernández Spínola comentó en el Pleno que se van a coordinar con la Consejería de Bienestar Social del Ejecutivo regional y la Delegación del Gobierno para hacer un tránsito ordenado. “Cuando concluya el expediente, el inmueble será un local social para El Fondillo compartido con colectivos de la zona”, culminó. Según la información que maneja hasta el momento, Hernández no ha recurrido la resolución firmada por el propio edil. “De todas formas lo verificaré”, culminó.
El concejal del Partido Popular (PP) Gustavo Sánchez fue muy claro: “Esa última frase que ha dicho es la que yo quería escuchar”. Relató que en 2019 hubo un encuentro con diferentes colectivos donde se acordó que fuera un local social compartido por los distintos grupos que trabajan en el barrio de El Fondillo.
“Pero después llega la crisis migratoria y el problema del Covid. En ese periodo el ayuntamiento hizo una serie de reparaciones para ponerlo a disposición de los colectivos, pero luego lo ocuparon. Estaremos vigilantes en el cumplimiento de ese compromiso en el que creemos”, reflexionó Sánchez.