Los vecinos de Arenales exigen medidas contra la inseguridad: “Quiero seguir viviendo en mi barrio”

Las llamadas y denuncias de los residentes por el alto volumen de la música y las peleas se suceden semanalmente y, en muchas ocasiones, de forma anónima por el miedo que sienten.

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Los comerciantes del barrio de Arenales echan en falta la figura del policía de barrio para mantener la seguridad. /Archivo
Los comerciantes del barrio de Arenales echan en falta la figura del policía de barrio para mantener la seguridad. /Archivo

Hace años que los vecinos de Arenales denuncian una situación de inseguridad nacida del consumo de alcohol, drogas y prostitución que se sucede en locales cercanos a sus casas. En 2021, la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria realizó 603 intervenciones en este mismo barrio, según datos del ayuntamiento, pero los os residentes defienden que nada ha cambiado. El problema, cuentan, ha empeorado después de la pandemia y a raíz de la falta de control por parte de la seguridad municipal. 

Las denuncias anónimas se suceden entre aquellos que viven semanalmente con la música bajo sus ventanas, las peleas y locales sin licencia a los que temen enfrentarse por las posibles represalias que puedan sufrir. 

“Quiero seguir viviendo en mi barrio”

Amanda (nombre ficticio) asegura que no quiere abandonar Arenales. “Me gusta mi barrio, quiero seguir aquí”, pero también asume que el toque de queda forma parte de su día a día. “Por la mañana, a las 7 de la mañana, me encuentro a drogadictos y borrachos que salen de estos locales” y cuando la oscuridad llega se cruza con “aquellos que comienzan su noche”. 

En Arenales no hay una asociación de vecinos, pero se sienten unidos con un objetivo en común. Están seguros de que la desaparición de los prostíbulos ilegales de su zona hará que también desaparezca la venta y consumo de drogas. “Pedimos que la ciudad evolucione”, afirma Amanda mientras solicita el cierre de estos locales. “Queremos una respuesta por parte del Ayuntamiento”.

Policía de barrio

Los comerciantes de la zona tienen una cosa en común: todos extrañan la figura del policía de barrio. “Es cierto que siempre ha habido robos, es una zona que por las noches se vuelve oscura y lúgubre”, comenta Rosa, dueña de una pequeña tienda de muebles de la zona de Tomás Morales. "Pero de los 25 años que llevo en esta calle, ahora me siento más insegura”. Ya no hay agentes que patrullen la zona de manera continuada y es algo que los comercios echan en falta

A Raúl ya le han entrado a robar en algunas ocasiones. Es artesano y deja de lado un momento sus herramientas para dibujar un mapa bastante tosco de las calles. “Sé exactamente dónde están las casas donde se compra y se consume la droga, lo sé yo y lo sabemos todos los que vivimos y trabajamos aquí”. Sempre había sido reacio a cerrar la puerta de su local. “Es más, siempre trabajaba de espaldas a la misma”, dice. Ahora hay que tocar el timbre para poder entrar. 

El PP denuncia la falta de seguridad en el barrio de Arenales. /Policía Local
Dentención en el barrio de Arenales. / Policía Local

¿Qué pasará con Arenales?

La situación en el barrio ha provocado que la oposición en el Ayuntamiento exija medidas para intentar hacer frente al problema. En primer lugar, reforzar la vigilancia y presencia policial en la zona y, por otro lado, restablecer la operatividad de las cámaras de seguridad ciudadana. También ha solicitado la elaboración de informes de actividades de naturaleza sexual desarrolladas en los inmuebles de la zona, reforzando la coordinación con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado.

Aunque los vecinos creen que el cierre de los prostíbulos hará que la delincuencia e inseguridad desaparezca, los comerciantes no están tan seguros. La tienda de zapatos de Martina lleva más de 25 años abierta. “Las chicas llevan años ahí y nunca nos habían dado problemas, nuestra incertidumbre viene de la venta de drogas”, explica. 

Ataque vandálico a una unidad de la Policía Local mientras circulaba por una de las calles del barrio Arenales. /Policía Local
Ataque vandálico a una unidad de la Policía Local mientras circulaba por una de las calles del barrio Arenales. /Policía Local

Dos puntos de vista

De los once locales visitados en una simple mañana, a seis les habían entrado a robar o lo habían intentado sin éxito, pero dejando un enorme susto en el cuerpo. Algo que choca bastante con la opinión de los comercios restantes para los que la palabra inseguridad ni siquiera existe

Mientras comercios como el de Laura, que lleva varios años trabajando tras la barra de un bar, han tenido que contratar seguros para hacer frente a la sensación de que en cualquier momento pueden ver los ventanales de sus tiendas rotos, otros como Daniel (que también regenta su propio bar) aseguran, con sorpresa incluso, que nunca han tenido esa impresión.

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