Hace años que la Sala Cuasquías se despidió de la música cuando, en 2013, echó el cierre después de décadas abierta. Las paredes y pasillos, ahora cascados por el tiempo y con la pintura levantada, la madera podrida y el papel rasgado parece que cuentan una historia. Las memorias de miles de noches de ocio y fiestas dan paso ahora a un espacio para los colectivos sociales de Gran Canaria.
En noviembre de 2022, el Cabildo de Gran Canaria firmó con los propietarios la compra del inmueble que acogía este famoso local en el límite de Triana con Vegueta, para convertirlo en sede del tejido asociativo de la isla y de su Unidad de Participación Ciudadana.
Vuelta a la vida
Tras 12 años cerrada, la Sala Cuasquías volverá a la vida. El edificio de la calle San Pedro se adquirió por un precio de 2.513.000 euros a las familias Franchy Rodríguez y Rodriguez Brito. Esta compra del inmueble fue posible tras la convocatoria de un concurso público en el que se presentaron varias propuestas de edificios, siendo éste el que ha sido mejor valorado por los servicios administrativos del Cabildo.
“En tiempos de intolerancia, polarización o enfrentamiento es necesario profundizar en espacios comunes de diálogo y consenso que apuesten por nosotros antes que por el yo. Por eso nace esta casa, donde se propicia un primer encuentro con los colectivos sociales en el Área de Participación Ciudadana del Cabildo que demandan poder tener en la ciudad un lugar donde reunirse, generar espacios de diálogo y propuestas positivas para la isla”, ha explicado el presidente de Corporación insular, Antonio Morales.
La casa de dos plantas, considerada de interés cultural e incluida en el catálogo de edificios protegidos del Plan Especial de Protección y Reforma Interior Vegueta-Triana, cuenta con una superficie construida de 929,73 metros cuadrados y, como recalcó el presidente Morales, “ha tenido una presencia singular en la historia de la Isla”, al ser la primera residencia de la marquesa del Muni, para ser convertido después en una tienda de muebles, en un establecimiento de moda y, finalmente, en la Sala Cuasquías.
Cubrir una necesidad social
El edificio acogerá, por tanto, a colectivos grancanarios de toda índole que se dedican a impulsar tareas de dinamización social, en pro del desarrollo de la sociedad civil y que han planteado en muchas ocasiones la necesidad de disponer de un espacio de estas características.
Tras la compra del inmueble, el Cabildo de Gran Canaria puso en marcha un proceso para desarrollar esta iniciativa y comenzar con la redacción del proyecto que podría estar en condiciones de uso antes de mediados de 2024.